Introducción
En este artículo se incluirá un análisis de las normas ESG, que poco a poco se han ido imponiendo a las empresas y forman parte de los objetivos de la llamada AGENDA 2030 (Ahora 2045) de la ONU, por lo que es importante informarse de sus consecuencias y peligros.
Las normas ESG, que significan “Environmental, Social, and Governance” (medioambientales, sociales y de gobernanza), se han convertido en un tema central en el discurso económico y empresarial contemporáneo. Estas directrices buscan que las empresas adopten prácticas responsables en términos ambientales, que promuevan la equidad social y que aseguren una buena gobernanza. Sin embargo, la implementación de estas normas ha generado debates, especialmente en contextos como el de México, donde sus efectos han suscitado preocupaciones sobre su eficacia y sus impactos en la economía y la sociedad.
A través de este análisis, exploraremos los principales puntos negativos de las normas ESG en México, utilizando fuentes verificables y datos concretos. También se citarán artículos relevantes que profundizan en el tema y se ofrecerá un marco comprensivo sobre las críticas que rodean a estas iniciativas.
1. Dificultades en la Implementación de las Normas ESG
Uno de los principales problemas asociados a las normas ESG en México es la dificultad en su implementación. Según un informe de la Consultoría PwC, muchas empresas enfrentan barreras significativas para cumplir con los requisitos ESG debido a la falta de infraestructura adecuada y recursos. El informe destaca que “las empresas en México necesitan realizar inversiones considerables para adaptar sus procesos a estas nuevas normativas”. Pues necesitan perder muchas horas en capacitación y protocolos que acortarán el tiempo realmente productivo. (PwC, 2021).
1.1. Recursos Limitados
Las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que constituyen alrededor del 99% de las empresas en México, a menudo carecen de los recursos necesarios para implementar las prácticas ESG de manera efectiva. Un estudio reciente del IESE Business School revela que la mayoría de las PYMEs carecen del personal capacitado para implementar estas normas de manera efectiva. Esta falta de conocimiento especializado se traduce en dificultades para integrar los criterios ESG en sus operaciones diarias y aprovechar las oportunidades que ofrecen. Como señala la iniciativa Alliance for Integrity, muchas PYMEs necesitan herramientas y recursos adicionales para comprender y cumplir con los estándares internacionales de sostenibilidad, lo que limita su capacidad para competir en un mercado cada vez más exigente.
1.2. Contradicciones
De acuerdo con investigaciones de la Escuela de Negocios Kenan-Flagler de la Universidad de Carolina del Norte, las métricas de los ESG comúnmente se contradicen con los propósitos de las empresas, de tal forma que si en el corto plazo una empresa tenía metas de producción, debe de sacrificarlas para dedicar tiempo a las normas. De igual forma, se cuestiona si los empresarios y accionistas deberían estar involucrados o no en la toma de decisiones, lo que es ridículo tomando en cuenta que la empresa es propiedad de los fundadores y accionistas, claro que se debe de consultar su opinión.
2. Dudas sobre la Eficacia de las Normas ESG
2.1 Estudios Preliminares
En internet uno puede encontrar infinidad de páginas que supuestamente citan estudios acerca de una enorme rentabilidad para quien aplica las ESG, si uno aplica sentido común, sería absurdo suponer que si una empresa pierde el tiempo con cosas que no tienen nada que ver con sus actividades principales, esta automáticamente se hará más rentables; pero además hay un estudio titulado “The Performance of Socially Responsible Investments” Que explica que no hay estudios que realmente demuestren que al aplicar las reglas ESG entonces la empresa se hará más rentable, de hecho determina que no hace ninguna diferencia, y solo hace perder el tiempo.
Otro estudio titulado “¿El lavado de imagen corporativo afecta las decisiones de los inversores?” Explica que en el corto plazo hay cierta rentabilidad de estas políticas, pero que en el largo plazo en realidad la rentabilidad disminuye, y no solo eso, si no que los inversionistas que en algún momento han apostado a esos proyectos, después los abandonan por falta de beneficios visibles.
2.2. Críticas desde la Economía Austriaca
Desde la perspectiva de la economía austriaca, se argumenta que las normas ESG pueden distorsionar el mercado. Según Jakub Bożydar Wiśniewski, autor y académico, estas normas imponen obstáculos a las decisiones empresariales racionales y, en consecuencia, pueden perjudicar a las empresas que se esfuerzan por maximizar sus beneficios (Wiśniewski, 2023). Este argumento se respalda con la idea de que el mercado, a través de la libre competencia, es más eficiente en la asignación de recursos que cualquier intervención externa.
