Introducción:

El presente trabajo explicará cuáles pueden ser las estrategias adecuadas para las empresas en términos de financiamiento, así como la naturaleza de este según el giro del negocio, ciclo financiero y condiciones económicas del país.

Después de la introducción, el trabajo se organiza de la siguiente manera: en el segundo punto se analizará los tipos de financiamiento más comunes, así como cuáles financiamientos le conviene a una unidad económica dependiendo su giro y su ciclo financiero. En el tercer punto se revisarán las condiciones en la que los empresarios toman decisiones de inversión de acuerdo al comportamiento económico del país.  

2.- Tipos de financiamiento comunes para las empresas

La inversión es uno de los componentes más importantes para el crecimiento económico, ya que, al haber abundancia de ésta y con un crecimiento del capital humano constante, será el insumo clave para aumentar la capacidad productiva de una economía. Sus implicaciones vienen estrechamente relacionadas con la creación de empleos, la generación de ingresos y, por consecuente, el aumento de la demanda. He ahí la importancia de que la inversión, esencialmente directa, sea el detonante tanto para la oferta agregada de un país como para la demanda agregada. Pero, ¿De qué depende la inversión en un país? La respuesta implica una serie de factores y relaciones complejas:

En primera, la inversión depende de las expectativas de utilidad, entendida como los beneficios futuros que obtendrá por la venta de sus mercancías, esto a su vez, depende de la diferencia positiva entre el precio de demanda y los costos de producción. Si el precio de demanda es más alto que el costo de producir una unidad, el inversor tendrá el incentivo de seguir con esa dinámica.

En segundo, deben estar presentes los recursos para invertir, que son aquellos que se alcanzan cuando se recurre a deuda financiera, emisión de acciones, saldos en la tesorería o bien de las utilidades internas.

Para el segundo caso, es ya bien sabido que, para alcanzar una mayor meta de beneficios empresariales, los inversores deben recurrir, en la mayoría de las ocasiones, a la deuda financiera (créditos empresariales) para aumentar el rendimiento de sus transacciones. Estos instrumentos financieros suelen ser emitidos por la banca comercial, la que, a su vez, también requiere de requisitos específicos para poder otorgarlos como lo son: beneficios empresariales acorde al monto requerido, garantías que mitiguen el riesgo de impago, plazo de financiamiento correspondiente al retorno de inversión, entre otras estipulaciones suponiendo un buen comportamiento crediticio.

La recesión económica ha implicado un severo daño para muchas empresas, tanto por un impacto negativo en sus ventas para algunas, como el cierre definitivo para muchas otras. De acuerdo con los datos de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), la inversión ha quedado plana desde 2015 y bastante baja hasta finales de 2021, siendo la inversión extranjera directa (IED) la que ha mostrado un desempeño mejor con un crecimiento en 2021 del 8.7% con respecto al año anterior, pero 4 puntos porcentuales debajo de 2019.

Si bien se han implementado programas gubernamentales de financiamiento para tratar de mitigar la caída de los ingresos de algunas empresas y el cierre obligado de otras, estos han sido insuficientes para las empresas micro, pequeñas y medianas. Por lo que el financiamiento por parte de la banca comercial sigue siendo la principal fuente para las entidades económicas, por lo que se deben tener en cuenta los dos siguientes puntos para tener una correcta administración de la deuda en caso de requerirla:

  • La empresa debe mezclar equilibradamente la utilización de financiamiento (deuda) con capital propio para adquirir los activos que requiere.

Tener un capital propio y sólido, garantiza no sobre endeudar a la empresa al tener una fuente de recursos que derivan de los socios, por lo que no hay una obligación implícita de pagar dividendos si no hay utilidad, además de la participación codependiente y responsable con los demás inversionistas.

Por otro lado, las ventajas de utilizar deuda financiera radican, en primera, en que la empresa pueda comprar mayor volumen de insumos para aumentar la producción y las ventas contra lo que se podría adquirir si únicamente se invierte capital propio o las mismas utilidades. En segunda, los prestamistas no tendrán decisión directa en la administración de un negocio ni de las utilidades, es decir, las ganancias sólo se compartirán entre el dueño o socios sin responder a un tercero.

Debe considerarse, dentro de la planeación financiera, la tasa de interés a pagar por el préstamo, la amortización de los pagos, las garantías que la entidad financiera requiera para colocar el crédito y, por último, el plazo dependiendo el giro de negocio, lo que nos lleva al siguiente punto: 

  • La deuda financiera debe tener un plazo acorde al destino de los activos. Los activos circulantes deben financiarse con pasivos de corto plazo y los activos fijos con pasivos de largo plazo.

