Introducción:

El pasado 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP) presentó al Congreso de la Unión el paquete económico para el año fiscal 2024, una serie de documentos que revelan los planes del gobierno federal para recaudar y gastar recursos. El gasto histórico propuesto superará los 9 billones de pesos para 2024, y una parte importante de los recursos se asignará a programas y proyectos prioritarios de la administración actual.

El paquete económico debe ser aprobado por ambas Cámaras antes del 31 de octubre, excepto el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), que puede ser aprobado por la Cámara de Diputados hasta el 15 de noviembre.

En términos sucintos, este paquete da prioridad total a los gastos en inversión pública, a pensiones para adultos mayores y al rescate de Pemex. Todo lo anterior, bajo un relajamiento de la política fiscal que implicará niveles de deuda no vistos desde hace más de 20 años, y que, difícilmente, podrá ajustarse en el corto y mediano plazo como lo ha aseverado el Ejecutivo Federal. A todas luces, es un paquete imprudente. En los siguientes puntos, pasaremos a revisar el por qué afirmamos de esta manera y cuáles consecuencias acarrea una configuración así de la política pública y económica más importante del país. 

Criterios Generales de Política Económica

Las principales variables consideradas macroeconómicas se guardan y analizan en los Criterios Generales de Política Económica General (CGPE) 2024, así como comparaciones con lo confirmado en los CGPE 2023 y estimaciones para el cierre de 2023. Los puntos clave son los siguientes en este apartado:

  • Crecimiento económico. Se espera que el crecimiento económico esté entre 2.5% y 3.5% en 2024, en línea con el pronóstico de la SHCP de abril de 2023.
  • Inflación: La inflación anual para 2024 estimada es de 3.8%, de cumplirse esta estimación, se ubicaría dentro del rango de variabilidad del Banco Central de México.
  • Tasa de interés: Se estima en 10.3% para 2024. Se espera que en el mismo año, aumente la tasas hasta en 100 puntos base, a reserva del panorama inflacionario.
  • Tipo de cambio: Se estima en 17.1 pesos por dólar. Esto puede tener implicaciones en los ingresos petroleros. La apreciación puede reducir los ingresos, por ejemplo: una reducción de 20 centavos, podría significar hasta 7.5 millones de pesos menos por este concepto.
  • Precio de petróleo: Se estima en 56.7 dólares, por lo que, a diferencia de 2023, sería de 12 dólares menos.

Bajo los criterios anteriores, es de resaltar que, el crecimiento económico previsto, opera bajo criterios en demasía optimistas; regularmente, cuando los gobiernos arrojan estimaciones así, es para justificar un mayor gasto. Las demás variables expuestas en los CGPE, parecen tener un mayor anclaje a las expectativas del mercado, aunque se continua observando una gran dependencia de los ingresos petroleros, al seguirlas considerando en estos criterios.

Ley de Ingresos de la Federación

El financiamiento total estimado en la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) 2024 es de 9.07 billones de pesos. Esto implica un cambio en el LIF del 4.2% a precios constantes en 2023, lo que representa un cambio del 18% en comparación con 2019. A partir de 2024, 7 .3 billones de pesos del total estimado provienen de ingresos convencionales, mientras que 17 billones de pesos provienen de financiamiento (deuda). En el escenario de una reforma tributaria retrasada, los ingresos por deuda representan el 19.2% de los ingresos presupuestarios totales y el crecimiento real es del 41%. Esto es el resultado de los bajos ingresos fiscales y las previsiones desfavorables de los ingresos petroleros. Según CGPE 2024, los ingresos petroleros alcanzarán los 1.048 millones de pesos, un 24% menos que en 2023.

Los ingresos fiscales representan el 54.5% del total de los fondos presupuestarios. Se estima que las contribuciones por productos (ingresos de compensación por servicios prestados por el Estado) fueron las que más aumentaron, mientras que los ingresos por transferencias, distribuciones, subsidios y otros tipos de asistencia disminuyeron. El fenómeno antes mencionado se explica por la reducción del fondo de Pemex asociada a la previsión del precio del petróleo para 2024 por año.

