Donald Trump ha prometido reconfigurar el orden político y económico global bajo una agenda que la podemos denominar la «Doctrina Trump».
Enmarcada en el lema «America first«, esta doctrina prioriza los intereses nacionales sobre los compromisos multilaterales, destacándose por un liderazgo pragmático, transaccional e impredecible.
La estrategia comercial incluye aranceles globales del 10% al 20% y tarifas de hasta el 60% para productos chinos, buscando proteger la industria estadounidense. Sin embargo, estas medidas podrían desencadenar represalias comerciales que afectarían a consumidores y empresas estadounidenses dependientes de cadenas globales de suministro.
Ante los planes de los BRICS de crear una moneda común para reducir su dependencia del dólar, Trump ha advertido con imponer aranceles del 100% a las economías que amenacen la hegemonía financiera de Estados Unidos.
Aunque esta postura refuerza el dominio del dólar, también podría incrementar las tensiones internacionales.
En cuanto a la OTAN, Trump condicionaría su respaldo financiero y militar a un incremento en los presupuestos de defensa de los países aliados. Además, se anticipa una reducción de la participación estadounidense en organismos internacionales como la ONU y en acuerdos multilaterales como el Acuerdo de París.
Este enfoque subraya su preferencia por negociaciones bilaterales que prioricen los beneficios directos para EE. UU.
Respecto al conflicto ruso-ucraniano, Trump ha propuesto soluciones rápidas, que podrían incluir concesiones territoriales a Moscú, aunque también ha prometido continuar con la ayuda militar a Ucrania.
Estas posturas contradictorias reflejan su enfoque flexible y poco convencional.
La relación con China sigue siendo central en la política exterior de Trump. El eventual incremento de aranceles y su postura ambigua sobre Taiwán podrían intensificar las fricciones bilaterales, aunque su invitación a Xi Jinping para su toma de posesión sugiere una apertura al diálogo.
En Medio Oriente, Trump pondría énfasis en la seguridad de Israel, con una política de “máxima presión” contra Irán y un apoyo decidido a Israel frente a grupos como Hamas y Hezbollah.
La “Doctrina Trump” también tendrá importantes repercusiones en América Latina. Su enfoque podría implicar un endurecimiento de las políticas migratorias, lo que afectaría tanto los flujos de remesas como los movimientos migratorios hacia Estados Unidos.
En el plano comercial, se priorizarían las negociaciones bilaterales con países que ofrezcan condiciones favorables para las inversiones estadounidenses.
Además, se anticipa una política de confrontación y sanciones severas contra los gobiernos de izquierda autoritaria, particularmente en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El regreso de Trump al poder marcaría un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos. Su combinación de pragmatismo y agresividad selectiva, junto con un enfoque proteccionista y una diplomacia transaccional, presenta un panorama incierto para el liderazgo global de EE. UU.
Desde la guerra en Ucrania hasta las tensiones con China e Irán, las decisiones de Trump serán observadas de cerca por su impacto en el equilibrio mundial.
Agradecemos al autor el permiso para publicar su artículo, publicado originalmente en Primicias (Ecuador): https://www.primicias.ec/opinion/matias-abad-merchan/doctrina-donald-trump-politica-exterior-estados-unidos-86135/?utm_source=twitter&utm_medium=social
Matías Abad.- Catedrático universitario, comunicador y analista político. Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca.
Twitter: @matiasabadm