Las de Muñoz Ledo no son discrepancias recientes, sino críticas demoledoras.

Sin duda son muy merecidos los homenajes a Porfirio Muñoz Ledo. Quienes tuvimos oportunidad de tratarlo, oírlo y observar su trayectoria, sabemos de su trascendencia en la construcción de una nueva institucionalidad, una verdadera democracia y una plena soberanía.

El presidente López Obrador, quién mucho le debe a la lucha de Muñoz Ledo la posibilidad de haber llegado al poder, se refirió con relación a las contundentes y demoledoras críticas a su gobierno de su parte, sólo como “discrepancias recientes”.

En los eventos, comunicados, redes de personajes de MORENA, como Mario Delgado, se ve una profunda hipocresía, porque por ejemplo le cerraron la oportunidad de reelegirse como diputado, pero ahora lo llenan de alabanzas.

Muñoz Ledo fue fundamentalmente un jurista, defensor del Estado de Derecho, por eso su rompimiento y su decepción con el gobierno de AMLO; no fue por razones ideológicas, ni mucho menos personales: fue por el desapego del gobierno actual a la la Constitución y la legalidad, con el argumento de “no me salgan con que la ley es la ley”.

Así cuestiones como el militarismo, el sometimiento al gobierno norteamericano en cuestiones migratorias; la falta de respeto a la autonomía de los poderes Legislativo y Judicial; el menoscabo y deseo de controlar a los órganos electorales, a la Comisión de Derechos Humanos, a los órganos constitucionalmente autónomos, etc. Estos fueron algunos de los motivos por los que Muñoz Ledo se volvió un crítico del gobierno de López Obrador, al grado incluso de señalarlo de estar ligado y pactado con el narcotrafico.

Recientemente, sus críticas fueron contra la intención del presidente López Obrador del maximato, o sea mantenerse en el poder por medio de alguna de sus corcholatas.

Muñoz Ledo estaba en favor de la verdadera división de poderes y del federalismo, porque era un defensor de derechos humanos y de la democracia.

Hay hombres de poder que no trascienden y hombres sin poder que trascienden, como él, dijo Muñoz Ledo, ciertamente lo único que no logró ser, fue presidente de la República, pero influyó mucho para que otros lo fueran.

La versión que queda y perdurará es la última, o sea la del terrible crítico de AMLO. Yo aquí recuerdo sus inicios, con la foto de 1953, la de un estudiante de derecho, que dio un discurso, con motivo del centenario de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, actualmente nuestra Facultad de Derecho. Siempre fue un orgulloso egresado de la UNAM.

Mario Rosales Betancourt, abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-Azcapotzalco.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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