El pasado 14 de octubre los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson ganaron el Premio Nobel de Economía «por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad».
Muy exitoso fue el libro escrito conjuntamente por Acemoglu y Robinson del año 2012; Por qué fracasan los países, y también el escrito nuevamente por Acemoglu y Johnson del año 2023; Poder y progreso. Sus investigaciones se centran en la importancia que tienen las buenas instituciones en la creación de riqueza y el crecimiento de la sociedad, en contraposición con las llamadas «instituciones extractivas».
Una afirmación que ha llamado poderosamente la atención de uno de ellos, de Robinson, es la siguiente que hizo ante la BBC: «La pobreza y la desigualdad en América Latina están profundamente arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas».
Con estas declaraciones es obvio que el premio Nobel se está refiriendo a los territorios que pertenecieron al Imperio Español, ya que la gran mayoría de América Latina llegó a pertenecer a España (salvo excepciones como Brasil, por ejemplo). No es este el artículo destinado a explicar por qué no eran colonias sino virreinatos y que España exportó (o trató de exportar) sus mismas instituciones a los territorios de América, así como escuelas, hospitales, iglesias, etc. En este artículo lo que vamos a tratar de hacer es desmentir esa afirmación por la cual se culpa a España de los males actuales de aquellos países, cuando en muchos casos han pasado más de 200 años desde sus respectivas independencias.
Si acudimos a «Our World in Data» y nos servimos de la base de datos del «Proyecto Maddison 2023» (cuyas estimaciones sobre el crecimiento económico y de población de cada país son las más importantes del mundo) y comparamos el PIB per cápita de España con el de algunos de los territorios como Argentina, Perú o México, es posible que nos llevemos alguna sorpresa, veamos:
PIB per cápita en 1700:
PIB per cápita en 1750:
PIB per cápita en 1800:
PIB per cápita en 1850:
Como podemos ver en estos cinco gráficos, el PIB per cápita de España fue prácticamente idéntico al de México desde 1700 hasta 1800 (incluso siendo superior el PIB per cápita de México en 1700), justo antes de que allí se iniciaran los procesos de independencia. También Perú estuvo a la par de la renta per cápita de España hasta justo antes de su proceso de independencia. Para más inri del premio Nobel, el caso de Argentina es aún más «extraño», pues superaba a España tanto en 1750, como en 1800, por no hablar de que más de medio siglo después de independizarse de España pasaron a casi duplicarle en PIB per cápita a los españoles. No obstante, bastaría con observar el gráfico de 1800 para ver como no había grandes diferencias de riqueza entre España, Colombia, Perú, Argentina y México.
Es sorprendente que todo un ganador del Nobel de Economía pueda caer en un error tan mayúsculo como este, cuando además podemos comprobar como la divergencia de riqueza entre España y los países de América Latina se da a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando ya habían pasado más de 150 años de sus separaciones de España. En cualquier caso, resulta interesante plantearse algunas preguntas que quizás ayudarían a entender mejor el problema de estos países: ¿qué instituciones tenían antes de la llegada de los españoles? ¿Si fuera cierto que España era algo así como una «máquina extractiva» de riqueza, no debería haber crecido más que ellos y no a la par, como sucedió realmente? ¿Cómo es posible que incluso 100 años después la riqueza de España sea similar a la de los países latinoamericanos?
En definitiva, hemos podido comprobar a lo largo de este artículo como no es cierto que España actuara como una especie de parásito contra los territorios españoles de América, sino que contribuyó enormemente al crecimiento tanto cultural, social y económico. Si fuera cierto que España «robaba» riqueza a estos países, prácticamente de inmediato deberían haber crecido más al haberse librado del yugo español, y España debería haberse venido abajo, y no fue lo que ocurrió. Es posible que la debacle latinoamericana tenga más que ver con la llegada de los distintos gobiernos socialistas a partir de la segunda mitad del siglo XX a estos países. Lo que no parece lógico es que se culpe a España de la pobreza de estos países cuando sus gobiernos han tenido más de 200 años para tratar de solucionar sus propios asuntos.
Publicado originalmente en Libre Mercado: https://www.libremercado.com/2024-10-22/el-error-del-premio-nobel-de-economia-con-espana-7176684/
Título modificado por el editor.
Miguel Puga.- escribe en Libre Mercado y en InfoCatolica.
Twitter: @MiguelPuga44
.