La Conferencia del Instituto Ludwig von Mises Alemania 2025 fue inaugurada por el Prof. Dr. Thorsten Polleit, presidente del Instituto, con palabras claras sobre la situación actual: la creciente falta de libertad no surge espontáneamente, sino que proviene de ideologías colectivistas, socialistas y marxistas. Polleit advirtió sobre una forma moderna de revolución socialista, que se manifiesta en medidas como el «Gran Reinicio», las políticas verdes y el control digital, que restringen severamente la libertad individual. A pesar de estos desalentadores acontecimientos, sin embargo, hay «cada vez más motivos para la esperanza», ya que la gente reconoce cada vez más el paternalismo de las élites. Polleit vio destellos de esperanza en el hecho de que Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, hubiera frenado la globalización; que la UE, como aparato contrario a la libertad, estuviera perdiendo cada vez más apoyo; y que Argentina, con el presidente Javier Milei, contara con una figura libertaria esperanzadora que popularizara las ideas de Ludwig von Mises y Friedrich August von Hayek en todo el mundo. Polleit concluyó su discurso de bienvenida con una cita de Friedrich Schiller: «El hombre es creado libre… Ante el esclavo, cuando rompe sus cadenas, no tiemblen ante el hombre libre». Si bien el presidente argentino, inicialmente anunciado, no pudo asistir debido a compromisos de campaña, el director del Instituto, el Dr. Andreas Tiedtke, presentó a Iván Dubois, colaborador de larga data de Milei, como participante en el panel de clausura ante un auditorio repleto. La entrega del Premio Memorial Mises a Milei se realizará en una fecha posterior.

El profesor Philipp Bagus, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, presentó la tesis central de que el mayor obstáculo para Alemania es una suerte de infección cultural: el estatismo profundamente arraigado en la mentalidad de la gente. La importancia fundamental de una guerra cultural ideológica, que Milei libra con claridad y vehemencia, constituye el núcleo de todo movimiento por la libertad. Bagus citó a Ludwig von Mises, quien describió el conflicto entre capitalismo y totalitarismo como una «guerra de espíritus», en la que los choques ideológicos, no militares, determinan el destino de una sociedad.

El lenguaje y las imágenes que se utilizan para interpretar las realidades políticas y sociales moldean la visión del mundo de las personas y, por consiguiente, su comportamiento. Bagus lo ilustró con ejemplos: lo que se denomina «justicia social» suele ser, en realidad, un robo bajo coacción estatal. Si bien los políticos se autodenominan «representantes del pueblo», con frecuencia actúan de forma parasitaria a costa del pueblo. Narrativas predominantes como «Todos somos el Estado» conducen a la subyugación en lugar de a la libertad.

Bagus describió el trabajo sistemático del «Equipo Estado», compuesto por grupos pequeños pero interconectados: la clase política con su aparato burocrático, los medios de comunicación estatales, la radiodifusión pública, los sindicatos, los empresarios afines al gobierno, los economistas convencionales, los académicos estatales, las ONG y organizaciones internacionales como la ONU. Esta red persigue el objetivo de expandir el poder estatal y asegurar la hegemonía cultural. En contraposición, se encuentra el movimiento por la libertad, impulsado por valores como la diligencia, la responsabilidad, el sacrificio, la verdad y la tradición familiar. Bagus advirtió sobre la importancia de no subestimar los efectos del poder cultural. Si bien a menudo pasa desapercibido, ejerce un control sobre el pensamiento y la acción más efectivo que la violencia manifiesta o la coerción legal.

La conferencia enfatizó que la guerra cultural actual es una guerra ideológica de desgaste, cuyas armas son el lenguaje, los símbolos, el arte, la educación, los medios de comunicación y los memes. La teoría clásica marxista de la lucha de clases ha sido superada por una amplia política identitaria con diversas formas de conflicto social, desde el género y la etnia hasta la «protección climática». Bagus hizo numerosas referencias al comunista italiano Antonio Gramsci, quien fue el primero en reconocer la hegemonía cultural como un instrumento de poder. Gramsci argumentó que la dominación no solo se logra mediante la violencia manifiesta, sino, fundamentalmente, mediante el consentimiento interno de los dominados: una sumisión voluntaria a través de la aceptación de una ideología particular. La izquierda ha implementado magistralmente este concepto y, por lo tanto, ha alcanzado su hegemonía.

Sin embargo, Bagus ofreció un mensaje alentador: si bien la hegemonía de la izquierda en la guerra cultural es real, no es una ley natural. La resistencia crece, impulsada por individuos y grupos como intelectuales, artistas e influencers en redes sociales. Cada voz, cada contribución cuenta para difundir las ideas de libertad y frenar al Estado. Bagus concluyó con un llamado inspirado en «Choque de espíritus» de Ludwig von Mises: podemos, por lo tanto, frenar el estatismo poco a poco, «conferencia tras conferencia de Mises, artículo tras artículo, publicación tras publicación». Esta lucha ideológica es una preocupación fundamental para todo amante de la libertad, incluso como una resistencia quijotesca contra oponentes aparentemente insuperables.

¿ Motosierra para Alemania?

El jurista Dr. Stephan Ring analizó la aplicabilidad práctica de las reformas radicales argentinas al sistema político alemán. Argentina posee una constitución muy similar al modelo estadounidense, con un presidente elegido directamente que ostenta amplios poderes de decreto. Esto permite una intervención rápida, como lo demostró el presidente Milei a los pocos días de asumir el cargo, con la abolición del control de precios, la eliminación del control de alquileres y una drástica reducción de la burocracia. En contraste, Alemania y Europa se caracterizan por un complejo sistema federal, donde la Ley Fundamental y las regulaciones de la UE imponen limitaciones significativas. El poder de emitir decretos está claramente restringido, los procesos democráticos son lentos y se requiere la participación de los niveles federales. Sin embargo, Ring demostró que, incluso con estas limitaciones, las reformas pueden implementarse con gran rapidez si existe la voluntad política y las mayorías necesarias.

