Actualmente todas las organizaciones que estiman diferentes datos a futuro, han recortado el crecimiento de México para el año 2025, Banxico lo recortó de un 1,2% a un 0,6%, el FMI ya hizo dos recortes, pues al principio veía un crecimiento del 2,2%, luego lo bajó a 1,6% para terminar con un 1,3%, después el Banco Mundial lo bajó de 1,7% a un 1,5%, por último la OCDE hizo un recorte del 2% a un 1,2%, y estos son los pronósticos más optimistas hacia la economía mexicana en el año 2025, pues otras como Goldman Sachs y Banamex lo estimaron en un 0%, es decir, pronostican que México no crecerá en el año 2025.
En este artículo quiero retomar el tema de la recesión que han tomado otros compañeros míos, pero también considerando algunos antecedentes y otras consecuencias que podrían pasar este año en México.
Antecedentes
A lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, México ha atravesado múltiples recesiones y depresiones económicas que han dejado huellas profundas en su desarrollo. Estos episodios, motivados tanto por factores externos como por decisiones internas, han influido en la política económica y social del país. En este artículo se analizan las principales crisis económicas que ha vivido México, sus causas, consecuencias y datos relevantes.
La primera gran crisis del siglo XX que afectó a México fue la Gran Depresión de 1929. Aunque el epicentro de esta crisis fue Estados Unidos, México se vio severamente afectado por su dependencia comercial del vecino del norte. La caída de los precios internacionales de productos como el petróleo y los metales, principales exportaciones mexicanas, provocó una reducción drástica de los ingresos nacionales. Se estima que cerca de 287,000 personas perdieron su empleo en una población que apenas superaba los 16 millones. Las medidas implementadas por el gobierno, como el Plan Calles de 1931 y la desmonetización del oro, buscaban estabilizar el sistema financiero y fortalecer al recientemente fundado Banco de México.
Décadas más tarde, en el periodo comprendido entre 1981 y 1983, México enfrentó la llamada Crisis de la Deuda Externa. Esta fue provocada por el endeudamiento excesivo que el país contrajo en los años anteriores, en gran parte para financiar el desarrollo del sector petrolero tras el descubrimiento del yacimiento de Cantarell. Sin embargo, la caída internacional de los precios del petróleo y el aumento de las tasas de interés de los préstamos internacionales generaron un colapso financiero. El país entró en recesión, con una contracción del PIB del 7.2%, una de las más severas en su historia moderna. El peso se devaluó más del 170% en menos de un año y se suspendieron los pagos de la deuda externa por varios meses.
A esta crisis le siguió otro periodo recesivo en 1985–1986, exacerbado por el terremoto que devastó la Ciudad de México. Además de las pérdidas humanas y materiales, México enfrentó una nueva caída del precio del petróleo, que se desplomó en un 51% en ese lapso. El PIB se contrajo un 5.6%, mientras el país luchaba por reconstruir su infraestructura y mantener a flote su economía en medio de un clima de desconfianza e incertidumbre.
Uno de los momentos más críticos de la historia reciente de México fue la llamada «Crisis del Tequila» en 1994-1995. Esta crisis fue detonada por un conjunto de factores: déficits fiscales y de cuenta corriente financiados con deuda de corto plazo (los llamados Tesobonos), una sobrevaluación del tipo de cambio y una fuerte inestabilidad política derivada de los asesinatos de figuras públicas como Luis Donaldo Colosio. En diciembre de 1994, el gobierno se vio obligado a devaluar el peso, lo que provocó una fuga masiva de capitales. El tipo de cambio prácticamente se duplicó en cuestión de días y las tasas de interés se dispararon hasta el 70%. El PIB cayó un 10.4% y cientos de miles de empresas pequeñas y medianas quebraron.
El inicio del siglo XXI trajo consigo la crisis de las «dot com» entre 2000 y 2002. Aunque su epicentro fue nuevamente Estados Unidos, la economía mexicana, estrechamente vinculada a la del norte, se resintió. La contracción fue de un 3.4% del PIB y la recuperación fue lenta. Esta fue la segunda recesión más prolongada desde 1981, con una duración de 16 meses, caracterizada por una caída sostenida en la demanda externa y una desaceleración del consumo interno.
