El Partido Libertario se formó en 1971 y a lo largo de su historia ha demostrado ser un partido político estadounidense que ha fracasado rotundamente. Si bien los libertarios defienden abiertamente las libertades individuales, un gobierno limitado y el libre mercado, sus candidatos presidenciales han fracasado en gran medida a lo largo de la historia.

¿Por qué no han tenido mayor éxito al enfrentarse a lo que se ha convertido en dos extremos ideológicos? Además, si un “voto de protesta” por el candidato libertario no les sienta bien, ¿qué partido está más alineado con las políticas libertarias?

Los libertarios se enfrentan a una eterna batalla cuesta arriba frente a la política estadounidense. En la actualidad, las campañas de terceros partidos se financian casi en su totalidad con donaciones de las bases, que palidecen en comparación con los millones de dólares que los grupos de intereses especiales y los donantes corporativos invierten en las campañas demócratas y republicanas.

Los principales medios de comunicación tienden a centrarse en los dos partidos principales; por lo tanto, se da muy poca exposición y tiempo en antena a los candidatos de terceros partidos.

Aunque el libertarismo se centra principalmente en las libertades individuales de sus ciudadanos, la mayoría de los votantes han asociado al partido con las opiniones “socialmente liberales y fiscalmente conservadoras”. Esto permite que exista un terreno común que aleja a los votantes de ambos lados de las líneas partidarias percibidas.

Sea cual sea el razonamiento, es innegable que un candidato libertario a la presidencia es una quimera. Como libertario que considera la realidad a la que nos enfrentamos, ¿qué partido está más alineado con nuestros valores compartidos?

El Partido Republicano se inclina más hacia el libertarismo que el Partido Demócrata. He aquí por qué:

Los republicanos han acaparado tradicionalmente la defensa del gasto público limitado y de los niveles impositivos limitados. La mayoría de ellos se dieron en la era Reagan y, por lo tanto, resultaban atractivos para los libertarios. Aunque esta línea se difumina cada vez más a medida que pasa el tiempo, los republicanos siguen teniendo la antorcha en este terreno.

La economía de libre mercado es otro plano en el que los republicanos tradicionales han mostrado su afinidad con los libertarios, aunque este intervencionismo se ha visto atenuado en los casos de la atención sanitaria, la educación, la política monetaria y el ejército.

En muchos casos, los republicanos se oponen a los excesos de regulación por parte del gobierno, un reflejo general del desdén libertario hacia una burocracia creciente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas salvedades: los republicanos son más conservadores en lo social que los libertarios, y sus agendas chocan entre sí por naturaleza. Los republicanos también han apoyado con frecuencia la intervención militar y la “seguridad nacional” por sobre el principio libertario de no intervencionismo.

Al final, la combinación ganadora de candidatos libertarios es superar los obstáculos tanto estructurales como ideológicos. Si bien el Partido Republicano es en parte libertario en lo que respecta a cuestiones económicas y fiscales (y así se ha manifestado), su conservadurismo social y su actitud intervencionista en algunos aspectos crean una relación dicotómica entre las dos ideologías.

En última instancia, sin embargo, los libertarios tendrán que moderar su mensaje y cambiar sus estrategias para captar a más votantes convencionales, o bien encontrar lugares donde construir coaliciones con otras organizaciones con ideas afines interesadas en hacer realidad sus preferencias políticas.

Publicado originalmente por el Mises Institute: https://mises.org/power-market/perpetual-struggle-libertarian-candidates-why-they-face-uphill-battle

Conor Sanderson.- artista multimedia, escritor y defensor de la educación en el hogar.