De la esclavitud española a la esclavitud socialista

“El que usa el poder que le debe a los votantes a través de la injusticia y en contra de ellos, es un completo ladrón” – José Martí

Cuba fue el primer lugar del continente americano al que Cristóbal Colón llegó, en 1492. Sin embargo, Cuba fue el último país del continente en lograr su independencia de España, en 1898, gracias al apoyo de Estados Unidos quien en ese momento estaba en guerra con España. Guerra por la cual España perdería Cuba, Puerto Rico y Guam. En la década de los años 50, Cuba llegó a tener el mismo PBI per cápita que España, figurando entre las 30 mayores economías del mundo. En esta ocasión, analizaremos la historia económica y política de Cuba para tratar de entender el contexto previo a la crisis económica y social que actualmente se está viviendo en la isla, y que ha provocado una migración masiva.

Antes de la llegada de los españoles, los indígenas que poblaban lo que hoy conocemos como Cuba, tenían muy poco desarrollo agrícola. Sus sociedades eran muy rudimentarias. Vivían de una combinación entre agricultura, recolección y caza, por ello a los españoles les fue muy fácil someter a toda la población indígena de la isla. Si bien Cristóbal Colón llega a Cuba en 1492, el sometimiento de la isla se consiguió hasta el 1511 a manos de Diego Colón, quien contó con la pericia militar de Diego Velázquez de Cuéllar. A partir de ese momento, Cuba estaría bajo el completo dominio de España, hasta lograr su independencia en 1989. Con la excepción del periodo de un año en el que la isla estuvo bajo el control de los británicos -1762 a 1763-, periodo que detonó muchos cambios en el modelo de economía de la isla.

Al inicio del dominio colonial, la principal actividad económica de la isla consistía en la extracción de los escasos metales preciosos. En 1535 se otorga la primera licencia para construir y operar un trapiche de azúcar en la isla. Y el primer ingenio azucarero se construyó en 1595. Sin embargo, la industria azucarera no prosperó sino hasta mediados del siglo XVIII. El tabaco se convirtió en parte importante de la economía de Cuba a partir del 1610, y de 1550 a 1700 la principal actividad económica fueron la venta de materias primas a Europa y las provisiones para las flotas españolas. De 1700 a 1762 el comercio consistió principalmente en bienes agrícolas y ganaderos. En 1762, el imperio británico consigue el control de la isla, e implementa políticas de mayor libre mercado, permitiendo la entrada de financiamientos e inversiones, logrando que la industria crezca mucho más. A pesar de haber durado solo un año el control de los británicos -hasta 1763- este periodo fue suficiente para demostrarle a los españoles que mayores libertades económicas permitían mayor prosperidad y crecimiento. Con lo que, a partir de ese momento, se implementarían en Cuba medidas que permitirían una mayor prosperidad para las industrias de la isla. Este fue un periodo de muchos sucesos. Para empezar, la serie de reformas borbónicas que, entre otras cosas, flexibilizaron los monopolios, permitiendo un mayor desarrollo económico. Además, fue el periodo de la guerra de los 7 años, la independencia de las trece colonias de Norteamérica, la revolución francesa, la revolución industrial inglesa y la independencia de Haití, entre otras. Este contexto internacional genero una demanda muy alta del café, el tabaco y el azúcar que Cuba ofrecía. A tal punto que la producción de azúcar en cuba paso de ser el 2% a nivel mundial a representar el 7% para 1792. La autorización de España para que cuba pudiera comerciar con mayor libertad con el mundo, provoco que la producción de la azúcar cubana pasara de 4,500 toneladas en 1760 a 41,000 en 1802. Esta prosperidad atrajo a muchas personas a la isla, aumentando la población de europeos que querían aprovechar la prosperidad económica; y algunos franceses que se retiraban de Haití por la lucha de independencia de ese país. También hubo una gran prosperidad en la industria del café y, para 1818, se moderniza la industria. Para 1850, Cuba había quintuplicado su producción azucarera, aunque también en parte por la caída en la producción de azúcar en Haití, como resultado de su extensa lucha por la independencia, en la que los esclavos haitianos se sublevaron. Así, Cuba se convierte desde entonces y hasta 1870 en la principal potencia exportadora de azúcar en el mundo; como también en el principal exportador de café. Todo esto gracias a medidas liberalizadoras que permitieron la inversión, el financiamiento y el nacimiento de la banca en la isla, generando un gran crecimiento de todas las industrias. Sin embargo, irónicamente, este progreso económico puso en crisis el modelo esclavista en el que se había basado la fuerza de trabajo desde que España colonizara Cuba. El sistema esclavista ya no era compatible con la dinámica del mercado y demandaba un cambio en la sociedad para poderse mantener y seguir creciendo. Este cambio en la dinámica económica, propició la detonación de lo que se conoce como la guerra de los diez años, de 1668 a 1678. Que fue el inicio de las luchas independentistas del pueblo cubano. Pero fue hasta 1898 que Cuba lograría su independencia de España, con la ayuda de la intervención militar de Estados Unidos, quien mantendría el control de la isla hasta el año 1902.

