Trump es exasperante. Pero él no es comunista. Las elecciones que ya están en curso (en parte debido al exasperante fracaso de Trump para hacer algo para evitar que los estados conviertan el día de las elecciones en meses electorales durante el último año de su presidencia) se pueden reducir a esta simple máxima, que tal vez Trump debería promocionar.

Al menos no soy comunista

Yo votaría por eso. Probablemente una mayoría trabajadora de los estadounidenses votaría por eso, ya que la alternativa a eso es algo que la mayoría de los estadounidenses nunca imaginaron que realmente podría llegar a Estados Unidos. Y es precisamente por eso que ya lo ha hecho.

La mayoría de los puntos principales del Manifiesto Comunista han formado parte de la vida estadounidense durante un siglo o incluso más: el control gubernamental de la educación; los impuestos “progresivos” sobre la renta. Y, sobre todo, la eliminación efectiva de la propiedad privada eliminando incluso la posibilidad de poseerla alguna vez. Si no lo cree así, vea lo que sucede cuando no paga los impuestos sobre la propiedad de la casa que se permite creer que posee, pero que simplemente se le permite ocupar, mientras siga pagando por el privilegio. Eso no es ser propietario, es alquilar.

Los estadounidenses no sólo se han acostumbrado al comunismo, sino que muchos de ellos son comunistas. Prefieren llamarse demócratas –y republicanos, por cierto–, pero ambos creen en las mismas cosas que los comunistas, sólo que en mayor o menor medida. Ninguno de los dos cree que lo que uno gana es suyo y que nadie más tiene derecho a una “parte justa” de ello. Ninguno de los dos cree que la educación de los niños sea obligación de los padres y –en su defecto– de otros adultos que están dispuestos a asumir la carga a costa de su propio tiempo y dinero, en lugar de votar para que la carga se cubra con el tiempo y el dinero de otras personas.

A ninguno de los dos le gusta la idea de dejar en paz a los demás, incluso si no les gusta y no está de acuerdo con lo que hacen, siempre que lo que hagan no les imponga costos a los demás ni los perjudique. Ambos están a favor de los planes (los suyos) y se espera que los respetes.

Trump es del mismo palo, pero al menos no es comunista. Tiene muchos planes, como por ejemplo el de reducir (de algún modo) el explosivo aumento del precio del seguro de automóvil. Su plan no incluye poner fin a la obligación que es fundamentalmente responsable del aumento explosivo del precio del seguro de automóvil. Por lo tanto, no podemos esperar que se nos permita eliminar el aumento explosivo del precio del seguro de automóvil dándonos la libertad de no comprarlo.

Trump sigue atribuyéndose el mérito de las “bellas” drogas que ayudó a promover, utilizando el poder del gobierno federal para eliminar los protocolos habituales de pruebas de seguridad (ya bastante malo) y permitir que los traficantes de drogas estén en posición de literalmente vender sus drogas a la gente, algo que ningún vendedor de las llamadas “drogas callejeras” ha hecho jamás. La gente siempre ha tenido la libertad de decir simplemente no a la marihuana, la cocaína y demás. Pero millones de estadounidenses no tuvieron la libertad de decir simplemente no a las “bellas” drogas que les impuso Pfizer, a través del peso del gobierno federal.

Parece que se ha llegado a ese punto. No es mucho y, sin embargo, puede ser todo. Y con énfasis en “puede ser”. Trump habla mucho, a su manera inconexa, sobre muchas cosas, y nunca hace nada al respecto, como, por ejemplo, encerrarla .

Pero al menos no es comunista y, tal vez, esta vez hará algo en lugar de decir que lo hará. Y podemos estar seguros de lo que harán los comunistas (el último demócrata, Robert F. Kennedy Jr., es ahora republicano), porque sabemos lo que hacen siempre los comunistas. Su plan es siempre el mismo.

Por tanto, el atractivo es que al menos no es comunista .

Es una elección que muchos de nosotros preferiríamos no tener que hacer, pero es la única opción que está sobre la mesa. Y –tal vez– un número suficiente de estadounidenses comience a cuestionar la aceptación del comunismo a cuentagotas que condujo al estado actual de cosas.

Tal vez el propio Trump comience a comprender que el menor de dos males sigue siendo malo y que el comunismo es uno de los males más malvados que existen.

Publicado originalmente en Eric Peters Autos: https://www.ericpetersautos.com/2024/09/24/at-least-hes-not-a-communist/

Eric Peters es un columnista independiente de coches, motos y política.

Twitter: @epautos

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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