En la era de la hiperregulación, la burocracia expansiva y la cultura del conformismo, surge una pregunta esencial: ¿quién sustenta realmente el progreso y la civilización moderna? Mientras millones se aferran a sistemas que premian la mediocridad y penalizan la excelencia, una minoría de innovadores, emprendedores y creadores cargan sobre sus hombros con el peso del desarrollo humano.

Inspirado en la metáfora de Atlas, resignificada por Ayn Rand en su novela La rebelión de Atlas , este artículo explora el papel crucial de estos «Atlas» del siglo XXI: individuos que, enfrentando obstáculos regulatorios, fiscales y culturales, mantienen en marcha el motor de la sociedad.

Desde una perspectiva libertaria y objetivista, analizaremos quiénes son estos titanes modernos, qué desafíos enfrentan y por qué su defensa es esencial para preservar el orden y la prosperidad espontáneos. A través de ejemplos concretos, evidencia empírica y teoría política, argumentaremos que el futuro de la humanidad depende de la libertad de estos creadores para innovar y desafiar el statu quo.

EL MITO DE ATLAS Y EL INDIVIDUO CREATIVO: UNA METÁFORA RELEVANTE

La imagen de Atlas, el titán condenado a sostener el cielo, se resignifica en el siglo XX como símbolo del individuo creativo. En esta visión, se plantea una pregunta provocadora: ¿qué sucedería si quienes sustentan el mundo —los innovadores, emprendedores y pensadores independientes— decidieran «encogerse de hombros» ante la explotación y la represión estatales? El resultado sería el colapso de la civilización bajo el peso de la mediocridad y la dependencia.

Esta metáfora sigue vigente en el panorama global actual, donde el Estado, lejos de ser un facilitador del progreso, se ha convertido en un obstáculo para la creatividad y la excelencia. El crecimiento de la burocracia, la inflación regulatoria y la presión fiscal han creado un entorno hostil para quienes desean innovar o emprender.

El progreso social no es producto de la planificación centralizada, sino de la acción libre y creativa de los individuos. La expansión del control estatal destruye el orden espontáneo que surge de la cooperación voluntaria en el mercado.

En este contexto, la figura de Atlas representa a quienes, a pesar de todo, siguen creando valor y sosteniendo el tejido social. Pero ¿quiénes son los Atlas del siglo XXI? ¿Qué los motiva y a qué obstáculos se enfrentan en el mundo contemporáneo?

ATLAS EN EL SIGLO XXI: LOS NUEVOS TITANES DE LA INNOVACIÓN

VITALIK BUTERIN: LA DESCENTRALIZACIÓN FINANCIERA CONTRA EL MONOPOLIO ESTATAL

Vitalik Buterin, creador de Ethereum, es uno de los principales exponentes de la innovación descentralizada. A los 19 años, diseñó una plataforma que permite contratos inteligentes y aplicaciones financieras autónomas, desafiando la hegemonía de los bancos centrales y los gobiernos sobre el dinero. Ethereum ha impulsado fenómenos como las DeFi (finanzas descentralizadas) y las DAO (organizaciones autónomas), abriendo la puerta a una economía global más libre y colaborativa. Para 2025, su hoja de ruta prioriza la escalabilidad y la privacidad, con actualizaciones como Pectra y Glamsterdam que multiplican por diez el rendimiento de la capa 1, incorporando PeerDAS y pruebas de conocimiento cero para transacciones anónimas.

Los países con menor regulación sobre criptomonedas han experimentado un crecimiento exponencial en la creación de startups y la atracción de capital. Sin embargo, la presión regulatoria en Estados Unidos y las prohibiciones en China han desplazado la innovación a jurisdicciones más abiertas, como Suiza o Singapur. Buterin ha tenido que enfrentarse a intentos de control y supervisión que buscan limitar el potencial disruptivo de la tecnología blockchain.

Carga que lleva: la descentralización financiera contra el monopolio monetario estatal.