La crisis financiera global de 2008-2009, conocida como la Gran Recesión, también impactó fuertemente a México. Ante el colapso del sistema financiero internacional, el país experimentó una caída del PIB del 8.9%, una de las más severas desde que se tienen registros confiables. El peso perdió más del 50% de su valor frente al dólar, y el Banco de México tuvo que intervenir con más de 20,000 millones de dólares en reservas internacionales para contener la devaluación. El desempleo aumentó considerablemente y sectores como el automotriz y la construcción se paralizaron.
En 2019, antes incluso de la pandemia, México ya mostraba signos de desaceleración económica. Sin embargo, fue en 2020 cuando la recesión se profundizó debido al impacto de la pandemia de COVID-19. Las restricciones sanitarias y el cierre temporal de actividades económicas provocaron una caída sin precedentes del PIB del 20.7% en el segundo trimestre del año. La inversión privada se desplomó un 37% y el consumo retrocedió 20.8%. Esta crisis dejó ver la fragilidad de la economía informal y la dependencia de muchos sectores del comercio presencial.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Durante el S. XX Aunque hay consideraciones mixtas, pues en las crisis y recesiones, había factores tanto internos como externos, la principal razón siempre fueron las malas finanzas del propio estado mexicano, con la única excepción de la Gran Depresión de 1929, todas las demás crisis estaban relacionadas entre la mala administración del estado y algunos factores del mercado mundial como la caída del precio del petróleo.
A partir del S. XXI encontraremos una consideración diferente, pues al parecer México se ha concentrado en poner las cuentas en orden, no ha habido crisis de sobreendeudamiento como en los 80’s, ni una fuerte caída de la producción nacional por la caída del petróleo, ni colapsos de todo el sistema financiero, además ha tenido un déficit pequeño, y ha aumentado las reservas internacionales año con año. Las diferentes crisis se debieron a afectaciones en el comercio global, de cualquier forma aprovecho para decir que todas las crisis se debieron a errores de otros estados en el mundo, pero al tener finanzas estables, México ha logrado sobrellevar las crisis medianamente bien. Es importante resaltar esto, pues la tesis central de este artículo no solo es detallas las causas de la recesión, si no que también quiero resaltar que es la primera vez en todo el S. XXI que las recesiones que ha tenido México durante el gobierno de MORENA, tiene muchas de sus causas en el descuido de la administración del estado, sin olvidar que claro que hay consideraciones externas que analizaremos.
RECESIÓN 2025
México enfrenta una recesión en 2025 debido a una combinación de factores internos y externos que han debilitado su economía. A continuación, se detallan las principales razones que han contribuido a esta situación:
1. Imposición de aranceles por parte de Estados Unidos: La administración del presidente Donald Trump ha anunciado la imposición de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, afectando significativamente sectores clave como el automotriz, siderúrgico y electrónico. Esta medida ha generado incertidumbre en el comercio bilateral y ha impactado negativamente en las exportaciones mexicanas. A pesar de que la administración de MORENA ha festejado la supuesta negativa de Trump de poner aranceles, Trump sí ha puesto un arancel al comercio sobre los productos ya mencionados, que representan el 35% del comercio de México con Estados Unidos, y su vez equivale a 35,000 millones de dólares, y aunque en general el precio lo absorben los propios americanos, si la elasticidad no permite poner el costo del arancel en el precio, entonces los empresarios sí tendrán que sacrificar un porcentaje de sus ganancias para seguir comerciando con Estados Unidos.
Queda el miedo latente de un aumento de los aranceles a otros productos, pues Trump amenaza constantemente a México con imponer dichas medidas si México no mejora su estrategia de seguridad. Los gobernantes de MORENA, al tener dicha amenaza, reaccionaron tan solo en unos días enviando a 29 narcotraficantes para que puedan ser procesados en Estados Unidos, y también enviaron a varios elementos de la Guardia Nacional en la frontera.
Si bien parece haber reacción de las autoridades mexicanas, todos los días aparecen noticias sobre la creciente ola de inseguridad en México, como el rancho recién encontrado en Teuchitlán, donde se menciona que era un campo de entrenamiento, y ante la negativa de cualquier persona secuestrada en ese lugar era, lamentablemente, asesinado por los líderes del crimen organizado; dicho lugar fue ignorado tanto por autoridades locales como por autoridades federales, pues en septiembre del año pasado la Guardia Nacional estuvo ahí, y supuestamente no encontró nada, tuvo que ser, una vez más, el sector privado, a través de madres de muchas víctimas las que encontraron los restos del lugar. Como este se han encontrado muchos otros campos con restos incinerados de personas, como en Tamaulipas o el Estado de México, demostrando que las acciones de seguridad solo tienen interés en que no pase a Estados Unidos, mientras México sigue siendo un país con graves problemas liderados por el crimen organizado.