Un enfoque radical —es decir, el desmantelamiento más drástico de regulaciones superfluas y estructuras paralelas— es concebible y necesario también en este caso. La descentralización y una mayor autonomía regional son claves adicionales para la racionalización del aparato estatal. Sin embargo, las competencias de la UE y las regulaciones resultantes son problemáticas, ya que a menudo sirven para la expansión del poder en lugar de la libertad. Ring también enfatizó la importancia de los procedimientos legislativos y los mandatos políticos para la implementación de las decisiones de desregulación. Esto solo puede lograrse rápidamente mediante mayorías claras que superen la resistencia política en diversos sectores de la sociedad.

 “Invernadero de desapego de la realidad”

El profesor Norbert Bolz, experto en estudios culturales y de medios, analizó el papel de la élite política y mediática alemana. Su ponencia ofreció una visión matizada de una postura estructuralmente anticapitalista, que, según argumentó, se encuentra arraigada principalmente en las instituciones académicas, periodísticas y culturales. Describió esta postura como un «caldo de cultivo de desconexión con la realidad», dominado por discursos de izquierda y ecologistas. Entre los ejemplos se incluyen la representación mediática de la «histeria climática» y las medidas de control de la COVID-19, que van mucho más allá de los aspectos médicamente o ecológicamente justificables y pueden clasificarse como autodestrucción cultural.

Bolz analizó críticamente la creciente politización del periodismo y la academia, argumentando que ya no priorizan la información y la investigación sobre el activismo. Añadió que esto se ve agravado por una agresiva cultura de la cancelación que aísla las voces disidentes. El panorama mediático, afirmó, no es objetivo, sino que está impulsado por la ideología y a menudo actúa como una extensión de intereses políticos partidistas. No obstante, Bolz expresó su esperanza de que figuras carismáticas como Elon Musk, Javier Milei y Donald Trump, como faros de libertad, pudieran revitalizar el debate y ofrecer nuevas alternativas al pensamiento uniforme imperante. Sin embargo, advirtió sobre la conveniencia de no dar por sentado el modelo social «mejor» y enfatizó la necesidad de comprender los mecanismos estructurales del poder cultural para poder desmantelarlos.

No hay libertad sin buen dinero

Para concluir, Polleit analizó en profundidad la importancia del sistema monetario para la libertad y la prosperidad. Afirmó categóricamente que el monopolio del banco central sobre el dinero es la causa principal de la inflación, la devaluación de la moneda y la expropiación estatal. El dinero fiduciario y el dinero del banco central se crean de la nada y, por lo tanto, constituyen un mecanismo tributario oculto que grava a amplios sectores de la población al tiempo que enriquece al Estado y a las grandes instituciones financieras. Polleit citó a Marx y Engels, quienes describieron al banco central como un instrumento para la toma del poder por los socialistas.

Pero el dinero, como cualquier mercancía, debe estar sujeto a la competencia en un mercado libre que garantice la máxima calidad posible. Solo así puede sobrevivir la libertad. Polleit recomienda abandonar el dinero fiduciario y centrarse en activos reales como el oro, la plata y las alternativas digitales.

También advirtió sobre las leyes que obstaculizan o impiden la competencia por una moneda mejor, como los artículos 14 y 35 de la Ley Bancaria alemana (BBankG), que privilegian el euro y amenazan con prisión la creación y el uso de medios de pago alternativos. Polleit considera ejemplar el experimento argentino porque desafía los monopolios monetarios estatales y alivia la inflación. Él, junto con los demás oradores, ve la actual crisis de los sistemas sociales y los mercados financieros como un catalizador del movimiento de liberación.

Conclusión

La Conferencia del Instituto Ludwig von Mises Alemania 2025 presentó diversas facetas de un movimiento por la libertad basado en la guerra cultural, las reformas económicas, la crítica de los medios y la renovación monetaria. El enfoque argentino bajo el mandato de Javier Milei proporciona un impulso que se extiende mucho más allá de Sudamérica, incluso si Milei pierde las elecciones a finales de octubre. Bajo su liderazgo, el país se ha convertido en un faro para los defensores de la libertad. Los cuatro ponentes principales destacaron la inseparabilidad de la cultura y la libertad, pero también los desafíos políticos e institucionales de su implementación práctica. Sin la base de un sistema monetario libre, no puede haber una sociedad libre. Con una buena dosis de optimismo y la convicción de que la guerra cultural se puede ganar, los ponentes hicieron un llamado a la participación activa y a la promoción del pensamiento libre y la responsabilidad, aunque parezca una lucha contra molinos de viento. No hace falta añadir nada a la declaración final de Bagus: «¡Viva la libertad, carajo!».

Las presentaciones estarán disponibles en el sitio web del instituto (misesde.org) en las próximas semanas. [Nota: Ya puedes ver las presentaciones completas y el panel de discusión posterior en nuestro canal de YouTube .]

Publicado por el Ludwig von Mises Institut Deutschland: https://www.misesde.org/2025/11/die-freiheitsrevolution-in-argentinien-konferenzbericht/

Este artículo fue publicado previamente en el número 11/2025  de Substanz Investor


Ralph Malisch : estudió en la Universidad de Múnich, donde se graduó en Administración de Empresas. Tras trabajar como analista para el boletín financiero «FINANZWOCHE» (Dr. Jens Ehrhardt), se incorporó a GoingPublic Media AG en 1999. En 2003, cofundó la revista «Smart Investor» con GoingPublic Media AG, de la que es director desde entonces.

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Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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