3. Impacto Económico Negativo
3.1. Inversión Extranjera Directa
Un estudio hecho en China, ha llegado a la conclusión de que las empresas emigran de países con una regulación ambiental estricta hacia países con regulaciones ambientales menos exigentes; dicho estudio se titula “Regulación ambiental e inversión extranjera directa: evidencia de la inversión extranjera directa de China en el exterior” y es determinante. Una curiosidad es que este estudio no tiene la más mínima intención de convencer a alguien de que las regulaciones sean menos exigentes, al contrario, busca que todos los países tengan altas regulaciones para que la inversión no se vaya, lo que representa un problema de homogeneidad y dicho sea de paso, de realidad, nunca todos los países del mundo se han puesto de acuerdo en que se aplique la misma ley de la misma forma en cada rincón del planeta.
La inversión extranjera directa (IED) ha sido un motor clave de la economía mexicana. Sin embargo, las crecientes regulaciones en torno a las prácticas ESG han llevado a algunas empresas internacionales a reconsiderar sus inversiones. Según un análisis de Fitch Ratings, “las empresas pueden optar por mercados con marcos regulatorios menos estrictos” (Fitch, 2022). Esto podría resultar en una disminución de capital y empleo en sectores que dependen de la inversión extranjera.
3.2. Costo de Cumplimiento
Un estudio realizado en Estados Unidos, titulado “The cost of regulatory compliance in the united states”, ha descubierto que las empresas que quieren cumplir con estas regulaciones, primero tienen un elevado costo (sobre todo en la nómina), después se reduce el porcentaje del gasto en el mediano plazo y en largo plazo terminan teniendo de nuevo un elevado porcentaje en el costo, por lo que estas normas suelen hacer más caras las empresas
Otro estudio, también realizado en Estados Unidos, titulado “Responsabilidad social corporativa y desempeño financiero”, ha encontrado que las grandes empresas que cotizan en la bolsa, al aplicar este tipo de regulaciones, tienen un rendimiento financiero mucho menor, que se asocia a los costos que tienen que soportar las empresas.
Las normas ESG, si bien promueven prácticas sostenibles, pueden elevar los costos operativos de las empresas. La implementación de medidas para reducir la huella de carbono, mejorar las condiciones laborales o garantizar una gobernanza transparente requiere inversiones significativas. Por ejemplo, la transición hacia energías renovables, la optimización de procesos productivos y la gestión de residuos pueden generar gastos iniciales elevados. Además, el cumplimiento de regulaciones ambientales cada vez más exigentes implica destinar recursos a estudios de impacto ambiental, auditorías y certificaciones. Como lo señala un estudio de McKinsey & Company, las empresas que buscan integrar los criterios ESG deben considerar que esto puede implicar una inversión inicial, aunque a largo plazo puede generar valor a través de la mejora de la reputación, la atracción de talento y la reducción de riesgos.
Otro factor que contribuye al aumento de costos es la necesidad de adaptarse a las demandas de los consumidores y los inversores, cada vez más conscientes de los impactos sociales y ambientales. Las empresas que desean atraer a estos grupos deben demostrar un compromiso genuino con la sostenibilidad, lo que implica invertir en investigación y desarrollo de productos y servicios más sostenibles, así como en comunicación transparente sobre sus prácticas ESG. Un informe de SAP Concur destaca que los consumidores y los inversores prefieren compañías que priorizan los criterios ESG, lo que genera una presión competitiva para que las empresas adopten estas prácticas, incluso si implican mayores costos a corto plazo.
4. Problemas Sociales Asociados
Aunque las normas ESG tienen como objetivo mejorar el bienestar social, su implementación ha dado lugar a problemas en lugar de soluciones. Un estudio realizado en España revisa los datos de las 3 principales empresas eléctricas del país, llegando a la conclusión de que solo dicen estar comprometidos con el medio ambiente, cuando en realidad contaminan bastante más de lo que se supone que haría una empresa comprometida con el medio ambiente.
4.1. Lavado Verde
El lavado verde es un fenómeno donde las empresas exageran sus esfuerzos en sostenibilidad para mejorar su imagen pública. Esto es problemático, ya que desvirtúa el propósito original de las normas ESG. Un estudio enfocado a una mina carbonera de Colombia, dice que es creciente el número de empresas que utiliza publicidad verde con la intención de mejorar su imagen, pero contaminar incluso más de lo que hacían antes.
