La reforma propuesta por López Obrador, dará cómo resultado que la Suprema Corte de Justicia, quede integrada por ministras y ministros cómo Lenia Batres Guadarrama, hermana de Martí, y autoproclamada cómo la “Ministra del Pueblo”

Elegida por el pueblo, encarnado en el presidente López Obrador, sólo repite sus ideas, justifica sus rencores, apoya las ocurrencias de quien la puso en su cargo, y así se aleja de su promesa de cumplir y hacer cumplir la Constitución, incluso se ha convertido en la enemiga en casa, que busca el divisionismo y la destrucción.

Son ciertas muchas de las críticas a los otros ministros de la Corte, pero la ministra Batres, suma a su total parcialidad a favor del gobierno, su ignorancia en materia jurídica.

Ella misma al contestar, más bien no poder contestar, una pregunta en una conferencia organizada por Morena , respondió ” No soy una experta en Derecho …” Ha dicho cosas como que más importante que los conocimientos jurídicos está: “La indignación social ” , que no se puede no condenar a una persona con el argumento de que “el ministerio público no integró bien la averiguación previa”; para empezar ya no existe la averiguación previa, ahora es carpeta de investigación, pero lo grave es que con su criterio, se terminará la presunción de inocencia y se podrán castigar a inocentes, y particularmente a adversarios del gobierno.

Basta ver el canal judicial, para ver el vergonzoso papel de la ministra Batres, que se confunde, no encuentra lo que tenía leer y no puede improvisar, etcétera.

Pero en lo que destaca, es su idea coincidente con AMLO, de que todo el poder judicial está podrido, y que por lo mismo, y de inmediato, deben ser electos todos los ministros, magistrados y jueces, oponiéndose incluso a la idea de la también ministra lopezobradorista, pero que si sabe de derecho, Loreta Ortiz, que propone con sensatez, que esto se haga gradualmente.

La misma ministra Batres acepta que el voto popular no garantiza que lleguen los mejores abogados, sólo que tengan mayor corresponsabilidad social, lo que significa que sean afines con el poder ejecutivo.

Los actuales ministros de la Corte y los que estuvieron antes cómo Zaldívar o Sánchez Cordero, ahora incondicionales de la 4T, tienen y tuvieron privilegios excesivos, tienen y tuvieron desaciertos y malas decisiones, pero sería peor una Suprema Corte incondicional al Ejecutivo, con puros “ministros del Pueblo” cómo Lenia Batres, que siempre fallarán en favor del gobierno, así éste viole derechos humanos, pretenda pagos ilegales, etcétera.

Realizar una reforma judicial, es justo y necesario, el cambiar el inútil Consejo de la Judicatura, por un Tribunal disciplinario y un órgano admistrativo está bien, incluso la elección popular de los ministros de la Corte, con ciertas condiciones y gradualmente, tal vez podría ser, pero la elección de todos los ministros y jueces, al mismo tiempo, sería caótico y contraproducente, y un desaliento a quiénes por mucho tiempo y con mucho esfuerzo y honestamente, trabajan en el Poder Judicial, por ello estos cargos de juez y magistrado, se debe llegar por una adecuada, transparente y controlada carrera judicial.

Mario Rosales Betancourt.- Abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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