1)
Para empezar a responder hay que analizar las condiciones generales de la economía, en materia de crecimiento (dinamismo), que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, el PIB, y de inflación (estabilidad), que se mide por el comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor, el INCP.

Comienzo con el crecimiento, poniendo como punto de comparación 2018, el último año del sexenio de Peña Nieto. En 2018 la economía creció 2.20%; en 2019 decreció 0.28%; en 2020 decreció 8.80%; en 2021 creció, consecuencia de efecto rebote, 6.68%; en 2022 creció 3.95%; en 2023 creció 3.25%; en 2024, según el promedio de las 41 respuestas recibidas por el Banco de México en su encuesta de abril a los economistas del sector privado, la economía crecerá 2.26%, con lo cual sumaremos tres años consecutivos de menor crecimiento. El crecimiento promedio anual será 1.18%. ¿Cómo se compara con sexenios anteriores?

Con Fox (2000-2006), el crecimiento promedio anual de la economía fue 1.95%. Con Calderón (2006-2012), 1.86%. Con Peña Nieto (2012-2018), 2.41%. Con López Obrador será 1.18%, el menor de los últimos cuatro sexenios. Recordemos que López Obrador prometió crecimiento promedio anual del 4.00%.

Continúo con la inflación, usando nuevamente el 2018 como punto de comparación, año en el cual la inflación fue 4.83%. En 2019 fue 2.83%; en 2020, 3.15%; en 2021, 7.36%; en 2022, 7.82%; en 2023, 4.66%, y en 2024, de acuerdo al promedio de las 41 respuestas recibidas por el Banco de México en su encuesta de abril a los economistas del sector privado, la inflación será 4.16%. ¿Cómo se compara con gobiernos anteriores?

Con Fox la inflación promedio anual fue 4.44%. Con Calderón 4.28%. Con Peña Nieto 4.19%. Con López Obrador será 5.00%, la mayor de los cuatro sexenios del siglo XXI. Recordemos que la meta puntual de inflación, fijada por el Banco de México, es 3.00%. La inflación promedio anual de este sexenio será dos puntos porcentuales mayor, el 66.67%.

Tomando como referencia el promedio anual, el sexenio de López Obrador será, de los últimos cuatro, el de menor crecimiento y el de mayor inflación. El crecimiento promedio de los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto fue 2.07%. El crecimiento promedio anual de la 4T será 1.18%, 0.89 puntos porcentuales menor, el 43.00%. La inflación promedio sexenal en los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto fue 4.30%. La inflación promedio anual en el sexenio de López Obrador será 5.00%, 0.70 puntos porcentuales mayor, el 16.28%.

La inflación no es responsabilidad del Gobierno Federal sino del Banco de México, pero forma parte del resultado general de la economía. El crecimiento, en cierta medida, sí es responsabilidad del gobierno, quien debe crear las condiciones de seguridad y confianza para que los empresarios inviertan directamente en México, inversiones directas que producen bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades, producción con la que se mide el crecimiento de la economía.

En términos generales (crecimiento/dinamismo e inflación/estabilidad), el sexenio de la 4T será el de los peores resultados de los últimos cuatro, por más que habrá algunos buenos.

2)
En términos generales (crecimiento e inflación), el sexenio de la 4T será el de los peores resultados de los últimos cuatro, por más que habrá algunos buenos en materia de tipo de cambio, salario mínimo y desempleo.

Comienzo por el tipo de cambio peso-dólar. El 24 de marzo de 2020 se alcanzó el máximo histórico, $25.12. De entonces a la fecha (17 de mayo), se ha registrado la mayor racha de apreciación del peso frente al dólar. El tipo de cambio pasó de $25.12 a $16.57, apreciación de $8.55, el 34.04%.

Durante el sexenio de Fox el tipo de cambio pasó de $9.41 a $11.05, depreciación del 17.43%. A lo largo del de Calderón de $11.05 a $14.03, depreciación del 26.97%. Durante el de Peña Nieto de $14.03 a $20.41, depreciación del 45.47%. A lo largo del de AMLO podrá pasar de $20.41 a $17.06, según la proyección de los economistas encuestados por el Banco de México en abril, apreciación del 19.64%.