Por otro lado, Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018–2024), México experimentó un aumento significativo en el número de personas desaparecidas, registrando al menos 53,261 casos según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Esta cifra representa un incremento notable en comparación con administraciones anteriores: 16,903 desapariciones durante el mandato de Felipe Calderón (2006–2012) y 32,532 bajo Enrique Peña Nieto (2012–2018).
En promedio, durante el gobierno de López Obrador, desapareció una persona cada hora. Este fenómeno afectó de manera desproporcionada a mujeres y menores de edad. Por ejemplo, se reportaron 12,574 mujeres desaparecidas, lo que equivale al 23% del total de casos.
La crisis de desapariciones ha sido reconocida por organismos internacionales. En abril de 2025, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU declaró que las desapariciones en México son «sistemáticas y generalizadas«, basándose en cifras alarmantes: más de 127,000 desaparecidos, 5,600 fosas clandestinas y una crisis forense con 72,000 cuerpos sin identificar.
A pesar de las promesas de abordar esta problemática, las medidas implementadas durante el sexenio de López Obrador no lograron frenar el aumento de desapariciones, dejando a miles de familias en la incertidumbre y profundizando la crisis de derechos humanos en el país.
Lo importa, pues si Trump percibe que el país tiene niveles altos de inseguridad y que puede ser una amenaza para su país, a México podrían venírsele aranceles, aunque por el momento se salvó de los productos dentro del acuerdo de Libre Comercio. Y fuera de lo que pueda pensar o no Trump, el aumento de inseguridad en el país se convierte en un repelente de inversores, lo que significará una caída de la economía todavía peor que la que estamos viendo en este momento.
2. Caída en la inversión privada: La incertidumbre política y económica, tanto interna como externa, ha llevado a una disminución en la inversión privada. Factores como las reformas constitucionales propuestas y la incertidumbre sobre las políticas del nuevo gobierno estadounidense han generado cautela entre los inversionistas. Se debe reconocer que los gobernantes de México celebran un aumento récord en la inversión que llega a México, el problema es que solo el 3% de dicha inversión es inversión nueva, todo lo demás son utilidades reinvertidas, eso quiere decir que México no está atrayendo la atención de nuevos inversores, por el contrario, parece que los aleja, pues México no es un país que respete ningún ámbito del estado de derecho.
Las inversiones se alejan ante la desconfianza de esta administración, pues está cayendo en todos los indicadores que miden la estructura del estado de derecho, tanto en el índice mundial de impunidad, como el índice de percepción de la corrupción, como el propio índice de estado de derecho, han empeorado a sus peores niveles desde que esta administración llegó, es el gobierno más corrupto de la historia, y no lo digo como un adjetivo con origen visceral, es lo que señalan todos los índices anteriores.
México sigue siendo un país inviable para las inversiones, cada vez hay mayor número de regulaciones en diferentes aspectos que dificultan la tarea del empresario para establecerse aquí. La última ocurrencia de este gobierno está relacionado con la prohibición de comida chatarra en las escuelas, tanto la COPARMEX, como otras organizaciones de empresarios, han declarado su preocupación pues advierten que se viene un enorme nivel de pérdidas. Espero que esto no se mal entienda como un apoyo a la comida chatarra, sin embargo, las prohibiciones siempre tienen problemas inherentes, por ejemplo, habrá mucha venta ilegal dentro de los salones de clases, un aumento en el gasto de los alimentos y un deterioro en diferentes estructuras de negocios que habían en las escuelas.
