La semana pasada, 21 estados del país sufrieron apagones e intermitencias en el servicio eléctrico tras una ola de calor que elevó la demanda de electricidad. El margen de reserva operativa (que determina la capacidad de maniobra del Sistema Eléctrico Nacional para servir la demanda de energía) cayó por debajo del 3%. Para mitigar el problema, una serie de apagones rotativos, que podrían volver las siguientes semanas, fueron la amarga medicina recetada a miles de hogares mexicanos.

En otra ocasión he advertido los problemas de la interferencia gubernamental en el sector eléctrico. La capacidad de generación y distribución de energía eléctrica sufre de un déficit de infraestructura adecuada. La falta de infraestructura adecuada es el resultado de una apuesta por el control gubernamental, por el estatismo como ideal económico.

La difícil situación eléctrica del país es consecuencia de distintos factores que enumera adecuadamente Soraya Pérez en un artículo para El Economista:

  1. La falta de mantenimiento en el Sistema Eléctrico Nacional;
  2. La falta de inversión en nuevas plantas;
  3. La suspensión de subastas eléctricas y
  4. La negligencia del gobierno.

Las consecuencias de eliminar mercados

Un mercado ideal cuenta con un sistema de precios flexible que evita situaciones de desequilibrio entre cantidad demandada y ofrecida. Cuando la demanda de un bien sube, un mercado libre registra la mayor disposición de pago en precios más altos. Los precios más altos estimulan la producción al tiempo que incentivan a algunos individuos a economizar su consumo. Gracias al sistema de precios, no tenemos crisis recurrentes en el mercado de pan o de cepillos de dientes, por dar dos ejemplos de bienes de consumo y uso cotidianos.

Pero el sistema de precios no siempre puede reaccionar con la rapidez deseada. Aún si los precios cambian, los patrones de consumo y de producción no responden instantáneamente.

En un mercado saludable, sin embargo, hay incentivos para invertir en inventarios que complementen al sistema de precios. Los inventarios mitigan la falta de reacción de los agentes económicos y permiten responder a situaciones de alta demanda inusitada. Gracias a los inventarios, podemos suavizar cambios repentinos en la demanda de un bien sin requerir ajustes de los productores o de los consumidores en el corto plazo.

¿Qué tiene que ver todo esto con la energía eléctrica?

Las olas de calor llevan a incrementos en la demanda de energía eléctrica. Este tipo de picos en la demanda no suelen ser tan sensibles a un incremento previsto en el recibo de luz. Una tarifa más alta no conlleva a una economización inmediata del uso de energía eléctrica.

Para servir la alta demanda, la mayor responsabilidad recae en las plantas generadoras de energía eléctrica. Las plantas deben contar con capacidad de maniobra para cambios repentinos en la demanda; es decir, deben contar con “inventarios” de energía eléctrica.

Esta capacidad de maniobra es mucho menor si falta inversión en plantas eléctricas y si México carece de mercados apropiados para incentivar la generación barata de energía eléctrica.

Cancelar subastas: un gran desacierto

Las subastas eléctricas permitían que empresas privadas y públicas pudieran competir para vender energía eléctrica en las mejores condiciones para los consumidores finales.

El principio detrás de las subastas eléctricas era sencillo: la competencia fomenta la búsqueda de formas más eficientes de producir energía eléctrica; les permite a los consumidores comprar la opción más barata y adecuada a sus necesidades.

El gobierno actual, sin embargo, suspendió las subastas eléctricas. Un artículo de Forbes en agosto de 2023 recogía el llamado de distintos expertos a volver al mecanismo de subastas para evitar situaciones como la vivida en la semana pasada.

Sin mecanismos de mercado como el de las subastas, las oportunidades de inversión que tanto se buscan con el nearshoring quedarán en el aire. La COPARMEX (Confederación Patronal de la República Mexicana) criticó con dureza la falta de responsabilidad del gobierno en la gestión del sector eléctrico:


La falta de infraestructura para la transmisión provoca un aumento en los precios en regiones con restricciones en la capacidad. De acuerdo al Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), de los 232 proyectos instruidos por la Secretaría de Energía (SENER), la CFE sólo ha realizado 9. Dentro de ese plan también se contemplan programas de ampliación y modernización de la Red Nacional de Transmisión y de las Redes Generales de Distribución, estos buscan minimizar los costos de prestación del servicio, reducir los costos de congestión e incentivar una expansión eficiente de la generación, en consideración de los criterios de Calidad, Confiabilidad, Continuidad y seguridad de la red eléctrica”.

Los apagones son comunes en países latinoamericanos gobernados por populistas. Los populistas atesoran centralizar los recursos energéticos de un país, con los cuales pueden privilegiar a grupos de interés a cambio de votos en las urnas. Si queremos menos apagones y un servicio eléctrico a la altura de las demandas de desarrollo económico en México, tenemos que incentivar la inversión privada y reducir el control gubernamental actual.

Por Sergio Adrián Martínez

Economista por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Administrador de Tu Economista Personal, sitio de reflexiones de economía y mercados libres.

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