¿Qué habría dicho Ludwig von Mises ante los desafíos económicos de nuestro tiempo? A orillas del mar Jónico, en el evocador paisaje de Soverato , el único lugar del mundo con una calle que lleva su nombre, imaginamos una conversación con el gran pensador austriaco. Desde la libertad individual hasta la actualidad política, pasando por anécdotas personales, emerge el retrato de un hombre que cambió la forma de concebir la economía.
Soverato, Calabria. El cálido sol jónico ilumina las aguas cristalinas de la costa jónica de Catanzaro. Estamos en un lugar único en el mundo: la única calle que lleva el nombre de Ludwig von Mises, el gran economista y científico social austriaco que dedicó su vida a la defensa de la libertad individual y económica. La ciudad calabresa, con su historia y su vínculo con el pensamiento liberal, se convierte en teatro de una conversación imaginaria que une pasado y presente.
Profesor, bienvenido a este rincón de Italia que le ha rendido homenaje poniendo su nombre a una calle. ¿Qué significa para usted este reconocimiento?
Es un gesto que toca profundamente mi corazón. Saber que mi nombre fue elegido para una calle de un pueblo como Soverato, donde el mar parece infinito y las montañas que se vislumbran a lo lejos hacia el Serre cuentan historias de libertad, me hace pensar en cómo las ideas pueden viajar más allá de las fronteras nacionales. La libertad es un principio universal, y verla reconocida en un lugar tan alejado de las ciudades donde viví es un signo de esperanza.
Se le conoce por haber defendido firmemente el principio de libertad económica. ¿Crees que el mundo ha comprendido realmente el mensaje central de tus obras, como Socialismo y acción humana ?
Desafortunadamente, no. Aún hoy prevalecen ideas que ven al Estado como el gran solucionador de todos los problemas. Mi mensaje central es que la economía, ante todo, es el resultado de acciones individuales. Cada elección económica es una expresión de la libertad y la creatividad humanas. La planificación central, sin embargo, sofoca estas cualidades y conduce inevitablemente al declive económico y moral.
En Italia, muchas políticas parecen encaminarse hacia un mayor control de las actividades económicas. ¿Qué opinas de la situación italiana?
Italia tiene una historia compleja, compuesta de gran creatividad e innovación, pero también de una carga burocrática y fiscal opresiva. Es esencial recordar que cada impuesto y regulación adicional no sólo afecta a los ricos, sino que también sofoca las aspiraciones de la clase media y los pequeños empresarios. Las personas deben poder actuar libremente, sin verse obstaculizadas constantemente por el Estado.
En Argentina, Javier Milei está llevando a cabo reformas liberales radicales. ¿Lo consideras heredero de tus pensamientos?
Milei es un hombre valiente, que se atreve a desafiar el conformismo ideológico dominante. Su énfasis en reducir el poder estatal y promover el libre mercado está ciertamente en línea con las ideas que he defendido. Sin embargo, las reformas liberales requieren coherencia y resistencia a la presión política. La libertad económica no es un regalo que pueda distribuirse desde arriba, sino un logro que debe defenderse día tras día.
Profesor, usted nunca recibió el Premio Nobel de Economía, a diferencia de su alumno Friedrich A. von Hayek. ¿Qué piensas de esta falta de reconocimiento?
Nunca he buscado premios o reconocimientos personales. Estoy feliz de que Hayek haya recibido el Nobel porque impulsó nuestra batalla intelectual contra las ilusiones de la planificación central. El Nobel, sin embargo, no mide el valor de las ideas. El tiempo es el juez más imparcial. Si hoy estamos aquí hablando de mis obras, significa que mis ideas han resistido la prueba del tiempo.
¿Qué recuerdas de tu relación con Hayek?
Hayek fue un estudiante brillante y un amigo de confianza. Compartimos muchas batallas intelectuales, especialmente contra las políticas keynesianas que aún hoy influyen en muchas economías. Pudo traducir muchas de mis ideas a un lenguaje accesible a un público más amplio. Su contribución fue fundamental para llevar adelante el sistema de principios del liberalismo y el mensaje de libertad económica.
¿Puedes contarnos alguna anécdota de tu vida que pueda inspirar a los jóvenes de hoy?
Recuerdo una conferencia en Viena, cuando un joven estudiante me preguntó cuál era el secreto del éxito económico de una sociedad libre. Le respondí contándole la historia de la producción de un simple lápiz. Nadie sabe exactamente cómo se fabrica un lápiz: madera, grafito, caucho, metal. Cada uno de estos materiales proviene de diferentes lugares del mundo e involucra a miles de personas que no se conocen. Sin embargo, gracias al mercado, ese lápiz llega a manos de quienes lo necesitan. Es el milagro de la cooperación espontánea, sin necesidad de planes centrales.
Profesor, ¿qué le diría a quienes hoy miran al futuro con pesimismo?
Yo diría que no se pierda la fe en la capacidad del hombre para innovar y mejorar su condición. Las crisis económicas son siempre el resultado de intervenciones estatales erróneas, no de defectos intrínsecos del mercado. Si podemos liberarnos de ideologías obsoletas que ven al Estado como un salvador, el futuro será brillante. La libertad es la clave de todo progreso.
Volviendo a los acontecimientos actuales, el control de los alquileres suele estar en el centro del debate político. ¿Qué opinas de estas políticas?
El control de los alquileres es una de las políticas más dañinas que un Estado puede adoptar. He escrito extensamente sobre este tema. Cuando el Estado interviene para fijar los precios de los alquileres, distorsiona el mercado y crea escasez. Los alquileres controlados desalientan la inversión en bienes raíces, empeoran la calidad de la vivienda y terminan perjudicando a las mismas personas a las que se pretendía ayudar. La solución es dejar que el mercado funcione libremente.
En muchos países, el debate medioambiental ha dado lugar a nuevas regulaciones e impuestos. ¿Qué opinas de estas políticas?
No me malinterpretes, cuidar el medio ambiente es importante. Sin embargo, la mejor manera de lograrlo no es mediante regulaciones opresivas, sino mediante la innovación y la propiedad privada. Cuando las personas poseen recursos, tienen un interés directo en preservarlos y mejorarlos. El mercado, si se le deja libre, encontrará soluciones más efectivas que cualquier regulación impuesta por el Estado.
Profesor, una última pregunta: si pudiera dar un consejo a las nuevas generaciones de economistas y pensadores, ¿cuál sería?
Mi consejo es sencillo: estudia, pero sobre todo piensa con la cabeza. No se deje seducir por las soluciones fáciles que ofrecen los políticos. La libertad es un valor que requiere compromiso y valentía. Defenderlo, incluso cuando parezca impopular. La historia nos enseña que siempre que se ha sacrificado la libertad en nombre de la seguridad o la igualdad, ha seguido el declive y la miseria. El futuro pertenece a quienes están dispuestos a luchar por la libertad.
Agradecemos al autor el permiso para publicar su artículo, publicado originalmente en L’Opinione delle Libertà: https://opinione.it/economia/2025/01/08/sandro-scoppa-ludwigvonmises-sfide-economiche-stato-milei-liberta/
Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.
Twitter: @sandroscoppa