3. Reducción del consumo interno: El consumo privado en México ha mostrado señales claras de debilitamiento desde mediados de 2024, generando preocupación sobre el crecimiento económico del país en 2025. De acuerdo con el INEGI, en octubre de 2024 el consumo privado disminuyó un 0.7% mensual, tras una baja del 0.4% en septiembre, debido principalmente a una reducción en el consumo de bienes nacionales. En noviembre, el consumo se mantuvo estancado y la confianza del consumidor cayó 1.8 puntos, reflejando una mayor cautela en los hogares. A nivel anual, en septiembre de 2024 el crecimiento fue de solo 1.8%, muy por debajo del 3.4% registrado en julio. Entre los factores que explican esta caída se encuentran la desaceleración en la generación de empleos formales —que se estimó en 365 mil para 2024 frente a los 750 mil de 2022—, las altas tasas de interés que han encarecido el crédito, la depreciación del peso que ha reducido el poder adquisitivo, y un entorno de incertidumbre política y económica derivado de reformas internas y tensiones comerciales con Estados Unidos. Además, los ingresos por ventas al menudeo cayeron 0.8% en 2024, siendo esta la primera disminución anual desde 2020, lo que refuerza la idea de una menor demanda interna.
5. Altas tasas de interés: El Banco de México ha mantenido tasas de interés elevadas para controlar la inflación. Sin embargo, estas tasas han encarecido el crédito, afectando tanto al consumo como a la inversión. Es necesario aclarar que aunque ha habido una elevada tasa de interés para controlar la inflación, el Banco de México se vio en la necesidad de bajar de nuevo las tasas de interés, pues en primer lugar ha conseguido el objetivo de reducir la inflación, y después ante el encarecimiento de los créditos ha reducido la confianza en el consumidor y quieren que se recupere abaratando nuevamente los créditos, sin embargo, ni con esas medidas de política económica lograron salvar a México de la desaceleración.
- Quiero referirme al ciclo económico de la Escuela Austriaca de Economía, para mencionar los problemas relacionados con la próxima baja de las tasas de interés que tendrá México en los próximos años:
Tasas de interés artificialmente bajas
Cuando los bancos centrales (como Banxico o la Fed) bajan las tasas de interés por debajo del nivel que el mercado determinaría de forma natural, se genera una ilusión de ahorro abundante. - Expansión crediticia
Las tasas bajas incentivan a los bancos a prestar más dinero. Esto provoca que empresas y consumidores tomen decisiones de inversión y consumo que no se sostienen en fundamentos reales de ahorro. - Mala asignación de recursos (malinvestment)
Las empresas inician proyectos que parecen rentables por las condiciones artificiales del crédito, especialmente en sectores que requieren inversiones a largo plazo (como la construcción o tecnología). Pero estos proyectos no reflejan las verdaderas preferencias de los consumidores ni la disponibilidad real de recursos. - Aumento de la inflación o escasez de recursos
A medida que el dinero fácil circula en la economía, los precios comienzan a subir o se empiezan a notar desequilibrios en los sectores productivos. - Ajuste o crisis (recesión)
En algún punto, se hace evidente que muchos de los proyectos financiados no eran sostenibles. Los préstamos dejan de pagarse, las inversiones fallan y sobreviene una recesión. La economía entra en un periodo de “limpieza” donde se liquidan las malas inversiones. - Reinicio del ciclo
Si los bancos centrales vuelven a intervenir con nuevas bajas tasas o estímulos, se inicia otro ciclo, repitiendo el patrón.
6. Contracción en sectores clave: En México, durante 2024 se ha observado una contracción significativa en sectores clave como la construcción, la manufactura y la extracción de petróleo y gas. El sector de la construcción, que había crecido un 15.6% en 2023 impulsado por grandes obras públicas como el Tren Maya, sufrió una caída del 7.1% anual en diciembre de 2024, debido al término de estos proyectos y una fuerte reducción del 33.7% en obras de ingeniería civil, estrechamente ligadas al gasto público. Se espera que esta tendencia continúe, con una reducción adicional del 4.5% en 2024 y del 3.7% en 2025. Por su parte, la manufactura también mostró signos de debilidad, con una disminución del 1.2% mensual y del 0.3% anual en diciembre, afectada principalmente por la huelga automotriz en Estados Unidos, que interrumpió las cadenas de suministro en México. Los subsectores más afectados fueron la fabricación de equipo de transporte, muebles y productos metálicos. En cuanto a la industria de extracción de petróleo y gas, la producción alcanzó en noviembre su nivel más bajo del año, con 1.747 millones de barriles diarios, por debajo de la meta gubernamental de 1.8 millones. Esta disminución se debe al envejecimiento de los campos petroleros y a los resultados decepcionantes de nuevos proyectos, lo que pone en duda la viabilidad del objetivo de autosuficiencia energética. En conjunto, la caída de estos sectores fundamentales refleja un panorama económico complejo, marcado por la desaceleración del crecimiento, la reducción de la inversión pública y desafíos estructurales en sectores estratégicos.
