Introducción

La Teoría del Ingreso Permanente (TIP), formulada por Milton Friedman, postula que las personas basan su consumo en su ingreso esperado a largo plazo y no en fluctuaciones temporales de su salario. Esta teoría tiene implicaciones directas en el diseño de políticas públicas, ya que sugiere que transferencias temporales o cambios abruptos en la política económica pueden generar efectos distorsionantes en la economía. En este sentido, la TIP desafía la efectividad de las políticas basadas en subsidios directos, pues los hogares tienden a suavizar su consumo en función de su ingreso esperado y no de ingresos esporádicos.

En México, donde el gasto en programas sociales ha aumentado significativamente en los últimos años, es fundamental analizar hasta qué punto estas medidas pueden realmente mejorar el bienestar de la población sin generar dependencia económica. En la actualidad, la nación enfrenta múltiples retos, como la alta informalidad laboral, el déficit fiscal creciente y la necesidad de mejorar la inversión productiva. Aplicar la TIP en el diseño de políticas públicas podría permitir un tránsito más eficiente de un modelo asistencialista a uno que fomente el crecimiento sostenido y la estabilidad económica.

En este trabajo, exploraremos cómo la TIP puede orientar reformas en programas sociales, política fiscal, monetaria, pensiones y financiamiento productivo. Para ello, utilizaremos datos económicos recientes de México y compararemos con experiencias internacionales que han logrado mejorar la eficiencia del gasto público y fomentar la estabilidad del ingreso de los ciudadanos.

Explicación Básica del TIP:

La idea principal de esta teoría es que las personas no ajustan su consumo solo según lo que ganan en un periodo corto, como un salario mensual, sino que lo hacen en función de lo que consideran será su ingreso promedio a largo plazo. Este ingreso permanente es el promedio del dinero que una persona espera ganar en toda su vida laboral, teniendo en cuenta tanto sus ingresos actuales como futuros. De esta manera, si reciben un aumento temporal o un bono, no necesariamente gastarán todo ese dinero de inmediato, ya que su consumo está más basado en sus expectativas a largo plazo.

Ejemplo 1: Aumento Temporal del Salario

Imagina a una persona que trabaja en una oficina, recibe un bono de 5,000 pesos por un buen desempeño en su trabajo. Según la teoría del ingreso permanente, esta gente no va a gastar todo ese bono de inmediato. En lugar de eso, lo considerará como una cantidad temporal y, dado que su ingreso regular (su salario mensual) es mucho más bajo, podría ahorrar una gran parte de este bono. Esto se debe a que él sabe que su ingreso permanente, es decir, lo que espera ganar de manera constante durante los próximos años, es lo que guiará sus decisiones de consumo, no este bono único.

Ejemplo 2: Ingreso Permanente y Decisiones de Consumo

Ahora, supongamos que otro individuo trabaja en una tienda y, aunque su salario es bajo, tiene un ingreso estable y predecible. Su ingreso permanente es, por lo tanto, bajo, y esto lo lleva a hacer decisiones de consumo que se ajustan a ese nivel constante de ingresos. Si en algún momento recibe un salario temporalmente más alto, Juan podría no cambiar sus hábitos de consumo de inmediato, ya que su gasto está basado en lo que considera será su ingreso estable a largo plazo.

Por ejemplo, él puede decidir gastar más en la compra de alimentos de mejor calidad, pero no se lanzará a hacer compras grandes o a realizar cambios drásticos en su estilo de vida. En cambio, podría ahorrar ese extra para asegurarse de que no se ve afectado si sus ingresos vuelven a la normalidad. Así, a pesar de la variabilidad temporal de sus ingresos, su consumo se basa en lo que espera ganar a largo plazo.

El TIP y su aplicación a políticas públicas

Reforma de los Programas Sociales

Actualmente, México destina alrededor del 3.6% del PIB a programas sociales de los cuales una gran parte corresponde a transferencias directas, como el programa «Pensión para el Bienestar» y «Jóvenes Construyendo el Futuro». Sin embargo, estos subsidios temporales pueden generar dependencia económica en los beneficiarios, afectando su capacidad de generar ingresos sostenibles a largo plazo.

