Introducción:

El siguiente trabajo evidenciará cómo Los Consultorios adyacentes a farmacias (CAF´S), han sido el actor activo y la opción principal para la atención médica de la población en México, partiendo de la premisa de que el servicio privado médico ha sido considerado parte del problema de la salud nacional.

Después de la introducción, el trabajo se compone de la siguiente manera: En el punto dos se explicará la estructura de los CAF´S. En el punto tres se analizarán cuáles han sido las ventajas y desventajas sobre las instituciones de servicio médico público, haciendo hincapié en la comparación contra IMSS e ISSSTE. En el punto cuatro, se presentará el “Voucher de salud” como alternativa para el sistema de salud mexicano.

2.- ¿Qué son Los Consultorios adyacentes a farmacias (CAF´S)?

En México, las clínicas adyacentes a las farmacias (CAF) se encuentran entre una serie de organizaciones privadas que brindan servicios médicos ambulatorios, principalmente para casos agudos. Los primeros CAF se establecieron en México a fines de la década de 1990, en un momento en que el sistema de salud continuaba con reformas encaminadas a aumentar el acceso a los servicios de salud para quienes no tenían una Caja de Seguro Social; En 2003, con las reformas a la Ley de Salud, se establecieron el Sistema Financiero y de Protección Social en Salud y el Seguro Universal de Salud. Sin embargo, los logros de tales reparaciones, el surtido imperfecto de medicamentos y los largos tiempos de espera en los servicios públicos siguen siendo quejas comunes de los usuarios, orientando la demanda de la población hacia el uso de servicios especiales, incluida la compra de medicamentos.

Los CAF son una alternativa para los residentes, independientemente de su estado de seguro de salud. El modelo CAF, que fue incorporado en México por una cadena local de farmacias en 1997 como parte de una estrategia comercial para brindar medicamentos genéricos y atención médica a personas de bajos recursos, se extendió rápidamente por todo México y América Latina. El éxito de esta organización ha llevado a otras farmacias a implantar este modelo. Con la implementación de la regulación de antibióticos con receta en 2010, los CAF se han fortalecido para facilitar la prescripción de antibióticos y evitar la pérdida de ingresos en las farmacias. Entre 2010 y 2014, el número de CAF aumentó un 340% hasta las 15.000 farmacias de gran tamaño o independientes. Como tal, cerca de la mitad de las farmacias privadas en México tienen CAF, con cerca de 32,500 médicos trabajando.

Estudios anteriores han documentado los factores que influyen en la práctica médica y han determinado la calidad y cantidad de los servicios prestados a los usuarios, tales como culturales, políticos, sociales, profesionales y organizacionales. Estos incluyen las condiciones laborales, el entorno laboral, el tipo de trabajo, la tenencia, las oportunidades de capacitación, la seguridad laboral y los sistemas de compensación, como salarios e incentivos. De manera similar, se ha informado un peso administrativo considerable en las decisiones médicas y el estrés y el desacuerdo resultantes entre los profesionales de la salud. En cuanto a los aspectos sociales en los CAF, son las farmacias las que se encargan de la organización de la práctica y establecen las condiciones de trabajo, como la existencia del contrato, el horario y el tipo de ingresos, ya sean fijos o volubles.

3.- Ventajas del sistema de salud privada sobre la pública

La historia en México es bien conocida: usuarios insatisfechos de los servicios públicos de salud, clínicas y hospitales saturados, falta de médicos capacitados, escasez de medicamentos, condiciones de trabajo para los trabajadores de la salud, y una infraestructura tecnológica inadecuada y obsoleta que no cumple con los estándares actuales.

A principios de este año, el gobierno federal anunció un plan de salud federal que promete cerrar la brecha de atención médica para quienes no tienen Seguro Social. Hemos visto este tipo de proyectos, tardíos e ineficaces, surgiendo cada año y cada seis años.

Más allá de atender lo básico, hay límites para conseguir buenos servicios de salud, pero afortunadamente entre nosotros están surgiendo personas que saben escuchar las debilidades del país e innovar en la solución de problemas.

El próximo año marcará cuatro décadas de esfuerzos infructuosos, que hoy están pagando un alto precio, siendo las consecuencias más graves enfermedades incurables y discapacidades que han provocado cientos de miles de muertes, además de ser uno de los focos de mayor preocupación el desabasto a medicamentos para niños con cáncer.

