Una de las consignas liberales más importantes es el respeto a la autonomía individual: el respeto a la libertad en la toma de decisiones de un individuo sobre asuntos que conciernen a su cuerpo y a su plan de vida. Las prohibiciones gubernamentales atentan contra esta consigna; contra el derecho fundamental de un individuo de tomar decisiones sobre su cuerpo.

En 2022, el gobierno federal decretó una prohibición contra el uso de cigarrillos electrónicos y vaporizadores («vapes» o «vapeadores» [llamados así de aquí en adelante en el texto]). La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de México se sumó a una campaña de desprestigio contra el uso de vapeadores, argumentando la presencia de sustancias potencialmente dañinas contra el organismo como el linalol. Cabe destacar, sin embargo, que, en uno de los textos de la COFEPRIS, sólo se menciona la presencia de esta sustancia en un muestreo sin indicar su significancia ni si su cantidad representaba una amenaza seria a la salud[1].

En contraste, en el meta estudio titulado Índice Global de Políticas Efectivas Anti-Tabaquismo, se ponen en serias dudas los hallazgos en contra de los vapeadores. El estudio menciona lo siguiente:

«Las pruebas de los estudios, artículos, reportes, informes y metaanálisis coinciden en que estos productos son sustancialmente (entre un 95% y un 98%) menos tóxicos y dañinos para la salud que el tabaco consumido de forma tradicional por combustión (ya sea en pipas, cigarrillos o cigarros)»[2].

La prohibición contra los vapeadores, entonces, no sólo atenta contra la autonomía individual, sino que plantea efectos potencialmente perjudiciales a la salud humana. La prohibición perjudica a los consumidores de sustancias inhaladas; incentiva la sustitución a sustancias más peligrosas e induce a los consumidores a intensificar su adicción a la nicotina en alternativas más peligrosas.

La justificación de la COFEPRIS, además, es confusa: sugiere que el daño asociado a los vaporizadores puede perjudicar a sus consumidores; pero argumenta que la prohibición protege a terceros. Aquí, la COFEPRIS incurre en una contradicción: o se opone al consumo de vapeadores porque dañan la salud de sus usuarios o elabora argumentos a favor de mostrar que el consumo de vapeadores daña a terceros. El gobierno no ha mostrado evidencia científica contundente de que el uso de vapeadores perjudica a terceros.

Incluso, una implicación importante de los vapeadores es que, a diferencia de los cigarros tradicionales, no requieren de un proceso de combustión que desprenda gases de efecto invernadero. Los vapeadores utilizan una resistencia para convertir en vapor una sustancia líquida. Entonces, contrario a los argumentos confusos, engañosos y contradictorios de la COFEPRIS, los vapeadores internalizan una externalidad negativa: ¡el usuario de los vapeadores disminuye el perjuicio que causa a terceros!

Uno de los efectos comunes de las prohibiciones es el efecto Alchian-Allen. El efecto nos dice que un costo adicional sobre dos bienes sustitutos de diferente potencia, reduce el precio del bien de mayor potencia. La demostración matemática es sencilla y, para efectos de persuadir al lector, se deja aquí (los lectores que no deseen ver la demostración pueden saltarse el apartado):

Efecto Alchian-Allen

Sean A y B dos artículos, tal que

A: artículo de mayor potencia;

B: artículo de menor potencia.

Y sean P(A) y P(B) los precios de A y B, respectivamente, de modo que P(A) > P(B). Entonces,

P(A)/P(B) (1)

representa el precio de una unidad del artículo A en unidades del artículo B. Es el precio relativo de A.

La prohibición al consumo de ambos artículos significa un costo adicional de consumirlos igual a T.

¿Cómo cambia el precio relativo de A?

[P(A) + T]/[P(B) + T] (2)

Dado que P(A)×[P(B) + T] > [P(B) + T]×P(B), entonces la fracción de la expresión (1) es mayor a la fracción de la expresión (2).

Por lo tanto, el precio relativo de A disminuye tras el costo de la prohibición igual a T ∎.

         La prohibición, por lo tanto, lleva a los consumidores de cigarro o nicotina a elegir cigarros con mayor potencia adictiva. Suponiendo que la potencia adictiva guarda una relación directamente proporcional a la peligrosidad de una sustancia, la prohibición expone a los consumidores a elegir cigarros más peligrosos.

         Más aún, la prohibición ha generado un mercado negro que ha traído consigo una afluencia de vapeadores ilícitos sobre los cuales no se conoce lo suficiente en términos de calidad, ingredientes y toxicidad. Como lo afirma Político MX en una nota, «A tres años de la prohibición que firmó el gobierno mexicano, el mercado se ha llenado de productos procedentes de China, de los que no se tiene certeza sanitaria, certeza en su contenido y certeza de los efectos que esas sustancias pudieran causar en la salud»[3].

         La prohibición a los vapeadores genera potenciales problemas de información asimétrica en los vapeadores que se comercializan en el mercado negro: situaciones en las cuales el consumidor carece de información sobre la calidad de un producto que el productor sí tiene. Una de las ventajas de los mercados libres es que reducen asimetrías de información y disciplinan a los productores con conductas oportunistas. La prohibición, lejos de proteger a los usuarios, los deja a merced de productores de baja calidad y en lagunas de desinformación. En la medida en que los mercados se cercenan, se cierran incentivos a conocer más sobre un producto y a convocar intermediarios que suministren mejor información sobre los beneficios y los riesgos de los cigarros y los vapeadores.

         En resumen, la prohibición perjudica el bienestar de los consumidores y los expone a productos más peligrosos, con un mayor potencial adictivo. El gobierno no ha producido un caso convincente contra los vapeadores y los cigarrillos electrónicos. En ausencia de este caso convincente, debería recular en su intervención.

Prohibido Prohibir es un proyecto de México Libertario, para llamar la atención sobre la creciente y abusiva intervención de los gobiernos en aspectos importantes de nuestra vida como individuos. Usamos como título la frase de López Obrador para evidenciar el incumplimiento de sus propias promesas: el apetito regulador e intervencionista de los gobernantes es insaciable.


[1] Véase https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/769233/An_lisis_cromatogr_fico_detecta_sustancias_t_xicas_en_vapeadores.pdf

[2] Índice Global de Políticas Efectivas Anti-Tabaquismo (2022, Somos Innovación): https://t.co/FDyjOhiQx6

[3] Artículo  recuperado de https://politico.mx/un-negocio-de-5-mil-millones-de-pesos-en-manos-del-crimen-organizado

Por Sergio Adrián Martínez

Economista por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Administrador de Tu Economista Personal, sitio de reflexiones de economía y mercados libres.

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