Un libro titulado “Los mitos de la revolución cubana” dice que ante el fracaso de los socialismos en el mundo, Fidel Castro (y seguidores) cambiaron a un discurso más ecologista para así “limpiar” la imagen del país por un supuesto modelo amigable con el medio ambiente; por lo tanto estamos hablando de un lavado verde de un país entero y de un movimiento mundial, sin tener en realidad alguna política seria para mejorar el medio ambiente del país.
Algunos ejemplos de lavado verde de las grandes empresas son:
Starbucks: Esta famosa empresa de café, intentó tener un discurso ecologista, dentro del cual se planteaba la idea de eliminar los popotes de sus envases y sacó al mercado una tapa sin popote, toda hecha de plástico, la pura tapa tenía más plástico que el popote combinado con el vaso, enseguida los ecologistas saltaron a señalar esta incoherencia, además haciendo una investigación a fondo, se dieron cuenta que Starbucks solo reciclaba el 10% del plástico utilizado, lo que resulto en una mentira y solo eran engaños de compromiso al medio ambiente.
IKEA: Otro ejemplo de greenwahashing es esta corporación dedicada a la fabricación de muebles y venta online. IKEA era considerada un ejemplo de que una gran corporación podía ser sostenible antes de junio de 2020, cuando el minorista de muebles estaba vinculado con la tala ilegal en Ucrania . En un informe de la ONG Earthsight , el esquema de certificación de madera que usa IKEA, Forest Stewardship Council, fue descrito como una organización que da un lavado verde a la industria de la madera. Fue acusada de no captar el abastecimiento de madera de conflicto de IKEA y actuar en consecuencia.
Más tarde, cuando IKEA construyó su “tienda más sostenible” hasta ahora en Londres en 2019, lo hizo sobre otra tienda sostenible que fue demolida después de solo 17 años de uso.
Burger King: En 2019, Burger King presentó una iniciativa para reducir las emisiones de metano en su cadena de producción, promocionándola a través de una campaña publicitaria llamativa. Sin embargo, esta medida, si bien novedosa, resulta insuficiente para abordar los impactos ambientales más profundos asociados a la producción de carne bovina. Estudios científicos, como los de la FAO, evidencian que la ganadería es una de las principales causas de la degradación ambiental, contribuyendo significativamente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. En este contexto, resulta cuestionable si las acciones de la compañía constituyen un genuino esfuerzo de responsabilidad social o si se enmarcan en estrategias de ‘greenwashing’ para mejorar su imagen pública.
ZARA: La industria de la moda rápida, representada por marcas como Zara, promueve activamente una imagen de sostenibilidad a través de iniciativas como ‘Join Life’. Sin embargo, según ReMake, la gran mayoría de los textiles terminan en vertederos o incineradores, y el uso de materiales como el poliéster reciclado, proveniente de combustibles fósiles, evidencia una contradicción entre el discurso y la práctica. Como señala Ximena Banegas en “Moda Fósil”, el poliéster reciclado, lejos de ser una solución, se ha convertido en una estrategia de marketing para perpetuar un modelo de producción basado en el consumo excesivo y la obsolescencia programada.
Exxon Mobile: El gigante petrolero ExxonMobil tiene un largo historial de daños al medio ambiente. En 1989, un petrolero de Exxon derramó 11 millones de galones de petróleo crudo en Prince William Sound en Alaska, en lo que fue el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos hasta el derrame de petróleo de Deepwater Horizon en 2010. El derrame de petróleo de Exxon cubrió 1.300 millas de costa y mató cientos de miles de aves marinas, nutrias, focas y ballenas. Más de 30 años después, quedan focos de petróleo crudo en algunos lugares.
Recientemente, ExxonMobil fue criticada por publicidad que sugería que sus biocombustibles de algas experimentales algún día podrían reducir las emisiones del transporte, mientras que no tiene un objetivo cero neto para toda la empresa y sus objetivos de reducción de emisiones para 2025 no incluyen la gran mayoría de las emisiones resultantes de sus productos. .
BP: BP, una de las mayores compañías petroleras del mundo, emprendió una agresiva campaña de rebranding, cambiando su nombre a Beyond Petroleum e instalando paneles solares en algunas de sus estaciones de servicio. Sin embargo, esta imagen de empresa comprometida con las energías renovables choca frontalmente con la realidad de sus operaciones. Según ClientEarth, la compañía sigue invirtiendo la mayor parte de sus recursos en la exploración y producción de petróleo y gas, lo que contradice sus afirmaciones públicas sobre la transición energética.
