No cabe en duda que la guerra entre Ucrania y Rusia es un conflicto bélico que se desató por las condiciones injustas que Rusia le exigía a Ucrania, como no firmar el acuerdo de Asociación entre este país y la Unión Europea.

Por tal motivo, el criminal ejercito ruso al mando de un sangriento asesino como Vladimir Putin, comenzó una ofensiva militar con el fin de tomar el control sobre los territorios ucranianos. Ante este asedio, el intento de buscar un acuerdo humanitario para evacuar a las víctimas que ha dejado la guerra, no ha sido suficientemente eficaz. Más bien se han incrementado los actos criminales, torturas, secuestros, los graves y numerosos delitos crueles que el régimen putinista ha cometido.

Frente a la realidad en una Ucrania moribunda por una guerra injusta, las organizaciones internacionales de Derechos humanos ni suenan ni truenan para detener los planes rusos. Ni siquiera para atestiguar una tragedia que viola el Derecho internacional. Y ni siquiera las organizaciones internacionales han funcionado para un carajo, de modo que tenemos un conflicto bélico que ha dejado ya más de 10 mil emigrantes y niños huérfanos, junto con la pérdida del sistema económico ucraniano, con miles de millones de dólares en infraestructura atacada por armamento ruso.

No es injusto decir que América Latina también ha evadido sus responsabilidades frente a esta guerra y los atroces crímenes de lesa humanidad perpetrados por Rusia. Latinoamérica ha reaccionado tarde y mal en apoyo a una Ucrania desangrada y sola.

Pero frente a la inacción y la hipocresía, el más miserable ha sido el criminal Vladimir Putin, que ha frustrado miles de sueños de ucranianos que se levantan a diario a trabajar, solo para ver cómo esa bella tierra se desploma por culpa de una guerra injusta.

Dorieth Alfaggeethd Aponte Piñeros: Activista político defensor de la democracia y la libertad.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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