En México, la atención médica, en general, es de alta calidad, equiparable a la de países nórdicos. Sin embargo, lamentablemente, este nivel de atención solo es accesible para un reducido grupo, conformado por el 1% de los más acaudalados y el 15% con seguro médico privado. Los costos de atención médica pueden resultar alarmantes, como una factura de más de 200,000 pesos por una fractura en un hospital privado o medicamentos que alcanzan los 70,000 pesos al mes. Aunque estas cifras puedan parecer excesivas, en comparación con otros países desarrollados, son relativamente asequibles y siguen una lógica de mercado. Esto plantea la pregunta de si la privatización del sistema de salud representa una amenaza real para los más vulnerables y aquellos en situación económica desfavorable.

El Desafío de las Pensiones:

Para comprender la complejidad del sistema de salud en México, es necesario remontarse a la creación de las pensiones de reparto hace décadas, cuando la esperanza de vida no superaba los 60 años. Aunque esto podría parecer ajeno al sistema de salud, es crucial reconocer que los sistemas de pensiones son la raíz de la crisis actual. La estructura de reparto se asemeja a una suerte de esquema piramidal respaldado por el gobierno mexicano, y el IMSS se encarga de distribuir los fondos de las pensiones. Esto plantea un dilema: ¿cómo reformar el sistema de salud público sin afectar los derechos adquiridos en las pensiones del IMSS?

El Reto Financiero:

Hoy en día, de cada 100 pesos que ingresan al IMSS, el 60% se destina directamente a las pensiones, dejando solamente un 40% para atender a todos los contribuyentes, jubilados y personas no afiliadas al IMSS, incluyendo el recién incorporado IMSS Bienestar. Las cuentas, sencillamente, no cuadran.

Una Perspectiva Diferente:

No obstante, no estamos condenados a un sistema de salud deficiente. Desde un punto de vista financiero, el IMSS opera más como una aseguradora ineficiente, en lugar de ser un sistema de salud efectivo.

Una Propuesta de Cambio:

Para mejorar la situación, propongo la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en los servicios de atención médica, considerándolos como un servicio esencial. En el pasado, los gobiernos intentaron controlar los precios médicos y las consultas, lo que infringía en los derechos de propiedad y la libertad de los médicos. Esto dejó en claro que los políticos son conscientes de que no pueden proporcionar atención médica de calidad a los mexicanos y buscan desviar la atención culpando a los médicos por sus tarifas de mercado. Sin embargo, hay diversas soluciones disponibles para abordar la problemática del sistema de salud.

Comenzamos eliminando el IVA de las pólizas de gastos médicos mayores y pólizas de salud. Además, debemos abrir nuestras fronteras para que los países desarrollados puedan vender medicamentos y suplementos médicos a precios más accesibles, reduciendo así los costos de importación. También, es esencial permitir que los exámenes de especialidad no sean monopolio del ENARM, ya que esto limita la educación de médicos especialistas y va en contra de los valores libertarios.

Otra propuesta viable es brindar subsidios a los trabajadores formalizados que contribuyan activamente al IMSS para que puedan adquirir seguros de gastos médicos mayores. Además, debemos crear incentivos fiscales para que las empresas adquieran seguros de gastos médicos mayores colectivos para sus empleados, lo que reduciría los costos por persona.

Un programa piloto que podríamos implementar desde las secretarías de salud estatales sería otorgar subsidios para el seguro de gastos médicos, con la posibilidad de crear seguros de salud estandarizados a nivel estatal para residentes permanentes, con atención exclusiva dentro del estado, lo que permitiría que los recursos recaudados en cada estado beneficien directamente a la población local.

Asimismo, es crucial fomentar la transparencia en las pólizas de gastos médicos en cuanto a los pagos a proveedores, incluyendo hospitales, médicos y medicamentos, para lograr una mayor estandarización, similar a lo que ocurre en otros países desarrollados.

En resumen, existe un amplio margen para mejorar la accesibilidad en el sistema de salud en México. No estamos condenados a mendigar medicamentos y tratamientos a los gobernantes de turno; en su lugar, podemos exigir a las empresas aseguradoras que cumplan con los tratamientos para los cuales fueron contratadas. Es un desafío, pero con las reformas adecuadas, podemos lograr una mejor cobertura y accesibilidad a estos servicios esenciales.

Abogado, Miembro del Partido Libertario Mxresidente en el centro del país. 

Twitter: @RodSalazarAdams 

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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