Reducir la jornada laboral de todos los trabajadores por decreto, sin tener en cuenta el tipo de trabajo y la productividad, puede tener varias consecuencias negativas. En primer lugar, esta medida podría provocar una disminución en la producción de bienes y servicios. Al reducir las horas de trabajo sin garantizar un aumento en la productividad, es muy probable que las empresas enfrenten dificultades para mantener los niveles de producción necesarios para satisfacer la demanda.


En segundo lugar, una reducción generalizada de la jornada laboral sin considerar el tipo de trabajo puede generar desequilibrios en ciertos sectores. Algunas industrias pueden ser más sensibles a cambios en las horas de trabajo que otras, y este enfoque indiscriminado podría conducir a problemas en la distribución de la fuerza laboral. Algunos trabajadores podrían verse afectados de manera desproporcionada, mientras que para otros la reducción de la jornada laboral sería inocua porque sus rentas también se fijan por decreto y no dependen de la productividad personal (políticos en general).


Otra consecuencia negativa sería la posible disminución de los salarios. Si la productividad no aumenta y las horas de trabajo se reducen, es probable que las empresas enfrenten mayores costos laborales. Esto podría llevar a una reducción en los salarios de los trabajadores, lo que afectaría su calidad de vida y tendría un impacto negativo en el consumo y la economía en general.


Además, la reducción de la jornada laboral sin garantizar el incremento constante de la productividad mediante previa inversión en bienes de capital podría generar una falta de competitividad en el mercado global. Las empresas que no invierten en tecnología y mejoras en la eficacia podrían verse superadas por competidores extranjeros que sí lo hacen, lo que podría afectar la economía y el empleo en el país.


Por último, esta medida podría generar una mayor carga fiscal para el gobierno, ya que tendría que compensar la disminución de la producción y el empleo. Si la economía se debilita debido a la reducción de la jornada laboral y la disminución de la productividad, el gobierno podría verse obligado a aumentar los impuestos o recortar los servicios públicos para compensar la caída en la recaudación fiscal.

En rigor, reducir la jornada laboral por decreto sin considerar el tipo de trabajo y la productividad puede generar una serie de consecuencias negativas, como la disminución de la producción, desequilibrios en el mercado laboral, reducción de salarios, pérdida de competitividad y una mayor carga fiscal. Para implementar una reducción efectiva de la jornada laboral, es fundamental asegurar previamente un incremento constante en la productividad mediante inversiones en bienes de capital.


¿Qué son los bienes de capital?

Los bienes de capital son aquellos activos tangibles e intangibles que las empresas adquieren o producen con el propósito de utilizarlos en la producción de otros bienes y servicios. Estos bienes desempeñan un papel crucial en la economía, ya que son cruciales para aumentar la productividad y, en consecuencia, impulsar el crecimiento económico.


Los bienes de capital pueden clasificarse en diversas categorías, como maquinaria, infraestructura, tecnología y propiedad intelectual. Por ejemplo, las fábricas emplean maquinaria y equipo para producir bienes, mientras que las empresas de tecnología invierten en software y hardware para desarrollar y ofrecer sus productos o servicios.


Es importante mencionar que los bienes de capital no se consumen de inmediato, sino que se usan y por consiguiente, se desgastan a lo largo del tiempo. Por esta razón, las empresas deben considerar la depreciación y la obsolescencia de estos bienes a medida que envejecen y se desgastan, lo que implica la necesidad de AHORRAR para luego invertir en su mantenimiento, actualización y eventual reemplazo.


La inversión en bienes de capital es esencial para mejorar la eficiencia y la competitividad de personas y empresas, ya que permite optimizar la producción y reducir los costos. Además, la adopción de nuevas tecnologías y la innovación en los procesos productivos conducen a un incremento en la productividad y, en última instancia, a un aumento en los ingresos y el bienestar de los trabajadores y la ciudadanía en general.


Los bienes de capital son activos fundamentales en la economía y el desarrollo de un país, porque mientras más desarrollada sea una nación, más bienes de capital poseerá y viceversa.
Estudio de caso: Ley de las 40 horas semanales en Chile

Video: Hugo Chávez reduce la jornada laboral: https://hegemon.online/wp-content/uploads/2023/04/Ley-40-horas-Chile.mp4?_=1
(mismas ideas, mismos resultados desastrosos para Economía, ej. Venezuela)



¿Qué establece la Ley de las 40 Horas?

La Ley de las 40 horas establece la reducción gradual de la jornada laboral ordinaria de 45 a 40 horas semanales en un período de cinco años. Los empleadores pueden adoptar esta medida anticipadamente si así lo desean, y se ha entregado el Sello 40 horas a las empresas que lo han hecho sin esperar a la gradualidad.


La ley también regula regímenes especiales, como el de las trabajadoras de casa particular, estableciendo diferentes condiciones para las puertas afuera y adentro. Además, contempla mecanismos de corresponsabilidad, como bandas horarias para facilitar la conciliación familiar y compensar horas extraordinarias con días de feriado adicionales.


Se permite la distribución de la jornada ordinaria en un sistema de 4×3, es decir, cuatro días de trabajo seguidos de tres días de descanso. La ley también ofrecería supuesto apoyo a las pymes mediante servicios técnicos y otros.


Se restringe la exclusión de jornada para ciertos cargos y se permite la promediación de la jornada, donde la jornada ordinaria de 40 horas puede cumplirse en un promedio de hasta cuatro semanas, con un tope máximo de 45 horas semanales y no superar más de dos semanas las 40 horas. En el caso de trabajadores sindicalizados, se requerirá acuerdo previo con el sindicato.