7. Cambios en la administración gubernamental: Históricamente, los cambios de gobierno en México han estado asociados con una reducción del crecimiento, esto porque el dinero que ya no está circulando en el mercado tarda en administrarse en el sector público, pues se está reestructurando de acuerdo al nuevo plan nacional.
Otro punto importante es que México históricamente tiene de los procesos electorales más caros del continente y del mundo, esto no solo en términos totales, también en gasto per cápita, en términos totales, en México, entre el presupuesto para el mismo proceso electoral y el presupuesto para la publicidad de los partidos políticos, México destina un total de $1,180 millones de dólares, en América solo está detrás de Estados Unidos tanto en el total como en presupuesto por habitante, pues México destina un total de 9,7 dólares por habitante, mientras en Brasil ocupan un presupuesto de 4 dólares por persona, Argentina 5,6 dólares, Perú 7,3 dólares o Colombia de 2 dólares. Sin duda hay una cantidad muy importante de dinero que ya no se está ocupando en las personas, y en lugar de esto se destinan a hacer famosos a un montón de políticos.
Comparado con muchos países europeos, México tiene un sistema electoral muy caro por habitante, países como Francia, España y Países bajos cuestan menos de 5 dólares por habitante.
8. Riesgos en el comercio internacional: Además de los aranceles, existen disputas comerciales en el marco del T-MEC, como la relacionada con el uso de maíz transgénico, que podrían resultar en sanciones adicionales y afectar aún más las exportaciones mexicanas. Además de la disputa por el maíz transgénico y las tensiones surgidas de los aranceles de la era Trump y del T-MEC, México enfrenta varios riesgos comerciales importantes. Entre ellos destacan las disputas en el sector energético, donde las políticas que favorecen a empresas estatales como CFE y Pemex han generado quejas de Estados Unidos y Canadá por posibles violaciones al tratado. También preocupan las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs), vistas como barreras no arancelarias, y las restricciones sanitarias que complican la importación de ciertos productos agrícolas. A esto se suman controles de precios internos y políticas proteccionistas que afectan la apertura comercial, así como reformas judiciales que generan incertidumbre sobre el respeto a las inversiones extranjeras. Finalmente, México enfrenta riesgos derivados del cambio climático, ya que los fenómenos extremos amenazan su producción agrícola y estabilidad comercial. Todos estos factores, si no se manejan adecuadamente, pueden impactar seriamente la competitividad y las relaciones comerciales del país.
9. Posible pérdida del grado de inversión: diversos expertos y agencias calificadoras han advertido que México podría perder su grado de inversión antes de 2027 si persisten ciertas tendencias fiscales e institucionales.
En noviembre de 2024, Moody’s cambió la perspectiva de la calificación crediticia de México de «estable» a «negativa», aunque mantuvo la calificación en «Baa2», dos niveles por encima del grado especulativo. La agencia citó preocupaciones sobre el debilitamiento del marco institucional y de formulación de políticas, así como un déficit fiscal creciente, que alcanzó aproximadamente el 6% del PIB en 2023.
Además, la reforma al Poder Judicial, que propone la elección popular de jueces y magistrados, ha generado inquietudes sobre la posible erosión de los controles y equilibrios del sistema judicial, lo que podría impactar negativamente la fortaleza económica y fiscal del país.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) también ha señalado que continuar con reformas constitucionales que debiliten las instituciones podría llevar a México a perder su grado de inversión, una situación que ha afectado a países como Colombia y Brasil, los cuales no han recuperado dicho grado incluso después de una década.
La pérdida del grado de inversión tendría consecuencias significativas, como el aumento en el costo del financiamiento para el gobierno y el sector privado, la depreciación del peso mexicano y una posible salida de capitales. Según estimaciones de la organización México Evalúa, el costo financiero anual podría oscilar entre 14 mil y 74 mil millones de pesos, dependiendo de la magnitud de la rebaja en la calificación.
