La división entre izquierda y derecha ha sido un pilar fundamental de la política moderna, estructurando debates y organizando posturas ideológicas durante siglos. Su origen se remonta a la Revolución Francesa de 1789, cuando los defensores del antiguo régimen monárquico se sentaron a la derecha del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, mientras que los revolucionarios, que abogaban por cambios radicales, ocuparon la izquierda. Esta disposición física dio lugar a una metáfora que ha perdurado hasta nuestros días. Sin embargo, en el contexto del siglo XXI, marcado por la globalización, la digitalización y el auge de nuevas formas de autoritarismo, esta dicotomía se ha vuelto cada vez más insuficiente para captar la complejidad de las dinámicas políticas contemporáneas.

Desde una perspectiva libertaria, proponemos que la verdadera división política no se encuentra entre izquierda y derecha, sino entre libertad individual y autoritarismo. Este artículo busca desmitificar la dicotomía tradicional, argumentando que el eje libertad-autoritarismo ofrece un marco más claro, coherente y relevante para abordar los desafíos políticos actuales. A lo largo de este análisis, exploraremos el origen y las limitaciones de la dicotomía izquierda-derecha, presentaremos el enfoque libertario como una alternativa sólida, y examinaremos ejemplos prácticos que ilustran por qué el libertarismo es una herramienta poderosa para entender y transformar el debate político moderno.

EL ENFOQUE LIBERTARIO: LIBERTAD VS. AUTORITARISMO

El libertarismo propone una alternativa clara: un eje basado en la libertad individualfrente al autoritarismo estatal. Pensadores como Ludwig von Mises y Murray Rothbard sostienen que el análisis político debería centrarse en la autonomía personal, la propiedad privada y el mercado libre, más allá de etiquetas ideológicas.

LA LIBERTAD COMO EJE PRINCIPAL

Los libertarios adoptan un enfoque vertical (conocido como el Nolan Chart), considerando dos dimensiones fundamentales: la libertad económica y la libertad personal. Este eje clasifica las políticas según su grado de intervención estatal, colocando al libertarismo en el extremo de máxima libertad y al autoritarismo en el extremo opuesto.

Por ejemplo, los libertarios defienden tanto el derecho a emprender sin regulaciones excesivas como la libertad para tomar decisiones personales: consumir sustancias recreativas, casarse con quien se desee o expresar ideas controvertidas sin censura.

CRÍTICA AL MITO DEL “JUSTO MEDIO”

Una creencia popular es que la virtud política reside en el equilibrio entre los extremos: ni comunismo ni fascismo. Pero el libertarismo denuncia esta idea como una falacia. El centrismo entre dos formas de autoritarismo no representa libertad, sino una moderación de la coerción.

Un gobierno que combina controles económicos con restricciones sociales no es un punto medio razonable: es un régimen híbrido de opresión. Como bien lo señalaba Hayek, la libertad no puede compartirse con la planificación central sin erosionarse.

La lógica del “justo medio” lleva a aceptar pequeñas cuotas de represión como si fueran compromisos nobles. Pero ceder “solo un poco” de libertad no es un acto virtuoso: es el primer paso hacia una pendiente resbaladiza de control y dependencia. El objetivo libertario no es moderar la coacción, sino erradicarla de raíz.

¿POR QUÉ LA DICOTOMÍA IZQUIERDA-DERECHA ES OBSOLETA?

1. NUEVOS CLIVAJES POLÍTICOS

En el siglo XXI, las divisiones políticas más relevantes ya no giran en torno a la izquierda o la derecha, sino al eje que enfrenta a las democracias liberales y descentralizadas frente a los modelos autoritarios y centralistas. Esta nueva polaridad se expresa en múltiples planos: el grado de concentración del poder, la permisividad del Estado para intervenir en la vida privada y económica, y el control que los gobiernos ejercen sobre los medios, las redes y las instituciones judiciales.

Un ejemplo europeo lo representa el gobierno de Pedro Sánchez en España. Aunque enmarcado dentro del progresismo europeo, su administración ha impulsado medidas que amplían el poder estatal sobre el aparato judicial, promovido leyes que restringen la libertad de expresión bajo pretextos ideológicos, y consolidado un modelo de gobernanza basado en pactos con fuerzas nacionalistas y grupos políticos antiliberales. Estos rasgos autoritarios no provienen del espectro conservador, sino del uso del progresismo como coartada para expandir el poder del Estado.

En contraste, figuras como Viktor Orbán en Hungría apelan a un discurso nacionalista y conservador para justificar políticas similares: restricciones a la libertad de prensa, politización de la justicia y fomento del clientelismo.