Fuente: Vitalik Buterin y Ethereum

ELON MUSK: PROGRESO TECNOLÓGICO CONTRA LA PARÁLISIS BUROCRÁTICA

Elon Musk, fundador de Tesla, SpaceX, Neuralink y xAI, es el arquetipo del hereje industrial que desafía las reglas establecidas. Su visión ha transformado la movilidad eléctrica, la exploración espacial y las interfaces cerebro-máquina. Con SpaceX, Musk demostró la viabilidad del transporte espacial privado, reduciendo costos y democratizando el acceso al espacio. Tesla, por su parte, revolucionó el mercado automotriz global, impulsando la electrificación contra la resistencia de la industria tradicional. En julio de 2025, xAI lanzó Grok 4 , considerado el modelo de IA más potente del mundo, con integración de herramientas nativas y búsqueda en tiempo real, aunque sin un informe de seguridad exhaustivo a pesar de las advertencias previas de Musk sobre los peligros de la IA.

Musk se ha enfrentado a demandas de la SEC y a críticas de políticos que ven su influencia como una amenaza. La competencia y la innovación privada son motores esenciales para el crecimiento económico y la mejora social. En muchos países, la burocracia y la presión sindical han obstaculizado históricamente la innovación industrial; el ejemplo de Musk es un recordatorio de lo que podría lograrse en un entorno más libre.

La carga que lleva es el progreso tecnológico contra la parálisis burocrática.

Fuente: La empresa de inteligencia artificial de Elon Musk

JENNIFER DOUDNA: INNOVACIÓN BIOTECNOLÓGICA CONTRA EL CONTROL BIOPOLÍTICO

Jennifer Doudna, bioquímica estadounidense y codesarrolladora de CRISPR-Cas9, ha abierto las puertas a una nueva era en la medicina: la edición genética precisa. Gracias a su trabajo, son imaginables tratamientos para enfermedades hereditarias, terapias personalizadas contra el cáncer e incluso la erradicación de virus latentes como el VIH. Su impacto en la ciencia es comparable al descubrimiento del ADN o la invención de la penicilina. En 2025, entre los avances se incluyen el primer tratamiento CRISPR a demanda para un niño con una enfermedad metabólica rara y la integración de la IA con CRISPR para diseñar moléculas en ensayos clínicos de fase 1 y 2.

Sin embargo, este avance ha venido acompañado de una fuerte reacción por parte de organismos reguladores, comités de ética y gobiernos que buscan limitar su aplicación. Existe el riesgo de que el poder de corregir genes quede monopolizado por entidades estatales o por una moral colectiva que teme el progreso. La propia Doudna ha participado en debates sobre la ética de CRISPR, pero siempre desde una postura que defiende la responsabilidad individual y científica, no la censura institucional.

En un mundo donde los gobiernos han llegado a controlar los movimientos, las decisiones médicas e incluso los datos genéticos de los ciudadanos, la defensa de la biotecnología libre se convierte en una batalla crucial por la autonomía personal.

La carga que lleva consigo: la innovación biotecnológica contra el control biopolítico.

Fuente: CRISPR y el futuro de la medicina

BOYAN SLAT: ACCIÓN DIRECTA CONTRA LA INEFICIENCIA ESTATAL EN LA CRISIS ECOLÓGICA

A los 18 años, el holandés Boyan Slat fundó The Ocean Cleanup, una organización dedicada a limpiar los océanos del plástico que gobiernos y ONG no han logrado reducir, a pesar de décadas de tratados internacionales. Mientras las instituciones firmaban protocolos simbólicos, Slat diseñó un sistema real, escalable y funcional para capturar toneladas de residuos flotantes en el océano Pacífico y ríos contaminados. En el primer semestre de 2025, han recolectado más de 30 millones de kilogramos, superando la cifra de todo 2024, con el lanzamiento del Programa 30 Ciudades en junio para reducir un tercio de la contaminación fluvial por plástico para 2030.

Su tecnología no solo funciona: es rentable, automática y capaz de generar resultados visibles, algo que los marcos burocráticos ambientales rara vez logran. Sin necesidad de subsidios públicos masivos ni interminables conferencias sobre el clima, su proyecto ha demostrado que la acción privada, descentralizada y voluntaria es mucho más eficiente que los modelos estatales de gobernanza ambiental.

Las soluciones medioambientales más exitosas surgen del emprendimiento privado, no del intervencionismo climático.

Carga que lleva: acción directa contra la ineficiencia del Estado en la crisis ecológica.