Defectos Observados de la “ley 40 horas”

Al analizar la Ley de las 40 horas, se pueden observar algunos posibles defectos o preocupaciones que podrían surgir a partir de su implementación:


Costos de contratación y producción: La reducción de la jornada laboral podría aumentar los costos de contratación y producción para las empresas, ya que podrían necesitar más empleados para mantener el mismo nivel de producción. Esto podría afectar especialmente a las pequeñas y medianas empresas con recursos limitados.


Desempleo y remuneraciones: El aumento en los costos laborales podría generar desempleo o reducir las remuneraciones, puesto que las empresas podrían verse obligadas a recortar personal o salarios para compensar el incremento en sus costos.


Implementación gradual: La gradualidad en la implementación de la ley podría generar confusión y desigualdades entre las empresas y los trabajadores, dependiendo de cómo y cuándo se apliquen las reducciones de la jornada laboral.


Flexibilidad laboral: La promediación de la jornada y la distribución de la jornada en un sistema 4×3 pueden ser beneficiosos para algunos trabajadores, pero podrían no adaptarse a las necesidades de todos. La inflexibilidad en la distribución de la jornada laboral podría generar dificultades en ciertos sectores o tipos de empleo.


Impacto en la productividad: La reducción de la jornada laboral no garantiza un incremento en la productividad. Si no se acompaña de inversiones adecuadas en bienes de capital y mejoras en la eficiencia, la medida podría no tener el efecto deseado en el crecimiento económico y el bienestar general.


Regímenes especiales: La ley contempla algunos regímenes especiales, como el de las trabajadoras de casa particular, pero no aborda de manera completa las diferencias y desafíos que enfrentan todos los trabajadores en situaciones particulares.


Estos defectos sugieren que la implementación de la Ley de las 40 horas podría generar preocupaciones o varios “dolores de cabeza”, especialmente si no se acompaña de medidas adicionales para mejorar la productividad y garantizar el bienestar de los trabajadores en diversos sectores y situaciones laborales.


¿Por qué ley de 40 horas laborales es contraproducente

Porque para poder reducir jornada laboral de manera natural se requiere el cumplimiento del siguiente axioma:
—Incremento previo de la PRODUCTIVIDAD como una CONSTANTE—


¿Cómo se Incrementa la Productividad?

R: Inversión previa en bienes de capital (ej. tecnología) y amortización de los mismos (ej.: ahorro para contrarrestar obsolescencia y término de vida útil de estos bienes)


¿Qué provoca estandarizar reducción de jornada laboral?

1. Sube costos de contratación, ergo encarece emprender y mantener emprendimiento.
2. Sube costo de producción, porque obliga a contratar a más personas para producir lo mismo.
3. Genera desempleo y baja las remuneraciones debido a los puntos anteriores.
4. Disminuye el emprendimiento, por tanto, se incrementa la cesantía y pobreza de los ciudadanos.
5. Subirá el costo de la vida o los precios finales con cargo a los consumidores o ciudadanos.6.
Apresurará reemplazo de encarecida mano de obra humana u hora hombre por robótica e inteligencia artificial (IA).


¿A Quiénes benefician estos decretos coactivos?

R: a los que obtienen sus rentas con cargo al expolio ciudadano o vía consumo de impuestos.
Solo el apéndice del eufemismo “Estado” podrá ganar lo mismo trabajando menos, porque la renta de estos depende de la productividad ajena y por supuesto sus socios comerciales, las grandes corporaciones que acabarán con su competencia (emprendedores sin nexos con el “Estado”), porque estas sí que cuentan con el capital necesario para pagar el incremento de los costos.

Video: https://hegemon.online/wp-content/uploads/2023/04/Ley-40-horas-Chile-clase-politica.mp4?_=2

En conclusión, reducir la jornada laboral por decreto, debido a sus efectos contraproducentes, estanca a los países en el subdesarrollo, porque como se dijo encarece los costos de contratación y producción, disminuyendo así el emprendimiento y los salarios. Incrementa la cesantía y en consecuencia la tasa general de pobreza, sumado a esto la subida en los precios y el impulso al reemplazo de la mano de obra humana por tecnologías avanzadas. Queda claro que la clase gobernante no existe, existió ni existirá para el bienestar del “pueblo”, por tanto, es crucial considerar estos aspectos y buscar medidas urgentes que anulen estos dislates legislativos y fomenten la inversión en bienes de capital para que objetivamente cualquier país logre incrementar de forma constante su productividad.


En fin, antes de jugar a tratar de estandarizar el comportamiento humano por decreto legislativo, señores políticos, consideren seriamente hacerse a un lado de la Economía y por favor, dejen de empobrecer a sus “amados pueblos”.

Referencias:

Pencavel, J. (2015). The Productivity of Working Hours. Economic Journal, 125(589), 2052-2076. Este artículo examina la relación entre las horas de trabajo y la productividad, lo que podría ser relevante para evaluar el impacto de una reducción en la jornada laboral.


Golden, L. (2012). The Effects of Working Time on Productivity and Firm Performance: a research synthesis paper. International Labour Organization. Este documento proporciona una revisión de la literatura sobre los efectos del tiempo de trabajo en la productividad y el rendimiento de las empresas, lo que podría ayudar a comprender los posibles resultados de la implementación de la Ley de las 40 Horas.


Gobierno de Chile. (2023, 12 de abril). ¡40 Horas será ley!: Conozca los detalles del proyecto impulsado por el Gobierno y que fue despachado por el Congreso. https://www.gob.cl/noticias/40-horas-es-ley-conozca-los-detalles-del-proyecto-impulsado-por-el-gobierno/

Gracias al autor por su permiso de reproducción. Publicación original: https://hegemon.online/2023/04/14/reducir-jornada-laboral-por-decreto/

Cristián Araoz Díaz: Psicólogo jurídico forense y escritor chileno

Twitter: @iC_A_D

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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