La apreciación del peso frente al dólar, ¿es buena o mala? Depende. Si recibo dólares (por ejemplo, exportadores o receptores de remesas), la apreciación me perjudica porque por cada dólar obtengo menos pesos. Por el contrario, si doy dólares (por ejemplo, emisores de remesas o importadores), me beneficia porque por cada dólar doy menos pesos. Sin embargo, dado que el problema económico es la escasez (no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis), conviene, para minimizarla, que los precios sean los menores posibles, por lo que conviene que el tipo de cambio, y con él el precio de las importaciones, sea el menor posible, sobre todo en una economía abierta al comercio exterior.

¿Cuál es la principal causa de la apreciación? El diferencial de tasas entre Estados Unidos (por debajo del 5%), y México (por arriba del 10%), haciendo más atractivas las inversiones financieras en pesos que en dólares, por lo que son más los dólares que entran (oferta) que los que salen (demanda).

Continúo con el salario mínimo, que en los seis años de la 4T tuvo estos aumentos: 2019, 16.21%; 2020, 20.00%; 2021, 15.00%; 2022, 22.00%; 2023, 20.00%; 2024, 20.00%. Incremento promedio anual del salario mínimo, 18.87%. Incremento acumulado en el sexenio 181.72% nominal, 150.67% real (descontada la inflación).

Comparemos, el incremento promedio anual del salario mínimo, con los tres sexenios anteriores. Con Fox pasó de $35.12 a $47.05, incremento real del 5.01%. Con Calderón de $47.05 a $60.50, decremento real del 0.37%. Con Peña Nieto de $60.50 a $88.36, aumento real del 18.78%. Con AMLO de $88.36 a $248.93, incremento real del 150.67%.

En contra de lo que señala la teoría económica básica, que en este caso tiene que refinarse (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/salario-minimo-1-3-541724), los considerables aumentos al salario mínimo no generaron mayor desempleo. Esta ha sido la evolución de la tasa de desempleo, como porcentaje de la Población Económicamente Activa, en los últimos sexenios. Con Fox aumentó de 2.20 a 3.50. Con Calderón bajó de 3.50 a 3.25. Con Peña Nieto se mantuvo igual, 3.25. Con AMLO podría bajar de 3.25 a 3.01, según el resultado de la encuesta de abril del Banco de México a los economistas del sector privado. En marzo pasado se alcanzó el mínimo histórico en 2.28%.

3)
En términos generales (crecimiento/dinamismo e inflación/estabilidad), el de AMLO será el sexenio de peores resultados de los últimos cuatro (peores porque en ningún sexenio fueron buenos), si bien es cierto que en algunas variables (tipo de cambio, salario mínimo, desempleo), hay buenos resultados.

Toca el turno al análisis del mundo del trabajo, a partir de la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, comparando noviembre de 2018, último mes del sexenio de Peña Nieto, con marzo pasado, último mes para el que tenemos cifras.

En noviembre de 2018 en condición de desempleo se encontró el 3.3% de la población económicamente activa (mayores de 15 años que buscan trabajo: si lo encuentran se vuelven población ocupada; si no lo encuentran, y siguen buscando, son población desocupada). En marzo pasado fue 2.3%, el mínimo histórico. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de ocupación parcial y desocupación (población desocupada más la que trabajó menos de 15 horas semanales), se encontró el 9.5% de la población económicamente activa. En marzo pasado 8.2%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 la tasa de presión general (desocupados más ocupados que buscan un mejor trabajo), fue 6.2% de la población económicamente activa. En marzo pasado 5.1%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de subocupación (población ocupada con necesidad y disposición de trabajar más pero sin posibilidad de hacerlo), se encontró el 6.9% de la población ocupada. En marzo pasado el 6.5%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de informalidad laboral (población ocupada que trabaja en un negocio informal más la que trabaja, de manera informal, en un negocio formal), se encontró el 57.2% de la población ocupada. En marzo pasado el 54.3%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 la tasa de ocupación en el sector informal (población ocupada que trabaja en negocios informales), fue el 27.1% de la población ocupada. En marzo pasado el 27.9%. Más, malo.

