Inmediatamente después del descubrimiento de América, se enviaron grandes cantidades de oro y plata a España. España emergió como la primera potencia mundial de la historia. El real se convirtió en la primera moneda aceptada globalmente. A medida que su riqueza crecía, también lo hacía el atractivo del rey español Felipe II. No solo era el heredero de la mitad de Europa, sino que también era considerado el yerno más codiciado de la otra mitad.

En el feudalismo, la riqueza consistía en la propiedad de la tierra (principados y reinos). Sin embargo, los residentes causaban más problemas que la plata guardada en las bóvedas. Estos gastos debían compensarse mediante más impuestos, lo que provocaba aún más rebeliones.

Los inicios del mercantilismo en el feudalismo

Las ciudades-estado de Génova, Pisa y Venecia adoptaron un modelo de negocio diferente. Maximizaban el capital en lugar de la superficie terrestre. Además, contaban con un sistema bancario y flotas poderosas. Sus barcos controlaban los mercados de materias primas en el Mediterráneo, el transporte y el procesamiento de los productos, que luego enviaban y vendían a clientes a cambio de divisas. España era su cliente más adinerado. A medida que el reino experimentaba crecientes dificultades financieras debido a la proliferación de empresas emergentes en el Caribe (piratas), las ciudades-estado italianas y sus bancos también se desplomaron.

Las Compañías de las Indias Orientales

Los hugonotes (protestantes) adoptaron el sistema mercantilista. En lugar de galeras y galeazas, navegaron alrededor del mundo en barcos de alta tecnología. Tan solo la Compañía Holandesa de las Indias Orientales operaba una flota de 4700 barcos.

Mercantilismo

El concepto básico del mercantilismo es el control de la cadena comercial. Utilizando tus propios barcos, adquieres bienes o materias primas al precio más bajo posible, los refinas en tu país de origen y los transportas a los mercados más rentables: el modelo perfecto para una multinacional. Las ganancias se convierten en capital, que puede utilizarse para obtener más concesiones de príncipes y reyes notoriamente escasos de dinero.

El modelo presenta debilidades. Las empresas se especializaron en ciertos productos. Los holandeses se concentraron en el comercio de especias, los ingleses en el café y el té. Si la demanda caía, la empresa se tambaleaba, y con ella el Estado.

El sistema colonial y la industrialización

Los británicos resolvieron el problema atacando al enemigo. Se anexionaron los lucrativos territorios del mundo. Las rutas marítimas quedaron bajo su control. Nadie podía eludir a la Marina Real Británica. Existía libre comercio dentro del Imperio.

El sistema colonial británico se vio debilitado por la industrialización. Nuevos actores, como Alemania y Estados Unidos, surgieron como fuertes rivales. Los movimientos independentistas y el malestar laboral asolaron cada vez más el imperio. Gran Bretaña sufría la misma enfermedad que había asolado a España.

Neomercantilismo

Estados Unidos, como nueva potencia mundial, no quería tener nada que ver con el colonialismo. Su industria superior y su armada les bastaban. En 1947, crearon el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), que sentó las bases legales para el libre comercio. Este posteriormente evolucionó a la OMC (Organización Mundial del Comercio).

Gracias al libre comercio (en gran medida) global, deberíamos vivir en una época de prosperidad. Pero no, el mundo es tan mercantilista como hace 400 años.

El ejemplo clásico es China. El Imperio del Centro ha asumido el control de la producción industrial mundial. Los países con acceso a materias primas reciben generosos préstamos para su infraestructura. Pagan las deudas con descuentos en la entrega de materias primas. Con su nueva Ruta de la Seda, esperan pronto controlar también el transporte hasta el cliente.

El superávit por cuenta corriente de China ha alcanzado tales proporciones que Estados Unidos también está reaccionando de forma mercantilista. Trump quiere compensarlo con aranceles. También quiere obligar a los importadores a utilizar buques estadounidenses para el transporte. ¿No hemos visto esto antes (Leyes de Navegación Británicas)?

¿Es Europa mejor? No. La UE intenta imponer un acuerdo comercial a Suiza, en el que este debe «asegurarse» (es decir, «comprar») el acceso al mercado. El gobierno suizo celebra y la opinión pública general aplaude. En general, la UE regula el acceso a su mercado con regulaciones y requisitos imposibles.

No existe libre comercio con exportadores de materias primas como Rusia, Kazajistán, Irán, Arabia Saudita, etc. Si se desean sus productos básicos, hay que negociar con el gobierno.

Así que la próxima vez que escuche en los medios de comunicación que el libre comercio es la base de la prosperidad y el progreso, puede dejar de leer. Es una quimera.

Publicado originalmente por Freiheitsfunken AG: https://freiheitsfunken.info/2025/06/28/23128-internationale-realpolitik-neo-merkantilismus

Paul Siegenthal.- Estudió economía en la Universidad de St.Gallen (HSG). Todavía trabaja en finanzas y contabilidad. De 2010 a 2021 estudió arqueología en la Universidad de Zúrich, su enfoque es la antropología cultural.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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