Introducción:
El presente trabajo explicará la prolongada contracción de la inversión en México, la que ha padecido en los últimos 10 años, así como su relación con la caída al financiamiento privado. El análisis contempla factores externos como la pandemia tanto como internos en materia de política económica.
Después de la introducción, el trabajo se organiza de la siguiente manera: en el segundo punto se explicará la definición y clasificación de la inversión. En el tercer punto se presentarán los determinantes que estimulan la inversión. En el cuarto punto se hará un análisis de la evolución de la inversión en los recientes años en México. Finalmente, se presentarán las conclusiones.
2.- Definición de inversión
Para un comienzo, es necesario definir el concepto de inversión, el cual se analiza en términos macroeconómicos. Algunas definiciones se catalogan en términos de cuentas nacionales:
La inversión coloquialmente se define como los recursos de bienes reales que se utilizan en el recorrido de una línea de producción o como todo bien duradero que sirve para su utilización de inmediato o bien, para su reventa.
Otra definición nos dicta que son activos rentables que serán colocados en capital. Si bien en la primera definición se considera la compra de bienes para su utilización en una serie de producción, también se pueden comprar bienes de consumo que pueden no ser utilizados para el mismo consumo y si para su almacenamiento y esperar a que suba su precio, de esa forma para poder venderlo y así obtener una ganancia; es decir, se considera un gasto de inversión y no un gasto de consumo.
Se identifican dos tipos de inversión: inversión productiva e inversión financiera. Estas dos constituyen la inversión total.
La inversión financiera se define como aquella en la que se compran activos financieros que generen rendimientos. Las partes integrantes de dicha inversión son, entre otros, los depósitos financieros, las acciones, bonos y los bienes intangibles. Por lo que la compra de una acción o de un bono, a escala individual, es una acumulación de capital; pero a escala nacional ésta seria contabilizada doble ya que es una forma de financiamiento de las empresas, entonces se contabilizaría la compra de una acción y la compra de un bien de capital, por lo que las inversiones financieras se consideraran como parte del ahorro nacional.
La inversión especulativa está dentro de la inversión financiera, ya que se compra un bien esperando a que en un movimiento de mercado el bien aumente aún más su precio para obtener una ganancia. Esto también es muy común en los bienes raíces. Se denomina de esta manera, aunque pueden ser distintos bienes para la mayoría de los cuales es muy difícil encontrar evidencia estadística.
La inversión productiva resulta ser la más importante, ya que es una inversión comúnmente directa y es la encargada de acrecentar la economía de un país en términos reales; también llamados bienes tangibles. En las anteriores definiciones se mencionó que la inversión es la compra de bienes y activos destinados al aparato productivo, siendo la inversión física o productiva la que prevalece a lo largo del tiempo.
La definición técnica de algunos autores reza de la siguiente manera:
Para los keynesianos es toda aquella compra de un bien de capital para contemplar mayores ingresos futuros.
Para Robert Barro son todas aquellas compras de bienes de capital, como maquinaria y equipo o bien, bienes para su almacenaje.
Para Dornbush es toda aquella compra para incrementar el stock de capital a lo largo de un periodo determinado.
Para Jeffrey D. Sachs es similar a la de Dornbush, con la diferencia de que además de acrecentar el stock de capital, también contempla todos los bienes con los que se pueda comprar y vender a un mayor precio, siendo su definición tomada para el estudio de las cuentas nacionales.
La definición de inversión basada en Cuentas Nacionales corresponde a las Cuentas de Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) y de la Variación de Existencias (VE). La Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), es la relación del aumento y disminución de bienes duraderos de un país en un determinado periodo de tiempo, obteniendo un indicador macroeconómico que se encarga de medir el valor de los activos fijos adquiridos o producidos en el sector público o privado.
2.1.- Clasificación de la inversión
El sistema económico se divide en tres grandes grupos de inversión: la inversión privada, la inversión pública y la inversión extranjera directa. Es importante esta división ya que cada una tiene diferentes incentivos a invertir además de aportar de forma diferente al producto interno bruto.
La inversión pública se conforma de la siguiente manera: Todas las instituciones públicas que realizan alguna actividad económica, tales como las “empresas productivas del Estado” o empresas financieras, según guiados por los principios de autoridad al no ser participantes que compitan en igualdad de condiciones al sector privado. Aquellos encargados de administrar estos entes responden a un gobierno central, gobiernos locales, organismos de la seguridad social. Es el sujeto de la economía pública, que tiene su origen en elecciones realizadas por la autoridad y que son impuestas al resto de la economía gracias al poder coactivo del Estado.
