A veces para escribir sobre determinados hechos, no es suficiente revisar notas periodísticas y ciertos vídeos. Es mejor estar ahí. Lo digo porque algunos consideran que los hechos del zócalo fueron una simple provocación de infiltrados. O lo que es costumbre decir por parte de la presidencia, que la violencia estuvo de parte de los manifestantes.

Son falsas esas apreciaciones, como también puede ser falso señalar que no hubo infiltrados. Sin embargo, en un balance de la marcha y de los sucesos del zócalo, bien podríamos decir que lo predominante fueron la espontaneidad y el coraje de los manifestantes.

Algo a tener presente es que a lo largo de la marcha no hubo daños al equipamiento urbano ni a negocios particulares. Y si algo hay que destacar, a diferencia de las manifestaciones que se han dado desde 2019 a la fecha, es que ahora las consignas fueran más politizadas, o sea, de un claro rechazo al régimen, a la titular del ejecutivo y a su partido.

Los intentos previos de la presidencia y corifeos de intimidar a los manifestantes jugaron su papel, como también lo jugaron las vallas y otros diques que instalaron a lo largo del recorrido y en pleno zócalo. No llegaron todos los que tenían que llegar, pero el arribo de manifestantes, tipo operación hormiga, era suficiente para llenar el zócalo, aunque no se logró alguna toma de imágenes y videos que mostrara eso, por la sencilla razón que no hubo estrado ni oradores, o algún aparato de sonido que los exhorta a mantenerse más tiempo. Hubo grupos de manifestantes que llegaron ya iniciados los «enfrentamientos» con las vallas y granaderos.

¿Estuvo presente en llamado grupo negro? Según lo que alcance a observar para nada fue predominante, eran un ínfima minoría en comparación a la inmensa cantidad de jóvenes y adultos que se dispusieron a tumbar vallas; por cierto, prácticamente descubiertos del rostro. Quienes lo hicieron fue parcialmente, en virtud del lanzamiento de gases por parte de los granaderos. ¿Por qué ahora no hubieron destrozos de negocios y equipamiento urbano?

Regularmente los también llamados grupos de choque realizan sus acciones prácticamente solos y, en la mayoría de las veces, lo hacen a pesar del rechazo de los manifestantes. En esta ocasión, las acciones de tumbar las vallas tuvieron una total simpatía de miles de manifestantes presentes. Una cosa es clara, derribar muros como las vallas es muy simbólico en la lucha en contra de esta dictadura narcomorenista.

Estás acciones siempre estuvieron acompañadas de sendas consignas en contra de Claudia Sheinbaum, en contra de morena y del narco estado, además de entonaciones periódicas del himno nacional.

Vale señalar que ni la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha sido capaz de derrumbar vallas, a pesar de su alta dosis de beligerancia. En esta ocasión no solo fue estrategia, sino también indignación, convicción y entusiasmo.

Sin duda, el nuevo héroe popular, #CarlosManzo, sintetizó una manifestación nacional cualitativamente superior a las anteriores concentraciones ciudadanas. Hoy, con suficientes razones, podemos señalar que su cobarde asesinato ha marcando un antes y un después en la vida política nacional, un punto de quiebre en la correlación de fuerzas a favor de un cambio en la conducción del país.

Sin duda, habrá un fuerte voto de castigo en las elecciones por venir.

Agrademos al autor su amable permiso para reproducir su artículo, aparecido originalmente en: https://www.facebook.com/share/p/1L4DBDy4yU/

Ignacio Pinacho: activista político.

X: @IgnacioPinacho

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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