Respecto a los ingresos obtenidos por las unidades estructurales de Control Presupuestario Directo y las empresas productivas estatales (Pemex y CFE), se estiman fondos adicionales en las posiciones de impuestos y contribuciones al seguro social. Representan el 5.9% de los ingresos presupuestados, lo que supone un aumento del 8% a precios constantes respecto a 2023. Se espera que los ingresos de las instituciones estatales de seguridad social y de las empresas productivas estatales disminuyan un 6% en términos reales. Esto se debe a que los ingresos de Pemex son de 122 mil millones de pesos menos que en 2023 (827 mil millones de pesos).

En conclusión, la LIF refleja que los ingresos estimados no son suficientes para cubrir las necesidades del sector público, además de incrementar los niveles de endeudamiento a tiempo de una caída en la recaudación, lo que pone en riesgo los ahorros de la federación para futuras emergencias. Cabe resaltar, que estos ahorros, también llamados fondos de estabilización, en este momento representan sólo una décima parte del último año del gobierno de EPN. Es ya muy mencionado, que podrían degradarnos la calificación de nuestra deuda por los puntos anteriores.

Presupuesto de Egresos de la Federación

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2024 (PPEF 2024), aquel que describe el monto y destino de los recursos públicos, incluyendo aquellos para los tres poderes del Estado, entidades federativas y municipales y organismos autónomos, proyecta un aumento real del 4.3% con respecto al Presupuesto de Gastos Federales de 2023 (PEF 2023) y un crecimiento real del 18.3% hasta la fecha, contra los obtenidos en 2018. Se espera que el gasto del Sector Público Presupuestario (SSP) para el próximo año alcance los 9.07 billones de pesos.

Para el gasto programable (gasto que respalda las operaciones de las instituciones del gobierno federal), el cambio real del programa con respecto al PEF de 2023 es del 3.9%. Para el caso del gasto no programable (se utilizan para cumplir con obligaciones especificadas y brindar apoyo a la deuda nacional y contribuciones a las unidades federales y municipios, según la ley), se ofrece un 5% a precios fijos en comparación con el año anterior, es decir, 121 mil millones de pesos.

Por su parte, los ramos administrativos que mayor asignación de recursos tendrán, son los siguientes:

  • Secretaría de Defensa: Recibirá 142 mil millones de pesos por el traslado del Tren Maya, anteriormente bajo control de la Secretaría de Turismo.
  • Secretaría de Energía: Destinarán mil 710 millones de pesos al programa “Coordinación de Políticas Energéticas de Hidrocarburos” destinado a transferir fondos del gobierno federal a Pemex.
  • Secretaría de Bienestar Social: Debido al aumento de los subsidios totales de los planes de pensiones de vejez, está previsto que el presupuesto aumente en 109 mil millones de pesos. En cambio, la secretaría con mayores recortes presupuestarios fue la Secretaría de Turismo por el traslado de fondos del Tren Maya a la SEDENA.
  • En este sentido, la secretaría de Salud también se destaca, ya que disminuirá un 55.8% en términos reales, equivalente a 19 mil millones de pesos en 2023 a 969 mil millones de pesos para 2024. Sin embargo, IMSS-Bienestar recibirá 1,290 millones de pesos en 2024.

El PEF está prácticamente dirigido al gasto de pensiones para adultos mayores y pensiones en general, el riesgo radica en que, 22 de cada 100 pesos gastados, será para este rubro, aunado a que más de 15 pesos de cada 100 serán por conceptos de endeudamiento, lo cual reduce considerablemente el espacio fiscal, que es aquel margen de maniobra que tiene el gobierno para destinar recursos con un fin establecido sin comprometer las finanzas públicas. En otras palabras, ya nos comprometieron, por lo menos, hasta mediados del próximo sexenio únicamente con el gasto y la deuda de 2024, al ser estos dos grande conceptos pertenecientes al gasto no programable, es decir, aquél que no puedes modificar en un ejercicio fiscal. Así de grave se encuentra el escenario.

Deuda Pública

La mayor preocupación de este paquete radica en la deuda pública, veamos los puntos a analizar:

Primera. Este gobierno ha suscrito el monto de deuda más grande, no solamente de su sexenio, sino desde hace más de 20 años, equivalente a los 1.72 billones de pesos, que son el 4.9% del PIB y si se cuenta la deuda de la CDMX, el monto asciende a los casi 2 billones de pesos. Esto inexorablemente llevará a la siguiente administración a ajustar la política fiscal de la siguiente manera: Reducir el gasto público, sobre todo el gasto corriente o aumentar los impuestos. La manera sensata radica en la primera opción; no obstante, esta decisión estará sujeta a la virtual ganadora de las próximas elecciones. Por un lado, una podría mantener disciplina fiscal y, la otra, mayor gasto, sobre todo en programas electorales.