En noviembre de 2018 el porcentaje de la población ocupada que trabajó, de manera informal, en un negocio formal, fue el 30.1. En marzo pasado el 26.4. Menos, bueno.

Por último, en noviembre de 2018, en condición crítica de ocupación (quienes trabajan menos de 35 horas a la semana, más quienes trabajan más de 35 ganando menos de un salario mínimo, más quienes trabajan más de 48 ganando hasta dos salarios mínimos), se encontró el 15.0% de la población ocupada. En marzo pasado el 34.4%. Más, malo.

En marzo pasado, comparando con noviembre de 2018, en materia de desempleo, de ocupación parcial y desocupación, de presión general, y de población ocupada que trabajó informalmente en un negocio formal, las cosas mejoraron. En materia de población ocupada que trabajó en negocios informales, y de condiciones críticas de ocupación, las cosas empeoraron, sobre todo en lo segundo, aumentó del 15.0% de la población ocupada al 34.4%, variables que incluye, de todas las analizadas, el nivel de ingreso, talón de Aquiles de la economía mexicana.

El problema no es la creación de empleos: en marzo se alcanzó el mínimo histórico en materia de desempleo, sino la generación de ingresos: en marzo el 70.0% de la población ocupada generó hasta dos salarios mínimos de ingreso.

4)
El problema de la economía mexicana no es la creación de empleos (el desempleo anda en mínimos históricos), sino la generación de ingresos. En materia tan importante, con la 4T, ¿mejoramos o empeoramos?

Según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, correspondiente al cuarto trimestre del 2018, último año del gobierno de Peña Nieto, punto de comparación para el gobierno de AMLO, el 12.05% de la población ocupada asalariada (4,421,627 de personas), ganó hasta un salario mínimo y el 32.29% (11,845,502 de personas), más de uno y hasta dos. 44.34% de la población ocupada asalariada ganó hasta dos salarios mínimos (16,267,129 de personas).

A lo largo del cuarto trimestre de 2023 (último para el que tengo información al momento de escribir esta columna), el 30.48% de la población ocupada asalariada (12,497,406 de personas), ganó hasta un salario mínimo, y el 40.60% (16,646,043 de personas), más de uno y hasta dos. 71.08% de la población ocupada asalariada ganó hasta dos salarios mínimos (29,143,449 de personas).

Comparemos y hagamos cuentas.

En el cuarto trimestre de 2018 el 12.05% de la población ocupada asalariada ganó hasta un salario mínimo. En el cuarto del 2023 fue el 30.48%, 18.43 puntos porcentuales más, el 152.95%. Durante el cuarto trimestre de 2018 el 32.09% ganó entre uno y dos salarios mínimos. Durante el cuarto del 2023 fue el 40.60%, 8.31 puntos porcentuales más, el 25.75%. A lo largo del cuarto trimestre de 2018 el 44.34% de la población ocupada asalariada ganó hasta dos salarios mínimos. A lo largo del cuarto de 2023 el 71.08%, 26.74 puntos porcentuales más, el 60.31%. Más población ocupada generando menos ingreso.

En materia tan importante, como la generación de ingreso, en los años de la 4T, ¿mejoramos o empeoramos? Saque cada quien sus conclusiones.

En el anterior Pesos y Contrapesos vimos que en noviembre de 2018, último mes del sexenio de Peña Nieto, en condiciones críticas de ocupación (quienes trabajan menos de 35 horas a la semana, más quienes trabajan más de 35 ganando menos de un salario mínimo, más quienes trabajan más de 48 ganando hasta dos salarios mínimos), se encontró el 15.0% de la población ocupada, y que en marzo pasado fue el 34.4%, 19.4 puntos porcentuales más, el 129.33%. Más población ocupada en condiciones críticas de ocupación.

En este Pesos y Contrapesos acabamos de ver que en el cuatro trimestre de 2018, al final del gobierno de Peña Nieto, el 44.34% de la población ocupada asalariada ganó hasta dos salarios mínimos. En el cuarto trimestre de 2023 fue el 71.08%, 26.74 puntos porcentuales más, el 60.31%.