Claro que este artículo no tiene ninguna intención de crear resentimiento hacia las empresas, mucho menos pedir que se les sancione o demande por grandes sumas para que cumplan, simplemente se analiza lo que hace el mercado con estas políticas, en realidad no tienen el suficiente incentivo para adaptarse a las normas ESG, saben que les producen costos extras de los que no se pueden hacer cargo.
4.2. Desigualdad Social
Existen evidencias emergentes que sugieren que las normativas ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) pueden beneficiar de manera desproporcionada a ciertos grupos o industrias, mientras que otras podrían verse perjudicadas.
Por ejemplo, las grandes corporaciones suelen tener más recursos para cumplir con los requisitos ESG en comparación con las pequeñas empresas, que pueden enfrentar dificultades financieras y administrativas para adaptarse. Esto puede llevar a la consolidación del mercado, donde los actores más grandes dominan debido a su capacidad para cumplir con las exigencias ESG, mientras que las empresas más pequeñas enfrentan costos más altos o incluso quedan excluidas de inversiones alineadas con ESG.
Además, ciertos sectores que se alinean más fácilmente con los objetivos ESG, como las energías renovables o la tecnología, podrían beneficiarse de calificaciones e inversiones favorables, mientras que industrias como la manufactura o los combustibles fósiles enfrentan mayores desafíos para obtener calificaciones positivas. Por ejemplo, las empresas involucradas en actividades ambientalmente controvertidas pueden ser penalizadas, incluso si están haciendo mejoras sustanciales en sostenibilidad.
También se critica la inconsistencia en las calificaciones ESG entre diferentes proveedores, lo que puede generar confusión y permitir que algunas empresas parezcan más sostenibles de lo que realmente son, beneficiándose sin hacer cambios reales (un fenómeno conocido como “greenwashing”).
4.2. Discriminación y empleo
Desde Adam Smith, en la riqueza de las naciones, se hace un estudio sobre las dificultades y la rentabilidad para obtener un trabajo, entre algunas diferenciaciones que son: si es fácil o difícil de aprender, si es agradable o desagradable, si el tiempo de preparación es corto o largo, etc. Obviamente mientras más difícil y desagradable de hacer sea un trabajo, este tenderá a tener una rentabilidad mayor, pues el hecho de que ocas personas estén dispuestas a realizarlo, causa un aumento en la paga.
Hay personas que han hecho un excelente trabajo de preparación buscando ahora una empresa que logre emplearlos, y grande será su sorpresa cuando contraten a alguien solo por pertenecer a uno u otro colectivo, yo invito al lector a leer el artículo escrito en México Libertario, elaborado por Ignacio de la Torre, para comprender todos los problemas que trae el seleccionar a las personas por ser minoría, y no por su trabajo y preparación, lo que al largo plazo afectará a las empresas.
5. Dilemas en la Gobernanza Corporativa
existen estudios y debates académicos que sugieren que la presión por cumplir con las normas ESG puede, en algunos casos, desviar a las empresas de su objetivo principal de maximizar el valor para los accionistas. Un análisis publicado en Frontiers destaca que muchas empresas creen que el cumplimiento de las normas ESG genera costos adicionales, lo que a veces entra en conflicto con los objetivos tradicionales de maximización del valor para los accionistas. Los inversores también pueden percibir señales negativas, lo que conduce a una menor participación en iniciativas ESG por parte de las empresas preocupadas por el impacto financiero a corto plazo.
5.1. Conflictos de Interés
La presión para cumplir con los criterios ESG puede llevar a conflictos de interés entre los accionistas y otros grupos de interés. Un estudio de Harvard Law School encontró que las empresas a menudo se ven atrapadas entre las expectativas de los inversores y las demandas de los grupos sociales, lo que puede complicar la toma de decisiones (HLS, 2022). Este dilema pone de manifiesto las tensiones inherentes a la gobernanza en un entorno empresarial cada vez más complejo.
Por un lado, los accionistas tradicionalmente buscan maximizar el valor financiero de la empresa, a menudo enfocándose en el corto plazo y en la rentabilidad inmediata. Sin embargo, los criterios ESG exigen que las empresas también se enfoquen en aspectos sociales y ambientales, lo que puede implicar mayores costos iniciales o cambios en la estrategia que no producen beneficios financieros inmediatos.
Este conflicto se evidencia en situaciones como las decisiones sobre objetivos de sostenibilidad. Por ejemplo, cuando en 2020 algunos accionistas de Total SE propusieron la adopción de metas absolutas de descarbonización, sólo un pequeño porcentaje apoyó la moción, destacando la tensión entre las aspiraciones ESG y los intereses financieros a corto plazo de los accionistas.