Fuente: Boyan Slat y The Ocean Cleanup

BALAJI SRINIVASAN: INNOVACIÓN CONCEPTUAL CONTRA EL ESTATISMO TERRITORIAL

Balaji Srinivasan, autor de El Estado Red , es uno de los pensadores más radicales del nuevo milenio. Su propuesta: reemplazar el concepto de Estado-nación con comunidades digitales autosuficientes, basadas en blockchain, criptografía y contratos voluntarios. Estas nuevas formas de organización política no dependen de la geografía, sino del consenso entre individuos que comparten valores, normas y una visión común del futuro. En 2025, ha inaugurado una Escuela de Redes de tres meses de duración en una isla privada cerca de Singapur, adquirida con Bitcoin, para prototipar un Estado Red enfocado en expertos en tecnología y fundadores de startups.

Para Balaji, la tecnología no solo puede organizar el comercio: también puede reimaginar la sociedad misma. Frente a la coerción territorial del Estado tradicional, propone la emigración digital y la creación de redes ciudadanas que operen al margen del control político y fiscal.

Su visión ya ha comenzado a materializarse en comunidades como Prospera (Honduras) o proyectos como Zuzalu, donde individuos de distintas partes del mundo viven temporalmente bajo nuevas reglas de convivencia digital y física.

Carga que lleva consigo: Innovación conceptual contra el estatismo territorial.

MARCOS GALPERIN: EL CAPITALISMO TECNOLÓGICO EN RESISTENCIA

Fundador de Mercado Libre, el argentino Marcos Galperin ha sido uno de los pocos emprendedores latinoamericanos capaces de construir una empresa tecnológica con impacto continental y sin depender del Estado. Desde una región azotada por la inflación, los controles cambiarios y regulaciones absurdas, Galperin logró crear un ecosistema de pagos, logística y comercio electrónico que ha empoderado a millones de emprendedores. En mayo de 2025, anunció su transición a la presidencia ejecutiva, que comenzaría en enero de 2026, tras 26 años como CEO, cediendo el cargo a Ariel Szarfsztejn. Mercado Libre reportó ingresos récord de $5.9 mil millones en el primer trimestre, a pesar de las presiones regulatorias.

Mientras muchos huyen del riesgo o se someten al proteccionismo, Galperin optó por competir, innovar y expandirse en mercados hostiles. Ha sido blanco de críticas de sectores estatistas en Argentina y otros países donde su empresa amenaza las estructuras económicas controladas por gobiernos o monopolios públicos.

Hoy, Mercado Pago permite a los ciudadanos de economías frágiles preservar su dinero fuera del circuito bancario estatal. Y eso, desde una perspectiva libertaria, es una revolución silenciosa.

La carga que lleva consigo: el capitalismo tecnológico en resistencia al estatismo populista.

Fuente: Perfil de Galperin en Forbes

OBSTÁCULOS SISTÉMICOS: REGULACIÓN, IMPUESTOS Y LA CULTURA DE LA MEDIOCRIDAD

Los Atlas del siglo XXI se enfrentan a un enemigo común: un sistema que penaliza la excelencia y premia el conformismo. Las regulaciones, a menudo diseñadas para proteger los intereses establecidos, actúan como grilletes que obstaculizan la innovación. Los impuestos confiscatorios reducen el incentivo para crear riqueza, y las campañas de desprestigio buscan deslegitimar a quienes destacan.

La presión fiscal sobre las empresas alcanza niveles récord en muchas jurisdicciones, con una carga tributaria total que supera el 60 % de las ganancias en algunos sectores, según el informe Doing Business 2024 del Banco Mundial. La inflación regulatoria —más de 300 000 regulaciones federales solo en EE. UU., según el Competitive Enterprise Institute— crea un entorno de incertidumbre y arbitrariedad que desalienta la inversión y el emprendimiento.

Ejemplos concretos de obstáculos

Vitalik Buterin ha lidiado con regulaciones que buscan controlar las criptomonedas, desde prohibiciones en China hasta impuestos en Estados Unidos, forzando actualizaciones de privacidad para 2025 como respuesta a estas presiones.

Elon Musk se ha enfrentado a demandas y restricciones regulatorias que han retrasado proyectos clave, como el despliegue global de Starlink en países emergentes y el lanzamiento de Grok 4 sin los informes de seguridad que otros competidores sí publican.

Jennifer Doudna debe sortear comités de ética y burocracias que ralentizan la aprobación de terapias genéticas. Un exceso de regulación puede privar a millones de tratamientos innovadores, como la tecnología CRISPR a demanda en 2025.

