El récord mundial de la calle milanesa es un triunfo del libre mercado y de la creatividad individual.

Cuando la famosa Via Monte Napoleone de Milán, una de las zonas más lujosas de la ciudad y uno de los principales centros de compras de prêt-à-porter, se corona como la más cara del mundo , no sólo se celebra un récord local, sino que sino un resultado emblemático de la libertad económica.

El lujo, a menudo percibido con desprecio por quienes demonizan el mercado, no es más que el fruto de las elecciones individuales y de la creatividad humana, como enseñaban los pensadores de la Escuela Austriaca de Economía . Su primacía, por tanto, representa una lección de economía, que tiene su clave fundamental para la comprensión en la centralidad de la acción humana.

Como informan los principales periódicos, refiriéndose al informe anual de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield , a lo largo de los elegantes escaparates de la arteria milanesa, el precio del alquiler de las tiendas ha alcanzado una media de 20.000 euros por metro cuadrado , superando la Quinta Avenida de Nueva York , que cuenta con alquileres estables en torno a los 19.500 euros m2/año durante dos años, New Bond Street en Londres y Tsim Sha Tsui en Hong Kong . Según el informe de la citada empresa, a pesar de los desafíos económicos, las principales avenidas del lujo han mostrado una notable resiliencia.

«Los minoristas continúan apostando por ubicaciones privilegiadas por su importancia estratégica y potencial de atracción de clientes, demostrando su flexibilidad y fortaleza a medida que se adaptan a las condiciones económicas cambiantes y las demandas de los consumidores». Es un coste que podría parecer absurdo a un observador superficial, aunque no se debe pasar por alto que estamos en presencia de un unicum y que en una misma calle hay diversos valores de alquiler, dependiendo de las características comerciales del comercio.

Sin embargo, las cifras reportadas anteriormente son la expresión de un sistema de mercado que coordina, a través del mecanismo de precios, las infinitas preferencias y necesidades de los individuos . El valor de mercado para el alquiler (pero lo mismo podría aplicarse a la venta) de propiedades en el mismo lugar o en cualquier otra ciudad, de hecho, no se impone , sino que es el resultado de las evaluaciones subjetivas de quienes desean estar presentes en este esquina de Milán, donde oferta y demanda se encuentran en un baile que Friedrich A. von Hayek describió como un «orden espontáneo».

Este récord, además, no es casualidad. La capital lombarda es un cruce de cultura, diseño e innovación. Y vía Monte Napoleone representa el símbolo de esta dinámica, donde el valor no es creado por un aparato estatal o una planificación centralizada, sino por la cooperación voluntaria de innumerables actores. Cada elección, cada acción realizada por los individuos que operan en el contexto informado, desde los consumidores hasta los productores, está guiada por el deseo de mejorar su condición y satisfacer sus preferencias. Este proceso de intercambio voluntario no sólo genera valor, sino que coordina eficientemente recursos y conocimientos dispersos, permitiendo la creación de un sistema económico complejo capaz de responder a las necesidades cambiantes del mercado. Es precisamente a través de este intrincado tejido de acciones individuales , impulsadas por propósitos específicos y cálculos racionales, que emerge la extraordinaria eficiencia del libre mercado , capaz de adaptarse y prosperar de manera autónoma y sostenible.

Frente a esto, las críticas dirigidas al lujo y los altos costos de la icónica calle milanesa revelan un prejuicio profundamente arraigado contra la riqueza, la propiedad privada y el sistema capitalista en general. Sin embargo, demonizar el lujo significa descuidar el papel fundamental que desempeña en el progreso económico .

Las empresas que operan por este camino no sólo generan empleo y riqueza, sino que también representan un poderoso estímulo para la innovación: “El lujo de hoy – escribió Ludwig von Mises – es la necesidad del mañana. Todo progreso aparece inicialmente como un lujo reservado a unos pocos ricos, para luego transformarse, con el tiempo, en una necesidad esencial para todos. El lujo estimula el consumo y empuja a la industria a inventar e introducir nuevos productos, constituyendo uno de los factores dinámicos de nuestra vida económica». Del mismo modo, Carl Menger subrayó que: “Los objetos de lujo son el resultado de procesos de producción complejos, que requieren el uso coordinado de múltiples recursos y habilidades especializadas. Estos bienes representan un nivel avanzado de desarrollo económico, ya que su valor refleja no sólo la necesidad subjetiva, sino también la perfección de las técnicas de producción.» Lejos de perjudicar a los menos favorecidos, el sistema descrito contribuye a expandir la riqueza general, generando beneficios que se extienden a lo largo de toda la cadena económica. Pero hay más.

Via Monte Napoleone no es sólo una calle: es un laboratorio de libertad . Aquí el individuo encuentra el entorno ideal para expresar sus preferencias, no mediante imposiciones, sino mediante elección . Cada compra, cada tienda que abre o cierra, cada marca que decide invertir aquí da testimonio de la fuerza de las decisiones individuales. Ninguna planificación estatal podría haber imaginado y creado un ecosistema tan complejo y próspero. En un mundo donde la regulación a menudo sofoca la creatividad: nos enfrentamos a un monumento a la fortaleza del libre mercado.

Por lo tanto, debemos aprender de la primacía expuesta , en lugar de temerla o envidiarla, teniendo en cuenta también que la prosperidad no se logra distribuyendo pobreza, sino creando riqueza. El lujo, desde la perspectiva revelada, no es por tanto una amenaza, sino una oportunidad , y es la demostración práctica de que el bienestar no es un juego de suma cero. Cada éxito logrado en ese camino milanés es una victoria para quienes han sabido innovar, asumir riesgos y aprovechar las oportunidades que ofrece la libertad económica.

Desde otra perspectiva, el récord mundial de Via Monte Napoleone es también una respuesta elocuente a quienes piden una mayor intervención pública para «regular» las desigualdades. Como ha propuesto la teoría económica austriaca , el mercado es el mejor árbitro de los recursos, y cualquier intento de alterar sus mecanismos conduce inevitablemente al fracaso: la calle de Milán, con sus precios estratosféricos y sus escaparates relucientes, es un ejemplo de cómo la libertad puede generar no sólo riqueza, sino también belleza, innovación y cultura.

Por ello, no debe verse como una isla para unos pocos , sino como un símbolo para todos . Es un lugar que celebra la capacidad humana de crear, innovar y prosperar, en un sistema que recompensa el mérito y el riesgo.

En una era en la que el capitalismo es a menudo atacado, la historia en cuestión nos recuerda que sólo la libertad puede crear tal espectáculo de excelencia e ingenio. Como escribió Alexis de Tocqueville : “El arte, como la libertad, florece en el corazón de una sociedad libre; es el reflejo del alma independiente que no teme expresar sus aspiraciones más profundas”. Monte Napoleone es, por derecho propio, una de las mayores obras de arte de nuestro tiempo.

Agradecemos al autor el permiso para publicar su artículo, publicado originalmente en L’Opinione delle Libertà: https://opinione.it/economia/2024/11/22/sandro-scoppa-via-monte-napoleone-milano-primato-lusso/?fbclid=IwY2xjawGtVZNleHRuA2FlbQIxMQABHSOZGs-aNrt6LmLicICcjUH0Ij5DJ9d83evlWRQcozEZYMbui-uDM075xQ_aem_-REhagB5S6EULkHMBc-paw

Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.
Twitter: @sandroscoppa

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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