Estados Unidos toma el control de Cuba de 1898 a 1902. Durante ese breve periodo, Cuba trata de recuperarse de una economía totalmente devastada después de las luchas por la independencia de España. Además de haber un enorme descontento por la ocupación por parte de los estadounidenses. Sin embargo, es un periodo que permite la reorganización de la sociedad. Pero, sobre todo, es un periodo que deja sembrada la semilla del libre mercado. Semilla que haría germinar, en buena medida, Tomás Estrada Palma, el primer presidente de la Cuba independiente. A quien le seguiría José Miguel Gómez y Gómez. En este periodo y hasta 1925, se da un gran crecimiento económico en la isla, un crecimiento promedio de 8% anual. Llegando a una producción anual de 5.4 millones de toneladas de azúcar para el año 1925. También creció enormemente la producción y exportación de tabaco. En general las exportaciones aumentaron en 7 veces y las importaciones aumentaron 5 veces. Así, la brecha comercial negativa de 18 millones de dólares que existía en 1900, paso a un superávit de 57 millones para 1925. Durante este periodo, llegaron a Cuba muchas inversiones de Estados Unidos e Inglaterra. Y un gran numero de migrantes de España y Francia. Se dio el desarrollo de la banca y el financiamiento de muchos proyectos comerciales. Además, en 1920, se liberalizan los precios del azúcar, permitiendo que el valor de la libra de azúcar fuese determinado por el precio de mercado.

A partir de 1929, se da un retroceso en la dirección de la economía, pues se pone de moda en Occidente la teoría del fin del lassez faire de Keynes, lassez faire que estaba en contra de la intervención limitada del gobierno y por mayores libertades individuales, sociales y económicas. Las ideas de Keynes promovieron el regreso de la economía al estatismo y al control e intervención de los mercados por parte del estado.

La revolución socialista llegó al poder en 1959, y tan solo un años después el estado ya poseía una elevada participación en los activos fijos de las diversas áreas de la economía: el 37% de la agricultura, 85% de la rama industrial, 80% de la rama de la construcción, 92% del transporte y 50% del comercio minorista. Además, ya había absorbido el 100% del comercio exterior, de los servicios bancarios y del comercio mayorista. A partir de 1961 la política económica paso a un alto nivel de planificación estatal, dirigiendo en un alto grado todas las áreas de la economía. Generando todo lo anterior un absoluto desequilibrio macroeconómico. Por ejemplo, mientras que en 1960 hubo un superávit de 28 millones de pesos, en el año 1963, hubo un déficit de 322 millones de pesos, y de 1967 a 1970 continuo el deterioro de la economía. El sistema económico estaba en franco caos. Sin embargo, aun así, hubo cierto crecimiento económico gracias al apoyo de la Unión Soviética y sus lazos con los países socialistas. Sin embargo, la economía cubana pasó a depender total y completamente de la Unión Soviética, lo que llevaría a Cuba a su mayor crisis cuando cayera la URSS; dando lugar a lo que se conoce en Cuba como “el periodo especial”. El proceso de nacionalización de banco, comercios, centrales azucareras y etc. que se dió a partir de la llegada al poder de la revolución socialista fue, poco a poco, provocando el total colapso de la economía; pero, también, se fueron colapsando todas las libertades individuales. Y en 1968 se termina de implantar un sistema de completa estatización, con lo que se llamó: “la ofensiva revolucionaria de 1968”.

En marzo de 1968 el entonces primer ministro Fidel Castro ordenó la confiscación de aproximadamente 60,000 pequeños negocios. Si bien las grandes confiscaciones se habían dado en el primer periodo de la llegada de la revolución socialista, esta etapa terminó de estatizar lo que restaba en la economía de la isla, incluidos los negocios más sencillos y pequeños. Con esto, los cubanos perdieron por completo toda posibilidad de generar por si mismos recursos económicos. Además, perdieron la posibilidad de adquirir o producir, de manera privada, cualquier bien o servicio. Y si para el 68, ya había en Cuba una crisis económica como resultado de la estatización de la economía, la crisis se profundizó con la confiscación de los pequeños negocios que eran los que aún sostenían a la población.