Este corresponde al ciclo financiero de la empresa, el cual se entiende como aquel periodo en que una entidad económica compra su materia prima para elaborar su producto, vender y recuperar el efectivo por medio de la cobranza; es decir, el tiempo que tardará en realizar sus operaciones. Dependiendo que tan corto o largo sea el ciclo financiero será la relación de plazos entre activos y pasivos en el financiamiento.

Por ejemplo, si una empresa que se dedica a la venta de mochilas pide un crédito de largo plazo, digamos, a 4 años, para adquirir mercancía y cubrir sus costos de operación (activo circulante), al tener un ciclo financiero de corto plazo podría tener los ingresos por ventas con mucha anticipación a la fecha en la que tiene que pagar su préstamo, por lo que podría traer consigo un desvió de recursos y a su vez perder la fuente de pago llegada la fecha de vencimiento.

Caso contrario con una empresa, por ejemplo, del sector industrial, que sí transforma materia prima, en la que su ciclo financiero suele ser a largo plazo, pide un crédito a corto plazo, digamos a 4 meses para la compra de un activo fijo que podrá transformar la materia prima en un producto final después de los 4 meses, el resultado será que la empresa no podría generar los recursos con la rapidez necesaria para pagar la deuda.

Las necesidades crediticias del primer caso pueden ser cubiertas con un crédito de corto plazo como lo es uno de cuenta corriente o revolvente, el cual el banco pone a disposición una suma de dinero para que el cliente pueda cubrir sus necesidades de liquidez o de capital de trabajo y se puede ir disponiendo de él tantas veces sea requerido en la medida que se vaya devolviendo lo ya utilizado.  

Para el segundo caso, un crédito de largo plazo como lo son los créditos simples son los adecuados. Estos tienen como objetivo otorgar recursos financieros a una empresa para la compra de activos fijos.

El no convenir de esa manera para financiarse suele ser la razón principal de las reestructuras de pasivos, que no son otra cosa más que adecuar el plazo original del crédito a la capacidad real de la empresa para darle viabilidad de pagos; en otras palabras, es una manera de enmendar un error de origen por no identificar, desde el principio, la asociación de plazos entre activos y pasivos.

Crédito a proveedores

Los créditos entre las mismas empresas tienen dos ventajas importantes sobre el crédito común bancario. La primera, el proveedor otorgará de manera directa los insumos necesarios para la operación de la empresa, eliminando el riesgo donde al haber dinero de por medio, este puede ser utilizado en otros fines distintos a la de la producción. En otras palabras, el entregar el material tangible asegura en cierta manera el retorno del préstamo.

La segunda ventaja es contra las tasas y comisiones que cobran los bancos. Es bien sabido que los bancos al otorgar un crédito piden una lista de requerimientos para mitigar el riesgo de impago, como lo son garantías, perfil crediticio, capacidad de pago, etc; sin embargo, y adicional a eso, el no cumplir en tiempo y forma con el pago llegado su vencimiento, estos cobrarán comisiones por pago tardío además de un elevado porcentaje de interés por esas actitud moratoria, algo distinto si el financiamiento provine entre empresas que suministran insumos, ya que esta, en la mayoría de los casos, dan plazos de 30, 60 o 90 días sin recargos por interés o comisiones.

En términos cualitativos, genera una mejor relación entre proveedores, mejora los balances al no haber un gasto financiero de por medio y la posibilidad de financiar las ventas sin crédito bancario.

 A pesar de las dos ventajas mencionadas, es importante indagar como nuestro proveedor determina su precio de venta, ya sea por margen de utilidad o coste de producción ya que, al obtener esta información, nos va a visibilizar de cómo ellos podrían ajustarse a los plazos de la capacidad real de la empresa para pagar, por ejemplo:

Financiación por deuda: El proveedor otorgará un crédito donde el prestatario aceptará pagar un suplemento por interés. El principal se pagará con el tiempo o se cancelará como una deuda incobrable.

Financiación de proveedores de capital: Es el crédito más común entre empresarios de nueva creación: Consiste en que el proveedor otorgue mercancía, insumos, y hasta evaluaciones de todo tipo, como de comercialización, de marketing, comercial, etc, con el fin de que a cambio de esa prestación de servicios y otorgamiento de materia prima , podrá obtener una suma acordada de acciones de la empresa y a su vez, la empresa que acuerda obtener un financiamiento así, podrá utilizarlo como financiamiento de inventarios. Esta consiste en hacer uso del inventario como forma de garantía para poder respaldar una línea de crédito o un préstamo a corto plazo.

Dicho todo lo anterior, es importante buscar la mejor opción con esquemas así, acordando plazos de acuerdo al ciclo financiero de la empresa para no caer en una reestructuración de pasivos que podría entorpecer la operación de la misma empresa.

3.- Decisiones de los empresarios de acuerdo al comportamiento económico del país.

