La voluntad unipersonal de AMLO se impondrá, y lo importante para él, en lo que no está dispuesto a ceder, es que los Ministros de la Corte, magistrados y jueces formalmente se eligan, y en que quede aprobado en septiembre, antes de que él dejé de ser el presidente; así terminará entre vítores y aplausos, por haber implementado un honesto, eficiente, profesional sistema que admistrar justicia, en forma justa, pronta y expedita.

Pero en cuanto en la realidad, esto sea un fracaso, y sigan la corrupción, impunidad, rezago y se agrave la desconfianza en el Estado de Derecho en México, con todas sus consecuencias, económicas, sociales y políticas, quien pagará los costos políticos y recibirá críticas y sufrirá sus efectos, será el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Partamos de la aceptación de que en materia de justicia, todo está podrido; pero si hay una casa totalmente podrida, no basta con cambiar el techo, porque si se deja la podredumbre en paredes, suelos, etcétera, está afectará al nuevo techo, y los problemas y la condición de inhabitable de la casa, continuará con todos sus males.

Los problema de la administración e imparticipación de justicia, son graves y añejos, y todas las solucionas parciales, que en el pasado se nos vendieron cómo soluciones, han fracasado.

Por ejemplo, se nos dijo que con los juicios orales, que con la autonomía de las fiscalías, que con federalizar códigos, que con la reforma judicial que este gobierno hizo, con la iniciativa del entonces presidente de la Corte, Zaldivar, que apoyó el presidente López Obrador, se iban a solucionar los problemas de corrupción, impunidad, rezago judicial y demás, pero no ha sido así.

Porque los procesos judiciales, no sólo se realizan con la actuación de los juzgadores, en materia penal, la de los ministerios públicos, en esta y demás materias, la de los abogados, tanto los que representan a los gobiernos y a las instituciones públicas, y a los particulares; si una parte no funciona, no funciona nada, y además se tiene que actuar con leyes, muchas veces imperfectas.

Entonces volviendo al ejemplo de la casa podrida, para su arreglo se necesita cambiar absolutamente todo lo podrido y en toda la casa, lo que necesariamente lleva dinero y tiempo.

Esto es, se requiere un cambio radical, todo lo relacionado con la actividad jurisdiccional, porque si los ministerios públicos por ineficiencia o corrupción no hacen su trabajo, los abogados del gobierno se venden o no saben y los particulares corrompen, entre otras cosas, de nada serviría tener buenos ministros magistrados y jueces.

Y el aspecto económico, una reforma judicial, requiere muchisima inversión: en México hay 4 jueces por cada 100 mil habitantes, el estándar internacional es de 65, y mientras que la población demandante de justicia crece, los presupuestos al poder judicial disminuyen.

Pero lo que es más evidentemente, es que no sólo porque que ciudadanos voten, los más sin conocimientos jurídicos, y lo peor, sólo llimitativanente por candidatos elegidos por el gobierno, no llegaran los mas honestos y preparados para esa alta responsabilidad. ¿Cuántos corruptos han sido electos en las urnas?

Todos estamos de acuerdo en lo mal que está la justicia mexicana, que se requieren cambios, y por ello es una ociosidad, el realizar una encuesta para ello, o sea, es como si vemos a un enfermo tirado en la calle, todos nos damos cuenta que está enfermo, todos aceptamos que se le debe atender médicamente, pero quien debe decidir el tratamiento, no es el pueblo, debe ser un médico especializado.

La fracasada e inútil oposición, no podrá impedir esto que dañara al gobierno de Claudia Sheinbaum y desde luego al país entero.

La única esperanza está dentro de Morena, y es que haya legisladores de la 4T, que por servir a Claudia y al país, se atrevieran a votar en contra de la iniciativa de AMLO.

No puede haber dos soles en el firmamento, la diarquía no funciona. Claudia sabe que algún momento, tiene que romper con AMLO, o será sometida a sus caprichos aunque formalmente esté retirado; por ahora sabe que abiertamente no le conviene una ruptura con el todavía presidente; pero si hubiera legisladores más claudianos que obradoristas, que se dieran cuenta que sobre la vanidad y ocurrencias de AMLO, está el que Claudia Sheinbaum pueda hacer un buen gobierno, optarían por una reforma jurídica integral, bien hecha, sin someterse a las ocurrencias y prisas de AMLO.

Mario Rosales Betancourt, abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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