En ambos casos —Sánchez desde la izquierda socialdemócrata y Orbán desde la derecha iliberal— se consolidan modelos que minan la autonomía individual en nombre de un bien común definido desde el poder político. Por tanto, el eje libertad-autoritarismo permite una lectura más certera y transversal de la amenaza real a las sociedades abiertas.

Incluso en democracias, el uso estatal de la censura digitalvigilancia masiva o controles económicos autoritariosmuestran que la amenaza a la libertad ya no sigue una línea izquierda-derecha.

3. EL POPULISMO COMO HERRAMIENTA DE POLARIZACIÓN

Líderes como Jair Bolsonaro en Brasil o el expresidente Andrés Manuel López Obrador en México explotaron durante sus gobiernos la retórica izquierda-derecha para movilizar a sus bases. Pero en la práctica, recurrieron al mismo repertorio antiliberal: control de preciospersecución de mediosimposición moral o censura digital.

Ambos extremos manipulan el eje ideológico para justificar intervencionismo estatal, revelando que el verdadero conflicto es libertad vs. autoritarismo, no redistribución vs. libre mercado.

4. LA COMPLEJIDAD DE LOS PROBLEMAS MODERNOS

Los retos actuales —cambio climáticointeligencia artificialprivacidad digital— no se comprenden adecuadamente desde el eje izquierda-derecha.

¿Regulamos la inteligencia artificial para proteger derechos laborales o la usamos para vigilancia masiva? ¿Impuestos verdes o innovación voluntaria? El enfoque libertario no impone dogmas, sino que pregunta: ¿la solución respeta la libertad individual o incrementa el poder estatal?

EJEMPLOS PRÁCTICOS DEL EJE LIBERTAD-AUTORITARISMO

  • IMPUESTOS Y REGULACIONES ECONÓMICAS: Tanto la izquierda (redistribución) como la derecha (proteccionismo) justifican impuestos abusivos. El libertarismo defiende la propiedad privada y el consentimiento fiscal.
  • CENSURA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Gobiernos de ambos espectros han promovido leyes para “combatir la desinformación” que terminan silenciando disidencias. El libertarismo protege la libre expresión como pilar de la autonomía moral.
  • DERECHOS INDIVIDUALES Y POLÍTICAS SOCIALES: En el debate sobre el aborto, por ejemplo, dos libertarios podrían discrepar sobre el estatus moral del feto, pero ambos estarían de acuerdo en que el Estado no debe imponer una única visión mediante la fuerza.

CRÍTICAS AL LIBERTARISMO Y RESPUESTAS

Aunque se critica al libertarismo por considerarlo utópico o generador de desigualdades extremas, sus defensores argumentan que la cooperación voluntaria y la innovación del mercado resuelven problemas sociales más eficazmente que el Estado.

  • “EL MERCADO GENERA DESIGUALDAD”: El mercado no promete igualdad material, sino igualdad ante la ley. La cooperación voluntaria y la competencia incentivan innovación, elevan el nivel de vida y empoderan al individuo.
  • “ES UTÓPICO E IMPRACTICABLE”: No se trata de instaurar un paraíso, sino de reducir progresivamente la coerción estatal. Los libertarios entienden los límites institucionales, pero no renuncian a la defensa de principios.
  • “IGNORA A LOS VULNERABLES”: La ayuda mutua, la filantropía y la cooperación descentralizada han demostrado ser más sostenibles que los programas estatales, muchas veces clientelares o corruptos.

CONCLUSIÓN: LIBERTAD COMO BRÚJULA POLÍTICA

La dicotomía izquierda-derecha es una reliquia que simplifica en exceso los debates del presente. En un mundo donde el autoritarismo muta y se disfraza según convenga, el libertarismo ofrece un marco claro, coherente y principista: maximizar la libertad individual y limitar el poder estatal.

Frente a los populismos, la tecnocracia y los autoritarismos de toda ideología, el libertarismo no es solo una postura teórica, sino una filosofía práctica: un llamado a vivir con más libertad, asumir responsabilidad personal y construir un orden social basado en el consentimiento voluntario y la cooperación pacífica.

REFERENCIAS CONSULTADAS

Publicado originalmente en el Substack de Carlos: https://caloespinoza.substack.com/p/desmitificando-la-dicotomia-izquierda?r=im3nm&utm_medium=ios&triedRedirect=true

Carlos Alberto Espinoza.- médico venezolano, en el exilio. Director de contenido de Libertarian Forum. Más contenido en su Substack: https://caloespinoza.substack.com/

X: @caloespinoza

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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