Boyan Slat enfrenta escepticismo y obstáculos regulatorios por parte de agencias ambientales que priorizan el control político sobre la acción efectiva, a pesar del éxito demostrado de The Ocean Cleanup con su expansión a 30 ciudades.

A Balaji Srinivasan lo acusan de utópico quienes no pueden imaginar un mundo sin Estados centralizados, ignorando que ya existen herramientas tecnológicas que posibilitan nuevas formas de soberanía individual y colectiva, como propone su prototipo de isla.

Marcos Galperin ha sorteado regulaciones proteccionistas y restricciones cambiarias en América Latina, como los controles cambiarios en Argentina y Venezuela, que limitan el comercio transfronterizo y afectan a plataformas como MercadoLibre, incluso en su transición de liderazgo.

Estos obstáculos no son accidentales, sino parte de un sistema que teme al cambio y desconfía de la acción individual. La coerción institucional tiende a proteger privilegios y a sofocar la innovación, socavando la libertad y el progreso.

SI LOS ATLAS SE DETIENEN, EL MUNDO SE CAE

La civilización moderna no flota en el aire. No se sostiene por sí sola. Cada algoritmo que usamos, cada avión que despega, cada vacuna que salva vidas, cada sistema de pago que funciona, es producto del ingenio, el riesgo y la acción de individuos concretos. Individuos que, en lugar de esperar instrucciones o subsidios, decidieron actuar.

Los Atlas de hoy —desde Elon Musk hasta Jennifer Doudna, desde Vitalik Buterin hasta Boyan Slat— no buscan la redención colectiva. No se sacrifican por la sociedad. Pero sufren, lo quiera o no la sociedad, sus consecuencias. Y si un día decidieran detenerse, no habría marcha ni ley que pudiera reemplazarlos.

¿Suena exagerado? No lo es. Cuando los médicos venezolanos abandonaron el país debido al colapso del sistema, los hospitales colapsaron. Cuando los ingenieros de Irán o Cuba emigraron, las industrias tecnológicas se paralizaron. Cuando creadores como Balaji Srinivasan o Marcos Galperin amenazan con construir sistemas paralelos al Estado, los políticos tiemblan, porque saben que sin ellos, su poder es papel mojado.

Y, sin embargo, en lugar de protegerlos, los atacan. Los sobrecargan con impuestos, los demonizan en redes sociales, los bloquean con leyes y, cuando se van, los culpan de no «comprometerse con el país».

Pero el compromiso no puede ser una obligación. No se puede obligar a Atlas a sostener el mundo con una pistola en la espalda. Porque si deja caer esa brillante esfera de datos, innovación, medicina y progreso… el mundo entero sufrirá el golpe.

CONCLUSIÓN: DEJEMOS DE SABOTEAR A QUIENES NOS SOSTIENE

Este artículo no es una hagiografía de magnates ni una apología acrítica del éxito. Es un llamado urgente a reconocer el papel irremplazable que desempeñan las personas excepcionales en la marcha de la civilización. Son una minoría, sí. Pero una minoría sin la cual los semáforos no funcionarían, las vacunas no llegarían y los sistemas de comunicación colapsarían.

La única moral pública coherente es aquella que reconoce y protege la libertad creativa del individuo. No se trata de idolatrar a los ricos, sino de defender la posibilidad de convertirse en uno sin pedir permiso. No se trata de eliminar a los Estados de un plumazo, sino de limitar su capacidad de obstruir a quienes realmente construyen el futuro.

El progreso humano no fue obra del Estado, sino del respeto cultural hacia quienes innovan, comercian y se arriesgan. Cuando se pierde esa dignidad, lo que sigue no es justicia social, sino estancamiento y ruina.

👉 Si queremos un mundo libre, justo y próspero, partamos de una verdad simple pero revolucionaria: los creadores no nos deben nada. Somos nosotros quienes les debemos casi todo.

Publicado originalmente en el Substack de Carlos:https://caloespinoza.substack.com/p/atlas-founded-a-startup-who-really?r=im3nm&utm_medium=ios&triedRedirect=true

Carlos Alberto Espinoza.- médico venezolano, radicado en el exilio. Director de contenido de Libertarian Forum. Más contenido en su Substack: https://caloespinoza.substack.com/

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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