10. Negativa y engaño de las autoridades de México: La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su desacuerdo con las recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que anticipan una contracción del 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano en 2025 y un aumento de la deuda pública al 60.7% del PIB. Sheinbaum argumenta que estas estimaciones no consideran adecuadamente las políticas de la Cuarta Transformación, enfocadas en eliminar la corrupción y redistribuir los recursos públicos en beneficio del pueblo mexicano.
En respuesta a las preocupaciones del FMI, Sheinbaum ha destacado el «Plan México», una estrategia económica que busca fortalecer la producción nacional, fomentar la integración regional a través del T-MEC y sustituir importaciones, especialmente de China. Este plan también incluye proyectos de infraestructura y estímulos al sector manufacturero y automotriz.
Además, la presidenta ha cuestionado la autoridad de los organismos financieros internacionales para dictar políticas internas a los países, señalando que los modelos económicos de la Secretaría de Hacienda contradicen las proyecciones del FMI .
11. Aumento histórico de la deuda del país: Como ya se mencionó el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la deuda pública bruta de México alcanzará el 60.7% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2025, un aumento considerable respecto al 48.7% registrado en 2024. Este incremento genera preocupaciones importantes sobre la estabilidad financiera del país. Entre las principales consecuencias de una deuda elevada están el aumento en el costo del financiamiento —ya que los inversionistas exigirían mayores tasas de interés ante un mayor riesgo percibido— y la presión sobre el gasto público, que podría limitar recursos destinados a sectores prioritarios como salud, educación e infraestructura.
Otra consecuencia relevante sería el riesgo de que México pierda su grado de inversión, lo que encarecería aún más el financiamiento y podría provocar una fuga de capitales. Además, una deuda alta reduce el margen fiscal disponible para enfrentar crisis económicas o desastres naturales, aumentando la vulnerabilidad del país. Esta situación también podría desalentar la inversión privada si se percibe incertidumbre fiscal o la necesidad futura de mayores impuestos para cubrir el déficit.
Para enfrentar estos riesgos, el FMI ha recomendado a México una reforma fiscal que incluya ajustes al IVA y al ISR, así como una gestión más prudente del gasto público. Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado estas proyecciones, argumentando que no toman en cuenta las políticas de la Cuarta Transformación enfocadas en combatir la corrupción y redistribuir los recursos públicos. A pesar de esta postura oficial, diversos analistas insisten en que una estrategia clara para controlar la deuda será crucial para preservar la estabilidad económica de México en los próximos años.
12. Comparación con las proyecciones hacia Argentina: Aunque esto no es un motivo directo de la recesión en México, sí se puede hacer hincapié en el camino que pudo haber seguido México de haber seguido políticas liberales, aún contra todo pronóstico, incluso del mismo Milei, y aún con crisis, Argentina logra crecer en el año 2024 con un 2.1% anual, según informe del instituto nacional de estadística y censos de Argentina (INDEC) y las estimaciones de proyecciones se ubican en 5% para el año 2025 y alrededor de un 4,5% para el año 2026, siempre considerando que las proyecciones pueden equivocarse, casi siempre tienen un margen de error del 1% o 2%, aún con ese margen, Argentina crecerá mucho más que México en los próximos años, solo para recordarnos el modelo fracasado por el que ha optado el votante mexicano.
En cuanto a la recuperación económica, se espera que México comience a mostrar signos de mejora hacia finales de 2026, dependiendo de factores como la resolución de disputas comerciales, el restablecimiento de la confianza de los inversionistas y la implementación de políticas económicas que estimulen el crecimiento.
Conclusión
A pesar de un siglo marcado por vaivenes económicos, desde la Gran Depresión de 1929 hasta la crisis pandémica de 2020, México llega a 2025 enfrentando su primera recesión plenamente atribuible a desequilibrios fiscales internos, tensiones comerciales y un ambiente de incertidumbre institucional. Con las principales instituciones —Banxico, FMI, Banco Mundial y OCDE— recortando sus pronósticos de crecimiento y proyectando incluso cero avance, el país se ve obligado a replantear su estrategia: contener el gasto electoral y el servicio de deuda, restaurar la confianza de inversionistas mediante un fortalecimiento del Estado de Derecho, resolver disputas comerciales que siguen cobrando factura y reactivar el consumo interno. Solo con una reforma fiscal equilibrada, políticas que impulsen la inversión productiva y un compromiso real con la transparencia y la legalidad, México podrá navegar este periodo adverso y sentar las bases para una recuperación sostenible hacia 2026 y más allá.