Contraatacará de inmediato. Se centrará en las industrias más afectadas. Y no se dejará intimidar ni presionar. Hoy podemos esperar mucha retórica dura por parte de los líderes europeos, mientras el bloque se prepara para tomar represalias contra la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 10 % o más a las exportaciones europeas a Estados Unidos. Sin embargo, hay un problema: puede ser tan duro como quiera, pero aun así va a perder.

Con gravámenes del 25 % ya vigentes para Canadá y México, y del 10 % para China, la imposición de fuertes aranceles a Europa parece inevitable. La UE es «un espacio económico fuerte y tiene sus propias líneas de acción», según el canciller alemán Olaf Scholz, mientras que el ministro de Industria francés, Marc Ferracci, exigió una respuesta contundente. Durante la primera presidencia de Trump, la UE se centró en industrias estadounidenses específicas como el bourbon y las motocicletas. Podemos esperar algo similar esta vez.

Es cierto que la UE tiene que hacer algo. El bloque se enorgullece de ser una superpotencia comercial y regulatoria. De hecho, como dejó claro el debate sobre el Brexit, una de las principales razones de su existencia es que no se le puede dar órdenes. Si esto ya no es así, sus miembros podrían empezar a preguntarse qué sentido tiene.

Aun así, seguirá perdiendo esta batalla. En primer lugar, la UE mantiene un enorme superávit con EE. UU., de 158 000 millones de euros al año, por lo que tiene mucho más que perder. En una guerra comercial, sufrirá pérdidas mucho mayores durante mucho más tiempo que su oponente al otro lado del Atlántico. Además, ha debilitado su economía con impuestos excesivamente altos y regulaciones onerosas. La eurozona ya está estancada este año, y podría estar ya en recesión. Las exportaciones a EE. UU. fueron uno de los pocos puntos fuertes, y no puede permitirse perder ese mercado, ni puede sufrir un impacto temporal en el crecimiento de la misma manera que EE. UU. Por último, estará dividida internamente. No pasará mucho tiempo antes de que Volkswagen y Siemens anuncien nuevas fábricas para trasladar la producción a EE. UU., mientras que los polacos y los húngaros se apresurarán a cerrar acuerdos paralelos con Trump. La unidad no durará más que unas pocas semanas.

En realidad, los aranceles de Trump a Canadá y México son completamente absurdos, pero tiene razón con respecto a la UE. La relación comercial es muy unilateral: la UE protege su mercado, mientras que Estados Unidos está completamente abierto a las empresas europeas. Sería mejor admitirlo y negociar un acuerdo. En cambio, la UE se está preparando para una batalla que solo va a perder.


Publicado originalmente en The Spectator: https://www.spectator.co.uk/article/europe-cant-win-a-trade-war-against-the-us/

Matthew Lynn es columnista financiero y autor de ‘Bust: Greece, The Euro and The Sovereign Debt Crisis‘ y ‘The Long Depression: The Slump of 2008 to 2031‘.

Twitter: @mattlynnwriter


Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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