La TIP sugiere que, en lugar de subsidios, el gobierno debería canalizar estos recursos hacia capacitación laboral y acceso al capital para fomentar el empleo formal. En países como Chile, se han implementado programas de «capital semilla» para emprendedores, con resultados positivos en la movilidad social. Aplicar este modelo en México podría ser una solución a la informalidad laboral, que actualmente afecta al 55.2% de la población ocupada (INEGI, 2023). Además, en países como Alemania y Canadá, se han desarrollado esquemas de formación dual que combinan educación técnica con prácticas en empresas, lo que garantiza una mayor empleabilidad y mejores salarios.

Otro punto crítico es que los programas sociales en México no están diseñados para fomentar la independencia económica de los beneficiarios. La entrega de dinero sin estrategias de movilidad social a largo plazo solo perpetúa la pobreza. Un enfoque basado en la TIP implicaría redirigir los recursos hacia infraestructura educativa, incentivos fiscales para la generación de empleo y financiamiento para emprendimientos.

El problema más grave de mantener un esquema basado en subsidios es que, lejos de ser una solución real, se convierte en un mecanismo de control político. Los programas sociales han sido utilizados como herramientas clientelares que comprometen las finanzas públicas sin mejorar el nivel de vida de la población.

Política Fiscal Predecible y Reducción de Volatilidad

México enfrenta una alta volatilidad fiscal, con un déficit presupuestario que alcanzó el 5.7% del PIB en 2024, el nivel más alto en tres décadas. Esta inestabilidad limita la capacidad del gobierno para implementar políticas de largo plazo. Según la TIP, un sistema fiscal predecible basado en ingresos estructurales —no en fluctuaciones cíclicas— es esencial para fomentar un entorno económico estable. Países como Singapur han adoptado reglas fiscales estrictas que aseguran que el gasto público no exceda los ingresos estructurales, lo que ha permitido un crecimiento sostenido sin depender excesivamente de la deuda.

La implementación de un sistema fiscal predecible permitiría reducir la carga impositiva al sector productivo, lo que a su vez fomentaría la inversión y la creación de empleo formal, reduciendo la dependencia de subsidios.

Otra consecuencia de la inestabilidad fiscal es la afectación en la calificación crediticia del país. En 2024, agencias como Fitch Ratings y Moody’s han advertido sobre posibles rebajas en la calificación soberana debido al alto endeudamiento y el uso poco eficiente del gasto público. Si México no implementa reglas fiscales claras y sostenibles, enfrentará un deterioro en su competitividad internacional y un encarecimiento del financiamiento externo.

Para reducir la volatilidad, es necesario establecer límites al gasto público y priorizar inversiones en infraestructura productiva en lugar de subsidios ineficientes. El gobierno debe adoptar una visión de largo plazo, evitando políticas populistas que comprometan la estabilidad económica del país. Sin un marco fiscal predecible, México seguirá atrapado en un ciclo de déficits crecientes y crisis recurrentes que afectan el bienestar de toda la población.

Reforma del Sistema de Pensiones

El sistema de pensiones en México enfrenta serias dificultades de sostenibilidad. En 2023, el gasto en pensiones representó el 4.5% del PIB, y si no se implementan reformas, este porcentaje podría superar el 6% para 2030. Esta tendencia no solo pone en riesgo las finanzas públicas, sino que también compromete la capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones sociales a largo plazo.

El modelo actual de pensiones, basado en un sistema de reparto, depende de las contribuciones de los trabajadores activos para financiar las pensiones de los jubilados. A medida que la población envejece y la informalidad laboral sigue siendo un problema, este sistema se vuelve cada vez más insostenible. Muchos jubilados no reciben lo necesario para mantener una calidad de vida digna, y las perspectivas para los trabajadores actuales son aún más inciertas.

Bajo nuestro supuesto, se sostiene que la estabilidad a largo plazo es fundamental para la seguridad económica de los individuos. En este sentido, una reforma del sistema de pensiones debe enfocarse en asegurar ingresos estables y sostenibles para las futuras generaciones. El modelo de capitalización individual, adoptado en países como Chile y Suecia, podría ser la clave para mejorar la sostenibilidad del sistema. Este modelo permite a los trabajadores ahorrar de manera individual a lo largo de su vida laboral, lo que reduce la carga sobre el gobierno y asegura pensiones más ajustadas a las expectativas de los ciudadanos.