Debemos recordar que, además de lo anterior, el ejercicio fiscal para 202 se estima termine con un boquete de alrededor de 185 mil millones de pesos, a lo que debemos de sumarle los 2 billones de pesos por nueva deuda, tanto de fuentes internas como de externas, más un costo financiero de la deuda de 1.2 billones de pesos ­­-sujeto a que las tasas puedan seguir aumentando si la inflación no cesa-. La suma de todo lo anterior, nos deja con una deuda/porcentaje del PIB del 48.8%, siempre y cuando, se logren terminar a tiempo los proyectos insignia de esta administración, ya que, de no ser así, en 2025 se tendrá que poner en la mesa otro presupuesto que incluya todavía más deuda pública, el cual, sin lugar a dudas, superará el récord de deuda/PIB del 50.2%.

Una vez dicho lo anterior, estos son los cuatro grandes puntos que impactarán al país de manera ordenada:

1.- Presiones inflacionarias: Sin llegar a una dominancia fiscal, definida en la cual un gobierno monetiza su deuda pública por medio del señoreaje, es decir, ordenando al banco central a imprimir más dinero para sus proyectos, sí podemos afirmar que, el gasto para 2024, está completamente desvinculado del objetivo del Banco Central de México por cuidar el sobre calentamiento de la demanda y por lo tanto del aumento de precios. La deuda empujará a un mayor gasto en el país.

2.- Altas tasas de interés: Al no enfriar la demanda agregada por el exorbitante gasto, la inflación tampoco se anclará a su objetivo, sobre todo de aquellos productos que no suelen ser volátiles y que su tendencia difícilmente se revierte a

la baja. Dicho escenario necesariamente obligará a nuestra autoridad monetaria a elevar las tasas de interés aún más, lo que, más temprano que tarde, será más caro el acceso al crédito para familiar y empresas, contrayendo aún más nuestra precaria inversión y crecimiento económico.

3.- Salidas de capitales: Desde que se presentó el paquete económico a la fecha, el elevado déficit provocó una menor demanda de instrumentos de duda gubernamental mexicana por capital en manos de extranjeros; en otras palabras, perciben un riesgo latente de que México pueda no a llegar a pagar a tiempo sus obligaciones financieras de corto plazo, por lo que, en términos sucintos, cambiaron pesos por dólares, lo que llevó a una salida de capitales de 12 mil millones de pesos a la fecha.

4. Depreciación de la divisa. El efecto del punto anterior, eventualmente, podría depreciar el peso por una noción básica de economía: si se demanda más un bien respecto a otro, el primero tiende a tener un mayor precio que el segundo. El mal llamado “Superpeso” podría llegar a su fin.

No nos olvidemos que, cuando México más necesitó de que se implementara un déficit por una emergencia sanitaria como la sucedida en 2020 por la pandemia de Covid-19, el gobierno de López Obrador, no decidió utilizar ningún instrumento de deuda para salvaguardar la salud y la economía familiar, lo que hace difícil de comprender que, ahora en épocas electorales, se trate de justificar con que ahora sí es necesario bajo la premisa de que es una deuda manejable, aunque sin mucho sustento en sus palabras. En 2020 autorizó un déficit del 3.8% contra el 5.4% para 2024.

En respuesta a la fuerte dependencia de la deuda (1.72 billones de pesos) para generar nuevos ingresos, se deben revisar los programas y ahorros gubernamentales, tanto eliminar programas sociales que parecen tener más un sentido electoral y la alimentación de los fondos de contingencia, véase a detalle su importancia en el siguiente link: https://mexicolibertario.org/por-que-son-importantes-los-fondos-de-contingencia-para-un-pais/

La aprobación y discusión del Iniciativa de Ley de Ingresos Federales y el Proyecto de Egresos de la Federación de 2024 es esencial para abordar estas cuestiones y garantizar el equilibrio adecuado de las finanzas públicas, que, dicho sea de paso, ya parece tener tintes de un serio problema estructural de manejo de largo plazo y para las próximas generaciones.

Por Asael Polo

Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Asesor Económico en Cámara de Diputados - H. Congreso de la Unión. Escribe para Asuntos Capitales, Viceversa.mx y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10

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