El diputado Manuel Vázquez de la bancada de MORENA propuso una reforma para modificar las 48 horas laborales a 40 horas a la semana. Hoy, México iniciará un proceso paulatino para hacer ley esta reducción de horas para el año 2030. La presidenta Claudia Sheinbaum es la más interesada en cumplir con ello pues fue una promesa de campaña, por lo tanto, morena está buscando una legitimidad ante la ciudadanía reduciendo las horas laborales.
Entre nosotros como libertarios, existen muchas opiniones sobre este tema, algunos dicen que afectará la productividad en las empresas y otros dicen que es lo justo, pues los trabajadores no solo invierten tiempo de su vida laborando, también lo invierten durante el trayecto, el cual no le es proporcionado para sus familiares o para uso individual.
A pesar de ser una reforma de MORENA y que la obvia intención es ser una política populista fingiendo ver por los derechos de los trabajadores, desde una perspectiva libertaria, el hecho de que los individuos otorgan menos tiempo de su vida para su patrón, les permite tener más tiempo para desarrollar emprendimientos, aprender de inversiones o de otros medios los cuales les permita tener mayor libertad económica, o crear nuevas empresas que también puedan generar empleos. Pero todo esto sería posible si el Estado no tuviese tan regulado el mercado laboral. Aquí hay 5 puntos negativos que trae consigo la regulación estatal al mercado laboral.
1. Crea menos competencia en el mercado
La Ley Federal del Trabajo con sus obligaciones forzosas, impide hacer negociaciones libres entre empleado-trabajador. Hoy en día muchos trabajadores están dispuestos a negociar un menor salario a cambio de trabajar desde casa o tener un mejor sistema de salud. El hecho de que existan las famosas “prestaciones de ley”, incentiva a que muchas empresas se limiten únicamente a otorgar lo mínimo a sus trabajadores, limitando las negociaciones entre las partes. Cuando una empresa busca tener al mejor personal, usa prestaciones llamativas para que estos elijan trabajar ahí, sin embargo, cuando la empresa usa la ley a su favor, el trabajador no tiene con qué negociar.
2. Sistema burocrático lento e injusto.
Los conflictos laborales existen a pesar de tener una supuesta ley que los proteja, los juicios en Conciliación pueden durar años, o incluso una demanda a la empresa puede hacerte invisible en el mercado laboral. El sistema judicial en cuanto a temas laborales. realmente se convierte
en un medio para alimentar a abogados en vez de generar productividad fuera de los conflictos legales.
3. El sindicalismo forzoso crea privilegios y corrupción
La ley protege ciertos sindicatos que están vinculados al poder político, impidiendo una libre competencia en las representaciones laborales, haciendo énfasis en los grupos de poder corruptos y estancando las verdaderas mejoras en condición laboral.
Un libertario no está en contra de los sindicatos. Sylvester Petro escribió un libro llamado “The Labor Policy of the Free Society” en donde explica cómo serían las relaciones sindicales en un gobierno de orden privado. En el libro, cita en su capítulo dos a John Stuart Mill diciendo “la única fuente infalible y permanente de mejora es la libertad, ya que con ella hay tantos centros independientes para mejorar como individuos.” Y en el capítulo tres pone otra cita de él mismo diciendo “La única libertad que merece este nombre es la de perseguir nuestro propio bien a nuestra propia manera, siempre que no intentemos privar a otros de la suya o impedir sus intentos de obtenerla.”
Para Sylvester Petro, los sindicatos en un gobierno de orden privado, encarnan el derecho de los trabajadores, compartiendo con todos los demás miembros de la sociedad, a unirse en la búsqueda de intereses comunes. Los sindicatos erran en sus funciones cuando comienzan a legitimar la coacción sobre los individuos, y siendo apoyados por el Estado, generan corrupción.
4. Los salarios mínimos impiden la libre competencia
Miguel Anxo Bastos tiene varios videos en Youtube hablando de ello, menciona que surgen con el propósito de evitar la emigración. “Se ve como una cosa que defiende al obrero pero normalmente son mecanismos en su momento para excluir a los sectores más débiles de la población.”
Bastos también nos explica que el salario mínimo termina beneficiando a las grandes corporaciones ya establecidas puesto que los pequeños emprendimientos necesitan producir lo mínimo en el pago de sus trabajadores para poder emplearlos.
La realidad en México es que en ciertas regiones, el salario mínimo es tan mínimo que muchas empresas no lo pagan, es más una estrategia populista que incrementa la legitimidad del político en turno cuando su popularidad va disminuyendo.
5. Los impuestos son un robo
Este es el punto más importante sobre las consecuencias negativas que trae consigo la regulación del trabajo en México. El Estado mexicano obliga a los trabajadores a dar el 33% de su salario para hacienda, impidiendo que los mismos sean dueños de sus propias elecciones sobre la inversión de ese dinero.
El Estado se excusa que es para otorgar servicios públicos como la educación, la salud entre otros, sin embargo, en una sociedad libre o en un gobierno de orden privado, los individuos tendrán la soberanía de elegir qué tipo de sanidad o educación quieren, así como múltiples opciones las cuales podrán tomar o descartar. Situación que hoy en día nos es arrebatada por el Estado.
En conclusión, la izquierda a lo largo de su existencia, ha utilizado mucho el discurso en favor de los derechos laborales, haciendo como principal enemigo a los patrones capitalistas, diciendo que la esclavitud y la explotación provienen de los dueños de los medios de producción. Por otro lado, los pro-capitalistas caen en el error común de pensar que cualquier empresa privada o empresario son buenos perse, y suelen defender reales injusticias y abusos obvios cometidos por estos creyendo que eso es defender al capitalismo. La realidad es que hoy en día no vivimos en un libre mercado en su totalidad, mientras el Estado exista, el sector privado puede optar por el corporativismo, recibiendo así privilegios estatales que impiden la competencia.
Al día de hoy, el verdadero enemigo no es un simple discurso una promesa izquierdista populista que un político decide implementar para mejorar su legitimidad, el enemigo verdadero es el Estado, que sin importar su color, siempre buscará intervenir en el mercado y en tu trabajo, succionando como parásito los impuestos que generes de tus grandes esfuerzos.