5.2. Desviación de Recursos
La asignación de recursos para cumplir con las normas ESG puede desviar atención y capital de iniciativas que realmente generarían un impacto positivo. Según un análisis de The Economist, muchas empresas han comenzado a priorizar el cumplimiento de regulaciones ESG a expensas de la innovación y la inversión en crecimiento (The Economist, 2022). Esto puede resultar en un estancamiento de la competitividad a largo plazo.
Estudios recientes han destacado que algunas empresas están priorizando el cumplimiento con los estándares de gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG), lo que en ocasiones ocurre a expensas de la innovación y el crecimiento. Un informe de McKinsey señala que, si bien las empresas con un buen desempeño en ESG pueden ver ganancias financieras a largo plazo, algunas ven estos esfuerzos más como una actividad de cumplimiento normativo que como una oportunidad para innovar. Esto ha generado preocupaciones entre los inversores, quienes consideran que las regulaciones ESG pueden frenar la maximización de los retornos y reducir los esfuerzos en investigación y desarrollo (I+D), ya que las compañías se enfocan más en cumplir con los objetivos de sostenibilidad que en impulsar avances tecnológicos o el crecimiento del negocio
Además, muchas empresas carecen de marcos claros que integren los objetivos ESG con sus estrategias de innovación, lo que provoca la pérdida de oportunidades para utilizar el ESG como un impulsor de nuevos productos y servicios. Por ejemplo, un estudio del Boston Consulting Group reveló que más del 60% de las empresas priorizan las iniciativas ESG durante las transformaciones digitales, lo que a veces limita los recursos para la innovación y desplaza el enfoque hacia el cumplimiento normativo en lugar de crear valor mediante el crecimiento.
Hipocresía del gobierno mexicano
Se podría argumentar que hay una contradicción en las políticas del gobierno de AMLO en relación con las normas ESG. Por un lado, el gobierno ha pedido que las empresas adopten un mayor compromiso social y ambiental, lo cual está en línea con los principios ESG. Por ejemplo, ha habido presiones para que las empresas sigan estándares más estrictos en cuanto a su impacto social y ambiental. Sin embargo, al mismo tiempo, las acciones del propio gobierno en términos de energía y medio ambiente no siempre han sido coherentes con estos principios. AMLO ha priorizado proyectos de infraestructura y energía basados en combustibles fósiles, como la refinería de Dos Bocas y el impulso a la producción de petróleo por Pemex, lo cual va en contra de las metas ambientales de ESG. Además, ha desincentivado la inversión privada en energías limpias al modificar las reglas del sector energético, favoreciendo a empresas estatales como la CFE (Comisión Federal de Electricidad) que dependen de combustibles fósiles.
El gobierno sabe a la perfección que ese tipo de estandarizaciones no son rentables, si lo fueran, entonces el gobierno invertiría en energías limpias o en programas de apoyo para la mejora del medio ambiente. Aunque existe el proyecto sembrando vida, este está lleno de irregularidades, como por ejemplo, que de las más beneficiadas fue la finca de su familia.
Este gobierno no tiene ninguna intención de invertir en energías renovables, uno puede encontrar el famoso vídeo donde AMLO, dice que la energía eólica afea el paísaje, (seguro es muy bonito ver refinerías echando humo por todos lados). De todas formas se entiende que el gobierno sepa que obtendrá una mayor rentabilidad de energías fósiles que son, además, baratas, el problema es que quiere obligar al sector privado a que cumpla con normas que sabe que son poco rentables.
Conclusiones
En conclusión, aunque las normas ESG buscan promover prácticas empresariales responsables y sostenibles, su implementación en México ha demostrado ser problemática. Desde dificultades en la implementación hasta dudas sobre su eficacia, pasando por impactos económicos negativos y problemas sociales, las críticas son numerosas y variadas.
Como se ha discutido, la economía austriaca y las críticas desde diferentes sectores ofrecen una perspectiva valiosa sobre las posibles fallas de las normas ESG. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la responsabilidad empresarial y la viabilidad económica, sin comprometer el bienestar social. Para avanzar, es esencial que las empresas, los reguladores y la sociedad en general trabajen juntos para desarrollar un enfoque más efectivo que verdaderamente cumpla con los objetivos de sostenibilidad y responsabilidad social, sin caer en las trampas de la burocracia o el lavado verde. En última instancia, el éxito de cualquier iniciativa depende de su capacidad para generar resultados tangibles y beneficiosos para todos los involucrados.