Un proyecto costoso e inútil, contra las leyes de la economía, cerrado en silencio sin resultados concretos
La historia del despilfarro público italiano es larga y llena de proyectos absurdos y fallidos, financiados con el dinero de los contribuyentes y concluidos sin hacer nada. Basta pensar en la faraónica digitalización de la Administración Pública , que ha engullido miles de millones sin mejorar realmente los servicios a los ciudadanos, o en las decenas de infraestructuras en desuso, como la inacabada Ciudad del Deporte en Tor Vergata o los faraónicos hospitales que nunca llegaron a funcionar. ¿Y cómo olvidar los famosos escritorios con ruedas adquiridos durante la pandemia de Covid-19 ? Una inversión de millones de euros para una idea fallida, que sólo ha producido despilfarro sin ningún beneficio para el sistema escolar. Con cada fracaso nadie paga, nadie se responsabiliza y todo continúa como si nada hubiera pasado. El caso del proyecto Fare ( Florencia: vivir en solidaridad para el empoderamiento comunitario ) se inscribe perfectamente en esta larga tradición de dinero público desperdiciado sin resultados.
Sólo en Italia , de hecho, una administración pública puede malgastar 700 mil euros de dinero público sin que nadie tenga que rendir cuentas. El caso del proyecto Fare es emblemático de la gestión irresponsable de los recursos y de una ideología que, en el intento de dominar el mercado inmobiliario con burocracia, termina sin producir nada. Fue en 2020 cuando el entonces alcalde de Florencia , Dario Nardella , presentó con énfasis esta iniciativa como un punto de inflexión para el acceso a la vivienda para las familias en dificultades. ¿La idea? Crear una plataforma que conecte la oferta y la demanda de viviendas con alquiler controlado . Una promesa basada en la esperanza de que los propietarios pondrían sus propiedades a disposición del público, con la garantía de un aparato administrativo ineficiente.
Hoy, después de cuatro años, la realidad nos presenta una factura implacable. El concejal de Bienestar Social, Nicola Paulesu, tuvo que admitir el fracaso del proyecto: ningún contrato firmado, ningún beneficio para los ciudadanos, sólo un evidente desperdicio de dinero público . Lo que es aún más sorprendente es el intento del Municipio de encubrir el asunto. El cierre del proyecto, en realidad, no fue comunicado a los florentinos, y sólo gracias a una pregunta del concejal municipal de Fratelli d’Italia, Matteo Chelli , salió a la luz la verdad. El programa, financiado con más de medio millón de euros procedentes de las arcas municipales y con otros 200 mil euros de fondos europeos , debía facilitar el acceso a la vivienda a aquellas personas con un ISEE entre 12 mil y 40 mil euros . Pero, desde el principio, las restricciones impuestas fueron demasiado rígidas y los propietarios no confiaban en las garantías que ofrecía el Municipio. La administración prometió incentivos económicos, como una aportación de 3 mil euros para la adecuación de los edificios y una cobertura de hasta 12 meses de alquiler en caso de impago , además de la reducción del IMU . Sin embargo, en el mundo real, los propietarios no dependen de una maquinaria burocrática lenta e ineficaz para gestionar sus asuntos. ¿Resultado? El proyecto no encontró apoyo y resultó ser un verdadero fracaso. Otra demostración más de que el sector inmobiliario no necesita estar limitado por políticas paternalistas e iniciativas fallidas, sino por libertad, seguridad jurídica e incentivos reales para quienes invierten. El Estado no puede, con un movimiento de varita mágica, transformar el mercado inmobiliario en un apéndice de su propia ineficiencia.
El propietario no alquila basándose en promesas políticas, sino en la certeza de reglas claras y en el respeto a la propiedad privada. Y es precisamente esto último lo que está bajo ataque con iniciativas como estas: pretenden utilizar recursos públicos para distorsionar el mercado, pero los resultados son siempre los mismos, con fracasos previsibles. Sin embargo, ciertos medios políticos y sindicales siguen creyendo que el Estado debe regular el mercado inmobiliario, ignorando el principio fundamental de que un propietario sólo alquila si tiene fe en la solidez de las reglas y en la libertad contractual. En lugar de reconocer este fracaso, el gobernador toscano Eugenio Giani relanza la idea de un nuevo plan habitacional financiado por el PNRR . Una vez más quieren malgastar fondos públicos en un proyecto que nació con las mismas premisas erróneas que el de Nardella. El fracaso de Fare, sin embargo, no es un caso aislado, sino un paradigma de las políticas de vivienda estatistas que pretenden obligar al mercado a obedecer directivas burocráticas e ideológicas. Una vivienda no se crea con resoluciones municipales ni con plataformas digitales que cuestan cientos de miles de euros, sino con libre iniciativa, respeto a la propiedad y seguridad jurídica. El mercado inmobiliario funciona cuando se le deja libre para operar según las leyes de la oferta y la demanda, no cuando es manipulado por administradores públicos que juegan con el dinero de los contribuyentes sin ninguna responsabilidad por el despilfarro.
La lección de Florencia es clara: debemos dejar que el mercado haga su trabajo en lugar de crear costosos monstruos destinados al olvido. El caso Fare es sólo la última demostración de que cualquier intento de doblegar la economía a la política acaba hundiéndose en el pantano de la ineficiencia pública. Mientras tanto, mientras se desperdicia dinero, quienes buscan una vivienda siguen teniendo que lidiar con un mercado cada vez más rígido debido a regulaciones y medidas innecesarias que desalientan la inversión privada. La libertad de elección y el respeto a la propiedad privada son las únicas herramientas capaces de garantizar un mercado inmobiliario sano y funcional. Como escribió Frédéric Bastiat : “El Estado es esa gran ficción a través de la cual cada uno intenta vivir a costa de los demás”. Bueno, el plan de vivienda de Nardella fue otra demostración de esto.
Agradecemos al autor su permiso para publicar su artículo, publicado originalmente en L’Opinione delle Libertà: https://opinione.it/economia/2025/03/14/sandro-scoppa-italia-progetto-fallimentare-fare-firenze-abitare-solidale-per-empowerment-di-comunita
Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.
Twitter: @sandroscoppa