El 13 de octubre se cumplen 100 años del natalicio de la muy famosa mujer llamada Margaret Thatcher, mejor conocida como “La dama de hierro”, apodo creado por la prensa de la Unión Soviética haciéndola ver como una enemiga rígida y sin habilidades para negociar, el cual decidió adoptarlo con simpatía y orgullo.

Thatcher ayudó a contener el totalitarismo comunista y a desmontar parte del socialismo británico, pero no dejó de operar bajo las reglas de un sistema que considera legítimo imponer tributo. Dentro del mundo libertario existen diversas opiniones sobre ella, muchos la admiran por ser una voz firme y fuerte contra el comunismo de la Guerra Fría mientras que otros la critican por ser parte de la casta política y poder estatal. Así que analizaremos de manera objetiva sus resultados como Primer Ministra de Reino Unido y principal enemiga de la Unión Soviética.

Es indudable que Margaret fue una aliada clave del bloque antisocialista en su época, y una de sus reformas que generaron impacto positivo para el libre mercado fueron la privatización de empresas estatales, reducción del poder sindical y la desregulación financiera. Fomentó una famosa iniciativa en 1980 llamada Housing Act, promoviendo el right to vote. Esto permitió quitarle el papel al Estado como arrendador masivo dejando que la gente pudiese solicitar la compra de la vivienda social otorgada por el Reino Unido, fomentando así el derecho a la propiedad privada.

En cuanto a políticas financieras, ella eliminó los controles de cambio en 1979 permitiendo un libre movimiento de capitales. En el contexto de finales de los 70, la mayoría de países occidentales todavía mantenían controles sobre el movimiento de capitales; Thatcher rompió con el paradigma y demostró confianza en que el mercado podía autorregularse sin necesidad del Estado. Thatcher defendía firmemente que los ciudadanos debían de ser libres de gastar su propio dinero a su manera.

Las frases célebres en favor del libre mercado que se le reconocen a Margaret Thatcher, fueron las siguientes:

  • “When the state does everything for you, it will soon take everything from you… you will then have no basis for personal freedom, political freedom or economic freedom.” (“Cuando el Estado hace todo por ti, pronto te lo quitará todo… y entonces no tendrás ninguna base para la libertad personal, la libertad política ni la libertad económica.”)
  • “The problem with socialism is that you eventually run out of other people’s money.” (“El problema del socialismo es que, tarde o temprano, se acaba el dinero de los demás.”)
  • “Privatisation shrinks the power of the state and free enterprise enlarges the power of the people.” (“La privatización reduce el poder del Estado y la libre empresa amplía el poder del pueblo.”)

A pesar de toda esta filosofía liberal y las políticas públicas implementadas que realmente son en favor al individuo y su propiedad, Thatcher mantuvo un sistema tributario alto, especialmente en comparación con estándares libertarios. Redujo el impuesto sobre la renta, sí, pero aumentó el IVA, transfiriendo la carga fiscal a un terreno menos visible.En política comercial, defendió el libre mercado… hasta que los intereses británicos estuvieron en juego. Respaldó políticas proteccionistas frente a ciertos productos europeos, se enfrentó a la Comunidad Económica Europea cuando sintió que limitaba la soberanía británica, y su gobierno aplicó subsidios estratégicos en sectores que consideraba de “interés nacional”. Desde la óptica libertaria, estas medidas son inconsistentes: sustituyen un dirigismo socialista por un dirigismo nacionalista.

    Aunque duela en el orgullo y no lo queramos reconocer, después de la caída del muro de Berlín, el liberalismo no fue el ganador y el socialismo no fue derrotado; más bien fue el nacimiento de lo que hoy conocemos como la socialdemocracia, un término que puede disfrazarse de derecha e izquierda según le sea conveniente al momento de la votación. Nuestro enemigo actual claramente es el Estado, pero el verdadero enemigo ideológico de todo liberal debiese ser la socialdemocracia.

    El político nacionalista y proteccionista no es un liberal por más derecha que quiera decir autonombrarse, es un político que abusa del poder y no busca negociar mejores estrategias de libre mercado, al contrario, termina atando de una soga a los consumidores. Así mismo, el político amador de los pobres y de la justicia social no verá únicamente por el pueblo como lo dice en sus discursos. Es capaz de negociar con las grandes corporaciones oligopólicas para favorecer primero a ellas así como a sus propios bolsillos. Ninguna de las políticas públicas que los gobiernos implementan son de izquierda o de derecha, son corporativistas y socialdemócratas, pero nos compran el voto con discursos bonitos a favor de la libertad o de la justicia social y así es como caemos en sus mentiras.

    Por lo tanto, en la época actual no es convincente confiar en cualquier político que se diga llamar liberal, pues su objetivo sigue siendo querer entrar en el aparato coercitivo y monopólico del Estado, controlando las decisiones de la vida de los demás, desde su intervención en precios como en la usurpación de su propiedad privada en impuestos. Hay que tener cuidado porque en esta época y en este contexto histórico, cualquier político que se haga llamar libertario, en la práctica puede terminar siendo socialdemócrata.

    Por Montserrat Portilla

    Montserrat Portilla es una internacionalista y máster en Economía y Políticas Públicas por la universidad de las Hespérides. Apasionada por la Escuela Austriaca y la escritura, es autora de varios artículos y ensayos sobre política y econmía desde una perspectiva libertaria. Es activista en redes sociales para la promoción de las ideas liberales liderando el grupo "Chavos Libertarios".

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *