Con la misma fuerza que MORENA exige que se respete los resultados electorales, que dicen que obtuvo, también se debe exigir que se respete lo que obtuvo la oposición; esto es, si de acuerdo al Tribunal Electoral, en la Cámara de Diputados, MORENA y filiales obtuvieron mayoría calificada, esto debe de respetarse; pero si en la Cámara de Senadores no la obtuvieron, también esto debe de respetarse, y no alterarlo por medio de la traición y la corrupción que implica comprar Senadores, que llegaron por el voto opositor.
No se puede alegar que los Senadores son libres, porque la triste realidad es que en nuestra práctica política, los legisladores no son libres, sino que tienen que votar y actuar cómo les ordena su partido, por ello desde antes de una votación, ya se sabe cómo votarán, con lo cual los legisladores dejan de ser representantes del pueblo, y se convierten en representantes del partido, y peor aun, del Ejecutivo.
Esa pequeña traición a la voluntad popular, tiene graves consecuencias, la principal es que el Poder Legislativo se convierte en un órgano inútil, que va a aprobar lo que quiera el Ejecutivo, y rechazar lo que no quiera.
Cómo dice Sor Juana, tan malo el que peca por la paga, cómo el que paga por pecar. Así tendremos un sólo poder: el Ejecutivo que es Supremo, unipersonal, y que no tendrá frenos y contrapesos, con un legislativo inútil, sujeto a la dictadura de una mayoría calificada, sumisa y obediente al Ejecutivo, y un Poder Judicial, que será parcial, dependiente, y que en lugar de aplicar la ley, bajo el principio pro homine (lo que más favorezca al ser humano), aplicará el principio pro imperum (lo que más favorezca al gobierno).
Mario Rosales Betancourt.- Abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A.
Twitter: @Rosales76059