Pero, como si esto no fuera suficiente, los cubanos tendrían que enfrentarse a la crisis que representó la caída de la Unión Soviética, quien era el principal socio comercial de Cuba. En 1993, las exportaciones de Cuba caen en un 70%; y llegan a su fin las importaciones de combustible, alimentos, maquinaria e inversiones de todo tipo provenientes de la Unión Soviética. Lo que provocó que la isla cayera en la peor crisis de su historia. La absoluta dependencia de la URSS a la que Fidel Castro llevó a la isla puso a la nación cubana en una terrible situación cuando ya no pudo seguir dependiendo de la URSS. Una ironía enorme si consideramos la inacabable narrativa de Fidel Castro sobre la autonomía económica como justificación para terminar con el libre comercio. La crisis del periodo especial fue agudizándose al punto de que los alimentos fueron racionados por el gobierno; sin embargo, llegó un momento en que los alimentos escasearon, pues no había producción interna de nada gracias a la política de la ofensiva revolucionaria de 1968 en donde hasta los pequeños negocios fueron impedidos a continuar participando de la economía. A tal punto fue la escasez de alimentos, que algunos cubanos le dieron caza a los perros y gatos que rondaban en las calles para poder usarlos como alimento. Y como si no fuese suficiente, tampoco había combustible para los vehículos. Esto desembocó en la mayor desbandada de cubanos, solo superada por la actual crisis migratoria. En aquel momento, los cubanos utilizaban cualquier cosa que flotase para lanzarse al mar e intentar huir de su país. La desbandada cubana de 1994 -también conocida como la crisis de los balseros- representó la huída de 35,000 cubanos a Estados Unidos. Sin embargo, la crisis actual ha representado la huída a Estados Unidos de aproximadamente 200,000 cubanos, es decir, el 2% de la población cubana ha huído de su país, solamente en lo que va del 2022, para encontrar mejores condiciones de vida en Estados Unidos.

La crisis actual en Cuba ha llegado a un punto muy álgido, y la represión a toda protesta ha sido absolutamente brutal y tiránica. La población ya no soporta los apagones, la escasez de combustible, de comida, de productos, de medicamentos y, sobre todo, la falta de libertad. Uno de los elementos más terribles del régimen cubano, es la libreta de racionamiento. A partir del 12 de marzo de 1962, el gobierno de Fidel Casto, con el pretexto de evitar el acaparamiento y posibilitar el control de precios, impuso una libreta de abastecimiento. Por medio de la cual el gobierno controla totalmente el acceso del pueblo a los alimentos y a todo tipo de suministros. Para poner un ejemplo, actualmente la tarjeta de abastecimiento le permite a cada persona solamente adquirir al mes: 7 huevos, 3 kilos de arroz, 300 gramos de frijoles, 300 gramos de chicharos, 1 kilo de azúcar, 1 kilo de sal. Además, a los niños se les da medio kilo de carne al mes. A los adultos no se les da carne, sino 300 gramos de pollo, 200 de mortadela o 200 de picadillo de soya. También se permiten solamente 5 kilos de papas al mes. Si a ello le sumamos que el salario promedio de los cubanos es de tan solo 200 dólares, es decir 4000 pesos cubanos, podemos entender la desesperación que los cubanos viven. Para dimensionar cuanto representa para los cubanos 4000 pesos, consideremos que el pasaje de un camión de transporte publico -guaguas- es de un peso. Además, todos los alimentos mencionados anteriormente en la libreta de abastecimiento no son gratuitos, tienen un costo, muy bajo, pero un costo, al fin. Por ejemplo, por la ración personal mensual de pan se pagan 30 pesos, por las 7 libras de arroz son 49 pesos, etc. Y claro, al haber desabasto de todos los productos, la gente tiene que conseguir lo que le haga falta en el mercado negro en donde el costo es mucho mayor.

En conclusión, podemos ver como la historia de Cuba nos muestra que la centralización del poder en una persona y la planificación centralizada de la economía por parte del estado únicamente produce escasez, deterioro económico e incluso deterioro social. Además, la centralización del poder y la planificación de la economía siempre acaba en una sustancial perdida de todas las libertades individuales. Por ende, la única salida a la crisis por la que Cuba ha pasado desde la revolución socialista, es el regreso a un modelo de libre comercio y de propiedad privada que le permita recuperar aquella economía en auge que le llevo a tener un PBI per cápita al nivel del de España; y así recuperar aquella economía de la década de 1950 cuando Cuba ocupaba la posición 29 en el ranking de las mayores economías del mundo. Es decir, solo la libertad económica puede rescatar a Cuba de la terrible crisis económica y de libertades individuales por la que actualmente está pasando.

“El hombre ama la libertad, aunque no sepa su amor por ella. Su vida es impulsada por la misma y se aleja de donde la libertad no existe” – José Martí

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *