El famoso dibujo animado no es sólo un juego de persecución, sino una poderosa metáfora de la competencia, la innovación y el respeto a la propiedad privada, pilares fundamentales de una sociedad abierta, libre y próspera.

En el panorama del entretenimiento mundial, pocas obras han cautivado a generaciones como los famosos dibujos animados “Tom y Jerry”. Tras la aparente sencillez de las frenéticas persecuciones frenéticas persecuciones entre un gato y un ratón, la obra creada por William Hanna y Joseph Barbera esconde una profunda reflexión sobre los principios fundamentales de la libertad, la competencia y la propiedad privada. Los hilarantes gags de los protagonistas son en realidad una metáfora de la dinámica social y de los retos a los que se enfrenta cada individuo en y los retos a los que se enfrenta cada individuo para hacerse valer y proteger lo que le pertenece. En concreto, cada episodio de la serie es un microcosmos del mundo real, donde la competencia es el motor del progreso. Tom, el gato que intenta mantener el control de la casa, representa el orden y la estabilidad; Jerry, el ratón, es el agente del cambio, el que desafía el statu quo y empuja a su oponente a mejorar continuamente. Este eterno enfrentamiento entre los dos personajes simboliza el dinamismo del libre mercado, donde los individuos y las empresas se ven constantemente estimuladas a innovar para sobrevivir y prosperar.


Un aspecto fundamental es que la competición entre los dos antagonistas no es sólo un dispositivo narrativo para generar entretenimiento, sino que refleja la realidad de la vida cotidiana. En el libre mercado, la competencia impulsa a las personas a buscar nuevas soluciones, a superar obstáculos y a mejorar continuamente. Tom, en su caza de Jerry, se ve obligado a reinventarse y a buscar formas cada vez más ingeniosas de atrapar a su adversario. Este proceso de adaptación e innovación es el corazón palpitante del progreso económico y social. Sin competencia, el estancamiento se impondría, y tanto los individuos como las sociedades dejarían de crecer.

Otro tema central es la libertad individual. A pesar de su aparente vulnerabilidad, el ratón Jerry siempre consigue salir adelante gracias a su inteligencia y adaptabilidad. Esto demuestra la fuerza inherente de un individuo libre, capaz de grandes hazañas cuando no se ve obstaculizado por limitaciones externas. En el mundo retratado por “Hanna & Barbera”, la libertad nunca está garantizada, sino que debe conquistarse a diario mediante el ingenio y el valor. El mencionado ratón, a pesar de ser pequeño y aparentemente insignificante, consigue desafiar a oponentes más poderosos mediante la astucia y la determinación, encarnando el mensaje de la filosofía liberal que reconoce el valor y el potencial de cada individuo, independientemente de sus condiciones de partida. Sin embargo, la libertad de la que disfruta entraña riesgos y exige que Jerry asuma las consecuencias de sus actos.


Otro elemento fundamental del cómic es la lucha constante por el control de la casa, símbolo de la propiedad privada. El gato Tom, como guardián, defiende su territorio y los recursos que contiene. El otro, con sus constantes intentos de apropiarse de lo que no le pertenece, representa los riesgos de una sociedad en la que la propiedad privada no está debidamente protegida. La propiedad privada no es sólo un derecho, sino un principio que garantiza el orden y la estabilidad.

Sin su respeto, el caos podría apoderarse fácilmente de la sociedad, conduciendo a un mundo en el que el más fuerte o el más astuto se imponen sin tener en cuenta la justicia. En consecuencia, la serie subraya la importancia de proteger la propiedad privada como base de la libertad individual y la estabilidad social. Defender el propio territorio significa proteger el derecho a utilizar los recursos adquiridos. La intrusión de terceros, como los ratones, es la amenaza que surge siempre que no se respetan los límites de la propiedad. Este enfrentamiento continuo nos recuerda la importancia de un sistema jurídico y social que proteja los derechos de propiedad, esenciales para el crecimiento económico y la cohesión social.

Aparte de esto, del cartón también se desprende otro aspecto, que es la ausencia de una autoridad externa que intervenga para resolver los conflictos entre los dos contendientes, que son abandonados a sí mismos, para resolver sus diferencias a través de sus habilidades y elecciones individuales. Por tanto, no hay figuras que impongan reglas o soluciones desde arriba. Esto expresa el principio fundamental de que las personas pueden gestionar sus propios asuntos sin la intervención constante de una autoridad superior. La sociedad, como el microcosmos de los personajes mencionados, funciona mejor cuando los individuos son libres para interactuar, competir y resolver sus conflictos de forma autónoma.

En definitiva, “Tom y Jerry” no es sólo un dibujo animado, sino una celebración de la libertad individual, la competencia, la propiedad privada y la innovación. Cada episodio muestra cómo el progreso humano surge del continuo desafío entre distintas fuerzas, equilibrando estabilidad y cambio. La libertad y el respeto a la propiedad surgen como valores fundamentales para construir una sociedad próspera y libre, en la que todos puedan desarrollar su potencial mediante la responsabilidad y el compromiso.


Las aventuras del gato y el ratón ofrece, por tanto, una forma accesible y atractiva de explorar estos conceptos esenciales, ilustrando cómo la libertad, la competencia leal y la propiedad privada están interconectadas y contribuyen juntas al progreso social. La serie se convierte así no sólo en entretenimiento, sino también una poderosa alegoría de los principios que sustentan una sociedad dinámica y justa.

Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.
Twitter: @sandroscoppa

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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