Por su parte, el Sector Privado son todos aquellos participantes que se rigen bajo el principio de la inversión privada, es decir, que suelen excluir recursos que provengan de la recaudación pública y sí de individuos con ingresos que provienen, comúnmente, del ahorro, normalmente se caracteriza por la persecución del máximo beneficio. La máxima eficacia individual puede no coincidir con la óptima rentabilidad social. Es lo que hace siempre necesaria la existencia de un Sector Público. El Sector Privado es un agente económico diferente del sector público, se diferencia principalmente en dos aspectos, tales son:
1) El Sector Público puede utilizar la coacción para obtener ingresos que no están sujetos a las leyes de la oferta y la demanda, como pueden ser la inyección de capital pública derivado, principalmente, de los impuestos.
2) El Sector Público no necesariamente está sujeto a obtener una utilidad, por lo que las actividades económicas emprendidas no siempre están competidas con el Sector Privado.
Se denominará Sector Externo a los sectores público y privado del resto del mundo que interactúan con la economía nacional.
De esta manera se define a la inversión productiva según el origen del sector de la siguiente manera:
1. Inversión pública, como todo gasto en inversión hecho por el sector público.
2. Inversión privada, como todo gasto en inversión hecho por el sector privado
3. Inversión extranjera directa, como todo gasto en inversión hecho por el sector externo.
3.- Determinantes de la inversión
En la acción de querer invertir, un agente económico debe buscar siempre aspectos fundamentales, tales como los costos, gastos y expectativas. En otras palabras, la inversión depende de las ganancias obtenidas a partir de los ingresos dispuestos de una actividad económica, esto nos lleva a reflexionar en qué nivel de inversión dependerá en gran medida del nivel de producción global, en concepto de nuestra economía, del Producto Interno Bruto.
De manera que las fluctuaciones de la producción pueden repercutir sobre las variaciones de la inversión a lo largo del ciclo económico. A partir de lo anterior, se denomina a la inversión como el acelerador más importante del crecimiento económico, y esta, a su vez, esta sujeta a la tasa de inversión que dependerá principalmente de la tasa de variación de la producción. Es decir, la inversión es alta cuando la producción tiende a crecer, mientras que es baja, o incluso puede registrarse una inversión negativa, cuando la producción disminuye
Otro determinante muy importante de la inversión se refiere al costo financiero o costo de capital, definido como aquel costo que este sujeto a la tasa de interés que las instituciones financieras cobran por algún crédito. El interés es el precio que se paga por el dinero prestado durante un período de tiempo o más bien es el rendimiento pagado a los que prestan dinero
La injerencia del Estado también afecta el nivel de inversión, ya que la decisión de su política, sobre todo la tributaria, va a influir sobre el nivel de ganancia que obtengan los agentes económicos; es decir, a mayor sean los impuestos, menor será la utilidad obtenida y, por el contrario, a menores impuestos, mayor la utilidad. Por lo tanto, el tratamiento fiscal de los diferentes sectores influye profundamente en el comportamiento de las empresas que maximizan el beneficio en relación con la inversión.
Por último, la confianza de los empresarios, dependerá en gran medida de las expectativas de ganancia y la seguridad jurídica que brinde un Estado. Esto significa que la inversión representa arriesgar cierta cantidad de dinero esperando recuperarlo en el futuro y sobre todo, que su rendimiento sea mayor que los costos implícitos en el desarrollo de la actividad económica.
Si los inversionistas o empresarios temen que las condiciones económicas tiendan a empeorar, se mostrarán reacios a invertir en el país; por el contrario, cuando las empresas creen que se producirá una recuperación en la economía en un futuro inmediato, comienzan a hacer planes para expandir sus plantas y equipos o realizar nuevas inversiones en otras actividades.
4.- La caída de la Inversión en México
En los últimos años, muchos analistas han visto con preocupación la prolongada caída de la inversión en México a raíz, principalmente, de la poca certeza jurídica del gobierno. La razón atiende al principio de que el Estado se ha visto limitado en proveer servicios públicos que garanticen la producción, es decir, aquellos que por su naturaleza no son provistos en cantidades adecuadas por el mercado, como el alumbrado vial, los parques y las carreteras y, por ende, recaen en su responsabilidad.
A partir de la debacle económica de 2009 originado en EEUU se ha observado una contracción casi continua en el componente público de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), variable con la que el INEGI mide la inversión dentro de los indicadores trimestrales de oferta y demanda agregadas. Todo esto a pesar del constante acenso de la inversión continua desde mediados de los noventa.
Por su parte, la inversión fija bruta en México ha mostrado una creciente debilidad. Particularmente, esta variable se ha visto estancada desde el segundo trimestre de 2015 como resultado del declive del componente de la construcción, que contrarrestó el ascenso de maquinaria y equipo.
La trayectoria descendiente se ha profundizado a partir 2018, y la atonía de sus componentes se han visto erosionados, a su vez, se acentuó durante abril y mayo de 2020 como consecuencia de las medidas para enfrentar la pandemia. El desplome fue sustancial, al llevar la inversión a un nivel inferior a 80 por ciento del promedio observado en 2013. El deterioro en la formación de capital involucró sus dos componentes, si bien la construcción resultó la más afectada.