El problema fundamental de todo esto es que la construcción de un sistema integral de bienestar no se ha abordado sobre la base del amplio consenso de las repúblicas; el ejemplo más reciente es la transición fallida del Seguro Popular al llamado Insabi, y esto nos debe llevar a pensar seriamente en cómo avanzar hacia un sistema global capaz de asegurar el mismo nivel de impacto y disfrutar de nuestro más amplio acceso a la salud como mexicanos.

De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) continuó a la baja en los primeros cinco meses de este año. Datos de la agencia muestran que, de enero a mayo, el Insabi utilizó el recurso por 26.083 millones de pesos, un 15% menos que el año anterior. Del mismo modo, el costo de Insabi, reemplazando el seguro popular en este período de seis años, es el más bajo en comparación con el mismo período registrado.

Insabi, se formó para tratar de servir a la población mexicana que no tenía la Seguridad Social, como IMSS e ISSTE, ha reportado constantemente que se ha abandonado las consultas otorgadas a los usuarios. Este año, el número total de consultas otorgadas fue de solo 5,8 millones de consultas, lo que representa una disminución del 81 % de enero a mayo de 2021, cuando se entregaron 8,6 millones de consultas.
Sin embargo, los avisos del Insabi en periodos son muy bajos, como 2017, cuando el Seguro Popular brindó 36,1 millones de consultas en los primeros cinco meses del año. Fundado en 2020 para reemplazar al Seguro Popular, Insabi tiene como objetivo brindar y garantizar la entrega gratuita de servicios médicos, medicamentos y otros suministros a quienes no tienen Seguro Social. Desde su creación, el presupuesto ejecutado por el instituto en los primeros cinco meses del año ha disminuido. Si bien la meta es brindar servicios médicos a más personas, según datos del Coneval de 2018 -cuando el Seguro era Popular en 2020 la población dependiente ha disminuido, de 42,1 a 26,9 millones de personas.

Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud resume esta ya perenne crisis en una afirmación: para 2021, solo el 40% de la población necesitará atención en establecimientos públicos; es decir, sólo cuatro de cada diez. Desagregados por sexo, los datos muestran que el 42% de las mujeres que recibieron atención médica para sus necesidades la recibieron en establecimientos públicos, mientras que para los hombres fue solo el 37%. Además, Ensanut informó que el 25% de la población del país recibe atención en establecimientos médicos privados, además de que el 18% recibe atención en establecimientos cercanos a farmacias. Si sumamos los dos ítems, la cifra es que el 43% de la población del país recibe atención en clínicas privadas, lo que es un indicador superior a la atención del sector público.

Es interesante señalar que uno de cada tres pacientes que acude a una clínica privada lo hace en una farmacia cercana a la práctica (CAF). El fenómeno CAF ha sido estudiado durante varias décadas. Incluso con sus puntos negativos, cuanto menos, CAF es una alternativa a los pacientes que buscan la atención del primer nivel. 

Los pacientes con productos grandes en esta farmacia de esquina no tienen ninguna posibilidad. Los pacientes acuden a CAF por dos motivos: comodidad y precio.
Es una actividad común y recurrente del paciente mexicano. 

Para acceder a la atención médica, los pacientes deben acudir a su “clínica correspondiente”. No importa lo lejos que vivan. En esta misma clínica, es el único lugar donde la gente puede obtener sus medicamentos, ya que la receta no se puede surtir en otra clínica ni en ningún otro lugar.

Las controversias han crecido y lo que vemos reflejado en Ensanut es exactamente la decisión que toman las personas: acudir a donde reciben la mejor atención. En este punto, está claro que el gobierno no ha logrado diseñar y rediseñar un nuevo sistema de salud, lo cual nos abre la posibilidad de reformas al sistema de salud con una innovadora política pública explicada en el siguiente punto.  

