Cada año desarrollo el Índice Anual de Miseria de Hanke (HAMI por sus siglas en inglés). Utilizando datos económicos de fácil acceso, puedo evaluar, por así decirlo, el estado «miserable» o «saludable» de una economía, como si midiera la temperatura de un paciente.
La idea de un índice de miseria fue concebida por Arthur Okun, un destacado economista que fue presidente del Consejo de Asesores Económicos de 1968 a 1969, durante la administración del presidente Johnson. Johnson buscaba una manera simple de evaluar el estado de la economía. El índice de Okun, utilizado para los Estados Unidos, consiste en la suma de las tasas de inflación y desempleo.
El profesor de Harvard Robert Barro modificó el índice de miseria de Okun en 1996, al incluir la rentabilidad de los bonos del gobierno a 30 años y la diferencia entre la tasa de crecimiento a largo plazo del PIB real y la tasa real de crecimiento del PIB real. Barro utilizó su índice para evaluar el estado de la economía a lo largo del mandato de un presidente estadounidense.
En 2009, modifiqué la versión del índice de miseria de Barro al sustituir el rendimiento de los bonos del gobierno a 30 años con las tasas de interés de los préstamos, y reemplazar la diferencia entre la tasa de crecimiento del PIB real a largo plazo y la tasa de crecimiento del PIB real con la tasa de crecimiento del PIB real per cápita.
Posteriormente, en 2022, introduje una nueva modificación en el HAMI. Siguiendo la sugerencia de Andrew Oswald, decidí duplicar el peso del componente de la tasa de desempleo en el HAMI. Así pues, el HAMI es la suma de las tasas de desempleo (multiplicadas por dos), la inflación y las tasas de interés de los préstamos bancarios al final del año, menos la variación porcentual anual del PIB real per cápita. A diferencia de Okun y Barro, que se centraron en los Estados Unidos, el HAMI abarca muchos países extranjeros; en la edición de 2023 se incluyen 157.
Los 20 países más miserables en 2023 son más o menos la misma galería de pícaros que en 2022. De hecho, 16 de los 20 países más miserables son los mismos, con la salida de Cuba, Sri Lanka, Ghana y Ruanda y el ingreso de Pakistán, Malawi, Myanmar y Egipto. En el extremo feliz de la distribución del HAMI, 13 de los 20 países menos miserables siguen siendo los mismos en 2022 y 2023, con la salida de Irlanda, Kuwait, Níger, Vietnam, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Noruega y la entrada de Fiyi, Bahréin, Dinamarca, Hong Kong, Alemania, Mali y Bélgica.
Esto me lleva al país más miserable de 2023. Argentina ha reemplazado a Zimbabue como el país más miserable del mundo.
HAMI de Argentina = [(Desempleo (6,5%) * 2) + Inflación (211,4%) + Tasa de interés de los préstamos bancarios (95,9%)] – Crecimiento del PIB real (-1,5%) = 321,8
No es de extrañar que Javier Milei haya sorprendido a Sergio Massa, ex ministro de Economía, al ganar las elecciones presidenciales el pasado noviembre. Después de todo, Milei hizo campaña con la plataforma de desmantelar el Banco Central (BCRA), colocarlo en un museo y reemplazar el patético peso argentino con el dólar estadounidense. Milei prometió que esto pondría fin a la inflación y estabilizaría la economía, allanando el camino para las tan necesarias reformas de libre mercado.
El público argentino compró el mensaje de Milei y lo llevó a la Casa Rosada. Y ¿por qué no? Después de todo, la inflación y la tasa de interés de los préstamos bancarios asociada a ella constituyen el 95,5 por ciento del HAMI de Argentina para 2023. Además, los argentinos saben que Ecuador, El Salvador y Panamá están dolarizados, y sus tasas de inflación a fines de 2023 se encontraban entre las más bajas del mundo, con 1,3 por ciento, 2,2 por ciento y 1,9 por ciento, respectivamente. En resumen, la dolarización es un comprobado asesino de la inflación, y las bajas tasas de inflación de los países «dolarizados» los hacen mucho más felices que el país más miserable del mundo, Argentina.
Pero una vez elegido, Milei cambió de rumbo. Designó a Luis Caputo como ministro de Economía. Caputo había sido brevemente ministro de Finanzas y presidente del BCRA en el gobierno del presidente Mauricio Macri, donde ayudó a diseñar lo que fue el inicio de la actual crisis de Argentina. Con ello, Milei misteriosamente aplazó la dolarización. En su lugar, Milei y Caputo han abrazado lo que parece ser un programa de austeridad estándar del FMI. Comenzaron con una devaluación del peso del 50 por ciento, lo que contribuyó a un aumento de la inflación anual hasta el 276 por ciento (frente al 254 por ciento de enero y el 211 por ciento de diciembre) en febrero. En lugar de aplastar la inflación con la dolarización, Milei ha aplicado un clásico impuesto devaluatorio-inflacionario.
Milei ha sido mal asesorado. La dolarización es tanto deseable como factible. Debería haber sido la primera política aplicada por Milei. Esto habría acabado con la inflación de inmediato, habría dado a Milei un gran impulso de credibilidad y le habría facilitado la aplicación del resto de su agenda.
A la hora de aplicar políticas económicas, no hay nada más importante que su correcta secuenciación. Basta considerar la experiencia del presidente Carlos Menem en Argentina. Fue elegido por primera vez en julio de 1989, el mismo mes en que la hiperinflación alcanzó un máximo del 199% mensual. Menem tenía muchas buenas ideas, pero no logró aplastar la inflación inmediatamente y, por ello, no iba a ninguna parte. Entonces, en febrero de 1991, Menem sacó a Domingo Cavallo de su puesto como ministro de Asuntos Exteriores y lo nombró ministro de Economía, y en abril de 1991, el peso se vinculó al dólar en una reforma monetaria llamada Convertibilidad. Esto permitió aplastar la inflación, generó un shock de confianza, impulsó las reformas y la economía despegó.
Hay importantes lecciones que aprender de las experiencias del presidente Menem. En Argentina, es crucial comenzar con un big bang para establecer la confianza y estabilizar la economía. Después de todo, aunque la estabilidad no lo es todo, nada puede lograrse sin ella.
Sin dolarización, Argentina está destinada a seguir siendo miserable.
Traducido por Gabriel Gasave
El original en idioma inglés fue publicado el 14/03/24 en National Review y puede leerse: https://www.nationalreview.com/2024/03/hankes-2023-misery-index/
Traducción al español publicada por el Independent Institute: https://independent.typepad.com/elindependent/2024/03/índice-de-miseria-de-hanke-2023.html?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=twitter&utm_source=socialnetwork
Steve H. Hanke es Asociado Senior en el Independent Institute y profesor de Economía aplicada y fundador y Co-Director del Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise en la Johns Hopkins University.