Existe una discusión dentro del mundo de la economía que no termina de hallar una conclusión y tiene que ver con la pertinencia de que el Estado intervenga en el funcionamiento y control absoluto de las economías del mundo. Si bien hay una gama de opiniones que van a lo largo de varias líneas de pensamiento, en el mundo de hoy es mucho más común hablar de la pertinencia de que los ahorros e inversiones individuales no sean controlados por entes que no garantizan el resguardo de esa riqueza.

Como bien sabe, el origen del Bitcoin se remonta a la crisis financiera de 2008, cuando muchos ciudadanos perdieron sus ahorros de vida por la burbuja inmobiliaria. Este hecho condujo a la búsqueda seria de una alternativa que pudiera ser independiente del control del Estado y no contara con intermediarios que pusieran en peligro el dinero de los ciudadanos. Una idea que al final tiene mucho que ver con el Objetivismo plateado por la filósofa rusa-estadounidense Ayn Rand.

Esta filosofía que se da a conocer por obras literarias como “El manantial”, publicado en 1943, y “La rebelión de Atlas” en 1957, que tratan de un sistema compuesto por un conjunto de ideas, de principios y definiciones del hombre, su pensar y actuar. En pocas palabras, dice que la vida y el hombre son un fin en sí mismo y no un medio para los fines o bienestar de los demás. Destaca que el hombre debe vivir privilegiando su propio bienestar, sin sacrificarse por los demás ni exigiendo el sacrificio de otros para su felicidad.

En realidad, si analizamos bien todos los hechos de los últimos años relacionados con el mundo financiero y su desarrollo nos damos cuenta de que Bitcoin y el objetivismo tienen una causa común. Ayn Rand, en 1959, dijo: «Estoy a favor de la separación del Estado y la economía, de la misma manera y por las mismas razones que la separación de la Iglesia y el Estado». Es así como tenemos un blockchain que nos brinda la oportunidad de poder manejar nuestra propia inversión tomando nuestro propio riesgo sin depender del dinero fiduciario y su sistema.

Tomando otra referencia y ya desde el mundo de la economía, me gusta citar a Friedrich Hayek, quien, en 1984, dijo: «No creo que volvamos a tener buen dinero antes de sacar la cosa de las manos del gobierno. Es decir, no podemos quitarlo violentamente de las manos del gobierno. Todo lo que podemos hacer es, de alguna manera astuta, introducir algo que no pueden detener».

El advenimiento de Bitcoin como criptoactivo nos lleva a revisar el pensamiento de filósofos y economista que antecedieron con sus ideas la necesidad de un crear un sistema independiente y seguro que garantice la riqueza sin la intervención de intermediarios que no garantizan ni el uso democrático y libre ni la seguridad de los recursos.



Publicado originalmente en Latino Post: https://hispanopost.com/el-bitcoin-y-el-objetivismo-comparten-una-causa-comun/

Moris Beracha.- inversor y gestor de activos. Especializado en telecomunicaciones, alimentación y finanzas.
Twitter: @morisberacha

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

Un comentario en «El Bitcoin y el Objetivismo comparten una causa común, por Moris Beracha Wuani»
  1. Realmente no hay diferencia entre que el Estado (a través de un Banco Central o una Reserva Federal) tenga el monopolio de la moneda (de curso legal/obligatorio) o que una junta directiva de accionistas (determine lo que mejor le conviene a la empresa que se dedica a emisión monetaria sin respaldo, sin accountability o sin enforcement). Las criptomonedas juntas son virtuales y ninguna tiene “patrón oro” o similar que las respalde. Son fiat-virtuales.
    Entonces, no creo que haya relación entre el “objetivismo” y las criptomonedas. En todo caso, si no fuera el monopolio de unos, impuesto sobre el resto, entonces podríamos hablar de libertad de opción, de propiedad privada o de debido proceso, separación de poderes, etc. que son los fundamentos de una República Constitucional.

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