4.- Sistema de Vouchers de salud como alternativa

La aplicación del mecanismo de semimercado o “voucherismo” tiene por objeto transferir las funciones de producción y suministro de bienes y servicios del Estado al mercado sin necesidad de renunciar a los recursos financieros del Estado. Gran parte de esto tiene que ver con convertir al estado en un proveedor de fondos a través de nuevas formas de financiamiento, como la subcontratación, las asociaciones público-privadas, los cupones, las tarifas de los usuarios y las licencias transferibles. Se espera que los servicios mejoren a través de la efectividad de la organización, los bajos costos o la mayor calidad del servicio sobre el aumento del valor de los fondos en la mejora de las actividades gubernamentales en incentivos para cumplir. El deseo de los usuarios finales, fáciles de negociar servicios de salud, entre otras ventajas.

Los vouchers se caracterizan por la selección individual, la competencia de producción y la determinación de la selección. El diseño de este mecanismo requiere una variedad de oferentes independientes y debe ser determinado por el gobierno y su poder adquisitivo expresado en forma de vouchers o presupuestos específicos. De hecho, en muchos casos, los usuarios de este mecanismo están representados por administradores cuyo propósito es guiar a los usuarios en la elección de los servicios. La aplicación del sistema de vouchers se extiende a varios sectores, como la salud, la provisión de vivienda, la educación primaria y superior, el cuidado de niños, el cuidado de personas mayores y la asistencia social. Los objetivos primordiales de estas políticas son lograr eficiencia, productividad y distribución, y en menor medida administrativa desde la evidencia en términos de eficacia que nos brinda el sector privado y su propia inclusión de un programa así a los consultorios adyacentes médicos.

El sistema puede diferir en su funcionamiento: puede ser explícito -emitido como un cupón o tarjeta electrónica que el usuario canjea por dinero o, implícito -el proveedor cobra después de que un usuario se da de alta en un servicio de salud o puede actuar como un reembolso al usuario o un pago al proveedor por el número de personas atendidas.

No hay un modelo único de vouchers. No obstante, en los sistemas implementados se pueden encontrar de manera recurrente las siguientes características:

  1. Tienen como objetivo cubrir servicios específicos; no es dinero en efectivo ni transferible.
  2. Puede cubrir el costo total o una parte del servicio.
  3. Puede ser general o focalizado.
  4. No hay monopolio del gobierno en la provisión.
  5. El valor monetario puede diferenciarse por nivel de ingreso; con frecuencia se aplican vales con mayor valor a individuos de grupos sociales desfavorecidos.
  6. Pueden existir restricciones estrictas para su canje.

La implementación de un sistema de vouchers con las características anteriores supone el funcionamiento de un mercado competitivo y la capacidad de los usuarios para hacer una elección razonable, es decir, evaluar el servicio, aunque esto no sea “encontrar bienes “o “bienes que se consumen con frecuencia”. 

Por el lado de la oferta, puede haber un efecto de selección intencional de estudiantes rentables, un efecto transitorio, dependiendo de la disposición a pagar de sus familias y del éxito que tengan en obtener un mejor sistema, en este caso, de salud.

Conclusiones

La realidad es que un sistema integral de atención de la salud con la capacidad de brindar servicios oportunos y de alta calidad requiere inversión privada y no sería posible sin una reforma fiscal. 

Por ello, el Ejecutivo Federal debe emplear los dos años que le restan de gestión en la elaboración de una reforma que le dé los medios para sentar las bases de un nuevo orden, y le permita, quien lo suceda, tiempo para avanzar en esa dirección. En ese sentido, si bien un sistema de voucherismo en salud puede sonar lejano, bien se podrían empezar a sentar bases para un caso de éxito de política pública casi asegurado en el largo plazo. Seguir pensando en un sistema que potencie la imagen de las instituciones, por encima de las personas, es un lamentable fracaso.

Referencias bibliográficas

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Cave, Martin (2001), “Voucher Programmes and their Role in Distributing Public Services”, OECD Journal of Budgeting, 1 (1), 59-88.

Colin, Frédéric (2005), “Public Service Vouchers”, International Review of Administrative Sciences, 71 (1), 19-34.

Morán Pérez, A. V. (2021). Consultorios médicos adyacentes. Alteridades. Recuperado 9 de agosto de 2022, de https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/1239/1322

Por Asael Polo

Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Asesor Económico en Cámara de Diputados - H. Congreso de la Unión. Escribe para Asuntos Capitales, Viceversa.mx y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10

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