La importancia de la autonomía

La existencia de órganos autónomos dentro de la administración pública es importante, entre otras cosas, porque reduce el grado de discrecionalidad en las políticas gubernamentales. Su trabajo –como el trabajo de todo órgano regulatorio– debe estar continuamente sometido a la crítica; pero en tanto su trabajo siga teniendo algún grado de justificación, la autonomía permite que las decisiones adoptadas conserven una lejanía saludable de los caprichos de un gobernante. Los órganos autónomos requieren criterios sofisticados para administrar sus tareas que queden fuera del alcance de grupos de interés concentrados en el gobierno.

Pensemos, por ejemplo, en el trabajo que realiza la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE). La COFECE busca promover la competencia empresarial y tiene una serie de criterios que norman su proceder ante la sospecha de alguna conducta monopólica por parte de alguna entidad económica. La COFECE no detiene todo intento de concentración o fusión, por ejemplo, salvo cuando ha analizado el caso concreto y concluye que no habrá ganancia alguna en eficiencia como consecuencia de la fusión. La transparencia en procedimientos incrementa la certidumbre jurídica y facilita que los empresarios cumplan la ley sin la amenaza de algún procedimiento arbitrario en su contra. Si la COFECE perdiera su autonomía, el gobierno tendría un mayor poder y una mayor capacidad de usar criterios opacos para sancionar a empresas con el pretexto de que realizan alguna actividad antimonopólica.

El gobierno del presidente López Obrador ha sido insistente en su cruzada contra órganos autónomos. Ha dicho que los órganos autónomos son un «invento de neoliberales corruptos»[1]. Los órganos autónomos pueden ser criticables; sus funciones deben ser revisadas y sus cuentas deben ser claras. Si es necesario reformarlos o, incluso, suprimirlos, debe hacerse; pero debe hacerse desde un diagnóstico adecuado de costos y beneficios que suponga una participación democrática y no un mero arranque populista.

La intención de desmantelar los órganos autónomos es clara: el programa político de López Obrador requiere más dinero y menos contrapesos gubernamentales. Los órganos autónomos son un contrapeso institucional a las decisiones del poder ejecutivo. Bajo el pretexto de que dichos órganos consumen dinero del presupuesto público que podría ser entregado a la población, el presidente podría conseguir suficiente apoyo de sus seguidores para arremeter contra los órganos autónomos. El caso más reciente es la tentativa contra el INAI: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

Lo “barato” sale caro

Algo que ha caracterizado al gobierno de López Obrador desde el comienzo es la idea de demoler estructuras y pautas de gobierno de administraciones anteriores bajo el pretexto de que eran corruptas, sin detenerse a pensar qué funciones cumplían y cómo podrían ser mejoradas. El resultado no ha sido halagüeño para el gobierno. Pensemos en lo que ocurrió con el Seguro Popular. El Seguro Popular comenzó en 2003 como parte de una política pública encaminada a incorporar a un mayor número de mexicanos a servicios de salud que no contaban con seguridad social. El presidente reemplazó el Seguro Popular con el INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar): un organismo improvisado, sin reglas claras de operación y que generó una serie de quejas sobre usos de recursos. A tan sólo 3 años de operación, el gobierno de Obrador eliminó el INSABI y encomendó sus funciones a IMSS Bienestar. Este es un ejemplo de cómo lo barato sale caro: el gobierno no redujo ni la carga fiscal que supone para la población su programa de salud con relación al de años anteriores ni ofreció mejorías en los servicios de salud. Pero sí incrementó la opacidad y pondrá en aprietos al IMSS, con lo que los mexicanos tendrán más dificultades para acceder a servicios de salud. Aunado al rechazo del gobierno federal a todo esquema de provisión privada, el mexicano promedio queda entre la espada y la pared, como un cautivo obligado a demandar servicios médicos de un monopolio gubernamental ineficiente.

La autonomía contra los grupos de interés

Uno de los graves problemas en México es la proliferación de grupos de interés con influencia sobre el gobierno para obtener privilegios a expensas del resto de los ciudadanos. Todo grupo de interés, sin embargo, sufre del problema del gorrón. El gorrón es el individuo que se beneficia a expensas de los demás. Un grupo puede conseguir beneficios para todos sus miembros, incluso si alguno de ellos no puso de su parte para alcanzarlos. Esto supone un problema porque si todos los miembros esperan conseguir beneficios a expensas del resto, tienen un incentivo perverso a no poner de su parte. Pero si nadie pone de su parte, los beneficios para el grupo no se producen aun si todos estarían mejor con ellos. Por esta razón, los grupos de interés requieren algún mecanismo para comprometer a sus miembros a cooperar, así como la facilidad de establecer alianzas con el gobierno que reduzcan los costos de cooperación para cada miembro.

Eliminar organismos autónomos fomenta la concentración de poder en el gobierno federal. La concentración de poder, por su parte, reduce los costos de cooperación de los miembros de un grupo de interés. La concentración reduce la transparencia y también reduce obstáculos de negociación entre funcionarios públicos y grupos de interés. De ese modo, la concentración favorece la corrupción y el amiguismo entre políticos y representantes de sectores económicos en búsqueda de privilegios.

La transparencia es fundamental en un país que busque la rendición de cuentas del gobierno hacia la ciudadanía. En sus ataques contra los organismos autónomos –y contra organismos como el INAI, en concreto– el presidente podría hacer una estupenda muestra de prestidigitación: aparentar que ahorra recursos de los contribuyentes, cuando en realidad sólo los cambia a un bolsillo más conveniente al poder y oculto del escrutinio público.


[1] Cita recuperada de https://www.jornada.com.mx/2022/09/22/politica/010n2pol

Por Sergio Adrián Martínez

Economista por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Administrador de Tu Economista Personal, sitio de reflexiones de economía y mercados libres.

2 comentarios en «Un gobierno contra las autonomías y la transparencia»
  1. ES EL MOMENTO DE PRESENTAR UN FRENTE COMÚN CONTRA EL RÉGIMEN DE DICTADURA QUE BUSCA LOPEZ OBRADOR, YA QUE LO ÚNICO QUE CONTESTA SIN DECIR VERDADES SON SUS PALABRAS “INJURIAS” Y “CORRUPCION”, SIN CONTESTAR LA VERDAD DE LO QUE HAN HECHO DEL DINERO DE TODOS LOS FRAUDES QUE HASTA LA FECHA SE LES HAN ENCONTRADO, MAS TODO LO QUE NO SE SABE, Y DE LOS PRESUPUESTOS DE LOS FIDEICOMISOS Y DEPENDENCIAS QUE HAN QUITADO, DEJANDO A MUCHA GENTE SIN TRABAJO, POR ESO EL EL MOMENTO DE QUITARLO Y HACER UN VERDADERO JUICIO EN DONDE CONTESTE CON PRUEBAS QUE HA HECHO CON ESE DINERO.

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