En épocas de bonanza económica, suelen haber condiciones de laxitud crediticia, es decir, los requisitos para contratar deuda financiera son mínimos y permisibles, aunado a una baja tasa de interés (suelen haber expectativas de inflación ancladas al objetivo de un banco central), esto deriva, por supuesto, de las condiciones de holgura económica, donde los financiadores perciben menor riesgo de impago, mayor solvencia financiera y expectativas muy favorables de las empresas.

El tipo de financiamiento común para una posición así en la economía, es el “financiamiento cubierto”, que es aquel donde las empresas tienen utilidades por arriba de sus pasivos, ya sean de corto o largo plazo, y le permiten pagar el principal del préstamo pedido más la tasa de interés.

Caso contrario cuando una economía entra en crisis, los balances de las empresas se ven deteriorados, ya sea por bajos ingresos en ventas, menores expectativas de utilidades, o deflación de activos. Los financiadores tomarán acciones para contrarrestar el riesgo de impago, sea desde pedir mayores garantías, reestructurar el crédito o cerrar el grifo del préstamo.

¿Pero qué pasa con las empresas que tienen una deuda financiera vigente?

Al tener menores ingresos de los esperados, pasan a otros esquemas de financiación:

El primero, es el esquema de especulación: Es aquel donde las entradas de la empresa son superiores al pago de interés de cualquier periodo del financiamiento; sin embargo, no así para cubrir el principal, lo que orilla a refinanciar el mismo a otro vencimiento. Esto suele pasar cuando los inversores adquieren un financiamiento no acorde al plazo del retorno de inversión, es decir, contratan un crédito que se tendrá que liquidar al corto plazo, como el de naturaleza revolvente, para comprar bienes de capital que produzcan mercancías al largo plazo, por lo que las entradas de dinero no serán suficientes para cubrir las obligaciones en un tiempo acotado.

El segundo es el esquema ponzi: definido como aquel donde las entradas de la empresa sólo son superiores al pago de interés en algunos periodos, por lo que no solamente tendrá que reestructurar el principal a otro vencimiento, sino también el pago de intereses. Este se presenta cuando las condiciones generales de la empresa presentan daños estructurales, sea por una caída sostenida en sus ingresos, una muy baja productividad o problemas administrativos internos.

Si bien la conducción interna de las empresas puede ocasionar el pasar de un esquema a otro, sea de uno cubierto a un ponzi cuando se hacen malas inversiones o, viceversa, de un ponzi a un cubierto, tal parece que, para nuestro caso de México, se explica más por la enorme incertidumbre ocasionado por política internas, que, para efectos prácticos, analizaremos en un posterior trabajo.

Conclusiones:

  • El financiamiento es una herramienta que ayuda a las empresas a amentar el rendimiento de sus transacciones
  • Las empresas al adquirir un tipo de financiamiento, debe tener una adecuada combinación entre financiamiento y capital propio para comprar los activos que requiere
  • El financiamiento debe estar de acuerdo al ciclo financiero de cada entidad económica
  • El crédito de proveedores es un tipo de financiamiento que resulta ser muy útil si el pago de este es en el corto plazo, ya que los requerimientos para otorgarlo responden más por un asunto de confianza personal que por un trámite que conlleve un análisis de crédito.
  • Toda empresa debe buscar siempre un financiamiento cubierto y en caso de que se llegue a un especulativo o ponzi, buscar alternativas para salir de esa situación lo antes posible.

Referencias bibliográficas:  

Ross, Westerfield, Jaffe. Finanzas Corporativas. Octava Edición. McGraw Hill. México, 2009

Alonso, Aldo H. Modelos financieros en PyME, Cap. 9 de Sapetnizky, Administración Financiera de las Organizaciones, Ed. Macchi. Buenos Aires, 2000.

Berk, Jonathan y De Marzo, Peter.  Finanzas Corporativas. Primera edición. Pearson Addison Wesley. México, 2008.

The Financial Instability Hypothesis, por Hyman P. Minsky, Working Paper No. 74

Asael Polo. Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Escribe para Asuntos Capitales, DICRE y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10

Por Asael Polo

Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Asesor Económico en Cámara de Diputados - H. Congreso de la Unión. Escribe para Asuntos Capitales, Viceversa.mx y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10

Un comentario en «Formas de financiamiento empresarial: Momentos de expansión económica y momentos de recesión económica»
  1. […] El debilitamiento del crédito comercial se ha concentrado, en especial, en las empresas grandes, ya que el canalizado a los pequeños negocios ha mostrado un continuo descenso desde finales de 2018. Para conocer mejor los créditos otorgados a las empresas, pueden consultarlo en el siguiente enlace https://mexicolibertario.org/2022/03/15/formas-de-financiamiento-empresarial-momentos-de-expansion-e… […]

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