El sistema de pensiones en su forma actual no solo es ineficaz, sino que está expuesto a las tensiones fiscales que podrían poner en peligro el bienestar de los jubilados en el futuro. Es imperativo llevar a cabo una reforma estructural que permita garantizar pensiones sostenibles sin comprometer las finanzas públicas.

Es necesario actuar con urgencia para evitar que el sistema de pensiones siga siendo una carga para el país. Esta reforma debe ser integral, apuntando a un sistema más justo, eficiente y capaz de ofrecer seguridad económica a largo plazo para todos los mexicanos.

Crédito Productivo en Lugar de Transferencias Directas

El crédito productivo es fundamental para fomentar el emprendimiento, el crecimiento empresarial y la creación de empleo formal. Actualmente, en México las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan tasas de interés exorbitantes, superiores al 15%, lo que limita su capacidad de expansión y su acceso a financiamiento asequible. Esta situación obliga a muchos empresarios a recurrir a fuentes de crédito informales, lo que incrementa su vulnerabilidad y perpetúa el ciclo de pobreza. La Teoría del Ingreso Permanente señala que la percepción de un ingreso estable y seguro a largo plazo permite a las personas tomar decisiones económicas más informadas, como invertir en su propio negocio o en proyectos de mayor rentabilidad. Si los ciudadanos y las empresas sienten que pueden contar con recursos estables, estarán dispuestos a asumir riesgos y realizar inversiones productivas.

El ejemplo de Bangladesh y India es claro: en estos países, el acceso a microcréditos ha sido clave para fomentar el emprendimiento y mejorar las condiciones económicas de millones de personas. Estos programas han demostrado que el crédito accesible puede tener un impacto profundo en la creación de empresas, el empleo y, en última instancia, en la reducción de la pobreza. Programas similares, como el de Grameen Bank en Bangladesh, han logrado transformar economías enteras al ofrecer crédito a tasas preferenciales, lo que ha permitido a las personas en situación de vulnerabilidad tener acceso a oportunidades productivas.

En México, el gobierno podría imitar estos modelos ofreciendo créditos preferenciales y acceso a financiamiento sin las barreras burocráticas que actualmente existen. Esto no solo generaría empleo formal, sino que también alentaría la formalización de pequeños negocios y ayudaría a aumentar la productividad en sectores clave de la economía. Además, los programas de financiamiento productivo pueden ser acompañados de capacitación empresarial y acceso a redes de comercialización, lo que garantizaría que los beneficiarios tengan las herramientas necesarias para hacer crecer sus proyectos y ser autosuficientes a largo plazo.

Un sistema basado en el crédito productivo también resolvería la insostenibilidad de los subsidios directos, que son una solución temporal y paliativa. En lugar de generar dependencia, el crédito permitiría a los beneficiarios tomar las riendas de su futuro económico, promoviendo el emprendimiento, la creación de riqueza y la inclusión financiera. A largo plazo, esta estrategia contribuiría a una economía más robusta y competitiva, en la que los ciudadanos no dependan de la asistencia del gobierno para subsistir, sino que tengan la capacidad de generar sus propios ingresos de manera sostenible.

Conclusión

Aplicar la Teoría del Ingreso Permanente en México permitiría sustituir políticas públicas asistencialistas por mecanismos que generen estabilidad económica y crecimiento sostenido. Reformar los programas sociales, establecer una política fiscal predecible, garantizar estabilidad monetaria, modificar el sistema de pensiones y fomentar el crédito productivo son estrategias clave para asegurar el bienestar económico sin depender de subsidios temporales. Los datos económicos actuales demuestran la urgencia de estas reformas para evitar crisis fiscales y fomentar una economía más competitiva y sostenible a largo plazo.

Por Asael Polo

Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Asesor Económico en Cámara de Diputados - H. Congreso de la Unión. Escribe para Asuntos Capitales, Viceversa.mx y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10

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