En marzo la población ocupada en condiciones críticas de ocupación fue 129.44% mayor que al final del sexenio de Peña Nieto. Durante el cuatro trimestre de 2023 el porcentaje de población ocupada asalariada que ganó hasta dos salarios mínimos fue 60.31% mayor que al final del gobierno anterior.

Para darnos una mejor idea de lo que pasó, tengamos en cuenta que durante el cuarto trimestre de 2018 el 4.91% de la población ocupada asalariada ganó más de cinco salarios mínimos, porcentaje que bajó a 1.39 en el cuarto trimestre de 2023, 3.52 puntos porcentuales menos, el 71.69%.

Más (60.31%) población ocupada asalariada genera hasta dos salarios mínimos y menos (71.69%) más de cinco. Pauperización del empleo.

5)
El fin de la economía es el bienestar, que debe ser resultado de la generación personal de ingreso, del producto del trabajo de cada quien, no de la redistribución gubernamental del mismo. El primer camino conduce a una sociedad de personas que, comerciando, cooperan entre sí, de personas voluntariamente interdependientes. El segundo lleva a una con dos bandos, los expoliados, por un lado, y los mantenidos, por el otro, con el gobierno quitándole a los primeros y dándole a los segundos.

Como vimos en el anterior Pesos y Contrapesos, durante el cuarto trimestre de 2018, el 44.3% de la población ocupada asalariada ganó hasta dos salarios mínimos. A lo largo del cuarto de 2023, el 71.1%, 26.74 puntos porcentuales más, el 60.3%. Más población ocupada generando menos ingreso. Al mismo tiempo, a lo largo el cuarto trimestre de 2018, el 4.9% de la población ocupada asalariada ganó más de cinco salarios mínimos, porcentaje que bajó a 1.4 en el cuarto trimestre de 2023, 3.5 puntos porcentuales menos, el 71.7%. Menos población ocupada generando más ingreso.

En noviembre de 2018, en condición crítica de ocupación (quienes trabajan menos de 35 horas a la semana, más quienes trabajan más de 35 ganando menos de un salario mínimo, más quienes trabajan más de 48 ganando hasta dos salarios mínimos), se encontró 15.0% de la población ocupada. En marzo pasado, 34.4%, 19.4 puntos porcentuales más, el 129.3%. Más población ocupada en condiciones críticas.

Con los datos anteriores, y aceptando que el fin de la economía es el bienestar de las personas, que debe depender de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, ¿cuál es la respuesta a la pregunta por la herencia económica de la 4T?

Según la clasificación funcional del gasto del gobierno, en 2018, último año de Peña Nieto, 9.8% se destinó a las tareas propias del gobierno (impartición de justicia), 62.6% a desarrollo social (redistribución gubernamental del ingreso), y 27.6% a crecimiento económico (generación de ingresos). En 2024, último año de AMLO, a las tareas propias del gobierno se destinará 8.3% del gasto, 1.5 puntos porcentuales menos, 15.3% (estando como estamos en prevención de delitos e impartición de justicia). A desarrollo social se destinará 67.7%, 5.1 puntos porcentuales más, 8.1% (más expoliación tributaria y más manutención gubernamental). A crecimiento económico se destinará 24.0%, 3.6 puntos porcentuales menos, 13.0% (menos inversiones directas que, ¡esto es lo importante!, sean rentables, no elefantes blancos como probablemente lo sean, otorgando el beneficio de la duda, el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles).

Estos últimos cinco Pesos y Contrapesos fueron una primera respuesta a la pregunta por la herencia económica de la 4T, herencia que tiene cosas buenas (salarios mínimos, desempleo, tipo de cambio), pero que, en términos del desempeño general de la economía (crecimiento/dinamismo e inflación/estabilidad), de la generación de ingresos y de la población ocupada en condiciones críticas de ocupación, deja que desear.

Ya escribiré otras columnas sobre el mismo tema, la herencia económica de la 4T, porque tela de donde cortar sobra, empezando por las finanzas del gobierno.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *