En comparación con las últimas semanas del año pasado, el clima político ha cambiado significativamente en Argentina. El nuevo Gobierno, que asumió el poder el 10 de diciembre, ha dado señales de un deseo genuino de cambio. Desde las primeras horas, tras la investidura del presidente Javier Milei , el Ejecutivo, su gabinete y los parlamentarios que lo apoyan han dado claros indicios de querer implementar un programa político que se distancia de los objetivos, métodos y estilo del Gobierno anterior.
En primer lugar, y sin lugar a dudas, el nuevo Gobierno ha identificado como prioridad la necesidad de liberalizar, derogar y eliminar numerosos obstáculos que obstaculizan la actividad económica privada , el comercio exterior y las inversiones . En su mayor parte, fueron impuestas con decretos y disposiciones autoritarias, primero por gobiernos de facto, por dictaduras militares y luego por otros gobiernos electos, que no sólo no respetaron la Constitución sino que también impidieron que el poder judicial fuera independiente y, por lo tanto, fuera independiente. capaz de frenar los abusos del Estado. El mega DNU y el proyecto de ley de desregulación, cuyo destino aún es incierto, van en esa dirección.
Muy importante será la derogación de normas que, más que un control comercial o fiscal, representan simples herramientas para ejercer presión tanto sobre los empresarios como sobre la opinión pública. Disposiciones como las que regulan estanterías, embalajes, alquileres, regulaciones sobre agencias estatales o empresas públicas muestran claramente que este año, declarado Año de la Defensa de la Vida, la Libertad y la Propiedad , no constituyen declaraciones abstractas ni están exentas de significado concreto.
El optimismo inicial debe medirse y analizarse a la luz de los hechos: las exportaciones argentinas, especialmente las agrícolas, que son las más excedentarias, aunque serán muy superiores a las del año anterior, no alcanzarán los récords esperados y alcanzados en finales del año pasado. Dado que la fuerte caída de los precios de las materias primas agrícolas ha conspirado contra la creación de valor: las estimaciones privadas sitúan esta cifra en sólo dos tercios de las estimaciones anteriores, más optimistas.
Parece haber una marcha decisiva en dirección a la búsqueda de la eficiencia , la reducción de costes y finalmente la privatización de las empresas estatales, una vez alcanzados estos primeros objetivos. Ya existen medidas muy específicas para este fin. Las fortísimas reducciones del gasto que generaron elevados déficits fiscales no sólo fueron muy concretas, sino que ya han sido comentadas en círculos extranjeros, donde el liderazgo de Milei es visto como algo inesperado, pero un buen augurio. La reducción de los controles cambiarios , el camino hacia la corrección de los precios de las divisas y la reducida interferencia de las autoridades monetarias y cambiarias sobre los precios de las monedas de referencia han reavivado el interés de las empresas extranjeras por participar de la economía argentina. Se percibe un clima diferente hacia las inversiones extranjeras directas y las dificultades para pagar las importaciones y la pérdida de beneficios se reducen al mínimo.
La percepción del nuevo jefe del Ejecutivo argentino varía mucho de una opinión a otra, pero claramente no pasa desapercibida. Pocos presidentes se han colocado tanto en el centro de la escena política mundial en tan poco tiempo. Y actualmente podemos decir que los medios internacionales tratan la figura del presidente argentino con una recurrencia inusitada, con creciente anticipación y con distintos acentos. El gran desafío ahora es avanzar hacia la eliminación del déficit fiscal, estabilizar el tipo de cambio para generar confianza y permitir que las exportaciones aumenten y no frenar las ventas al exterior por motivos especulativos o con expectativas devaluatorias, como ha ocurrido en los últimos tiempos. Pudiendo así aumentar las reservas del Banco Central para llevar a cabo iniciativas como la eliminación del tipo de cambio forzoso, lo que ayudaría mucho a la disciplina monetaria y la protección de los salarios. Se produciría una recuperación del poder adquisitivo de las indemnizaciones y pensiones, cuyo retraso ha generado fuertes tensiones. Todo esto sugiere la posibilidad de una reforma monetaria que no comprometa, sino que fortalezca, el sistema financiero interno, lo que requiere una profunda reestructuración, considerando que la disminución de los niveles de inflación provocaría una fuerte caída de las tasas de interés nominales. Tarifas que puedan afectar a la rentabilidad de la actividad bancaria.
La gran incógnita radica en el nivel de apoyo que tendrá Milei en el Congreso para implementar las reformas propuestas, o si, en cambio, y para garantizar el cumplimiento del compromiso adquirido con los electores, estará dispuesto a avanzar en neutralizar la expansión descontrolada. de gastar público en exceso y obligar a los distintos niveles de la administración pública a realizar ahorros inaplazables, esos que han sido evadidos y retrasados durante décadas, en cada uno de los sectores del aparato público.
Agradecemos a L’Opinione delle Libertà, su permiso para publicar el artículo: https://opinione.it/esteri/2024/03/15/guillermo-luis-covernton-argentina-bilancio-governo-milei/
Guillermo Luis Covernton.- Profesor de Economía de la Pontificia Universidad Católica – Rosario, Argentina.