Desde mediados de 2020, la inversión ha tenido una ligera recuperación que parte, además, del llamado rebote de la economía; sin embargo, la conducta de desaceleración sigue marcada sobre todo por el sector de construcción y que representa por debajo del nivel de febrero del año anterior.
El dinamismo contemporáneo de la economía es desfavorable ya que el desempeño de la inversión es preocupante y esta limita el consumo tanto privado como público. Así, a pesar de ser el componente de la demanda agregada que más cayó en 2020, la inversión ha apoyado poco a la recuperación económica.
Por ejemplo, durante los primeros seis meses de 2021, en el crecimiento anual del PIB de 6.9 por ciento, la inversión total contribuyó con 1.9 puntos porcentuales, mientras que el consumo privado lo hizo en 5.1 puntos.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de INEGI
Lo más relevante de esta situación es que a menor inversión también reduce las posibilidades de un crecimiento de largo plazo. Es por eso, que la formación de capital incluye la ampliación y modernización de las edificaciones y estructuras físicas que hacen que aumente la baraja de posibilidades para las personas de elegir entre una mayor cantidad de bienes y servicios.
Sin embargo, resulta difícil identificar con certeza los factores que podrían explicar la prolongada debilidad de la inversión. No obstante, una conjetura razonable apunta a diversos elementos que han conformado el marco de política económica.
Una de las razones principales, atienden del hecho de que la inversión en construcción, que como ya se mencionó viene en declive después de la segunda mitad del 2015, indica un reacomodo en la vivienda. En buena medida, ésta tuvo su origen en las nuevas reglas gubernamentales para otorgar subsidios a las construcciones habitacionales, dando preferencia a las zonas urbanas, lo que desvalorizó muchas reservas territoriales de esas empresas.
Si bien la construcción de la inversión pública contribuyó en menor grado de este declive, se debe contemplar también la mayor contracción de la inversión pública, implantada como respuesta a la caída en los precios internacionales del petróleo y la agudización de los problemas financieros de Pemex.
Por otra parte, el inicio de la tendencia declinante de la inversión total a mediados de 2018 coincide con la victoria electoral del actual presidente de la República, cuya implicación inmediata para la inversión fue la decisión de detener la edificación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, con base en una consulta popular llevada a cabo en octubre de ese año.
A la determinación anterior, le han seguido una serie de acciones gubernamentales que han dañado el clima para hacer negocios en México, las cuales, no siguen el principio de lo mencionado en los puntos anteriores y que han impuesto barreras a la inversión y el deterioro del Estado de derecho. Las acciones más notorias han abarcado la interrupción de la construcción de una importante fábrica cervecera, recurriendo a otra consulta popular; el freno de permisos y subastas en el sector energético; y la renegociación de contratos con concesionarios de ductos, entre otras.
Otro aspecto a considerar es analizar el costo del financiamiento o de capital. Desde mediados de 2020 el financiamiento total al sector privado no financiero (no financiero entendido como todo ingreso de una entidad económica que surge de su actividad principal y no del mercado financiero), que comprende los instrumentos de deuda de mercado, así como el crédito otorgado por los intermediarios bancarios y no bancarios, se ha contraído en términos reales anuales.
La disminución del financiamiento ha reflejado principalmente el menor uso de fuentes externas y, en menor grado, internas.
En efecto, el financiamiento a empresas empezó a reducirse en junio, con el descenso de usos internos y la escasez de los externos. La caída del crédito ha reducido significativamente el financiamiento de manera interna para las empresas, es decir, que han tenido que recurrir a sus propios medios para poder financiarse y no de instituciones financieras, como lo es la aportación de capital por parte de los socios, y por su parte, se ha sumado a la tendencia declinante en la emisión de valores observada a lo largo de 2021.
Las pequeñas empresas han mostrado un descenso del financiamiento externo desde la segunda mitad del 2018, por lo que la reciente tendencia ha debilitado, principalmente, a las grandes empresas.
La proporción del financiamiento al sector privado respecto al PIB se ha demostrado en diversos estudios empíricos que la profundidad del sistema financiero, ejerce un efecto favorable sobre el crecimiento de largo plazo de las economías. En el largo plazo, la penetración del sistema financiero en la economía resulta tener una amplia correlación con el desarrollo de un país.
Los elementos de demanda y oferta para alentar el financiamiento. El primer elemento a considerar es las políticas de crédito más rígidas que han establecido las instituciones financieras a raíz de una mayor morosidad de los agentes empresariales por la turbulencia de la pandemia, en otras palabras, mitigan la expectativa de deterioro en la calidad de la cartera y la percepción de mayor riesgo. Entre los segundos, destaca el menor deseo de endeudamiento de las empresas y los particulares ante el declive del ingreso y del gasto.
Si bien en los últimos años se ha visto estancada la participación de la inversión para suscribir créditos financieros y apalancar sus operaciones, la tendencia desde hace 15 años ha ido en ascenso, lo que visualiza un anclaje solido para el crecimiento de un horizonte más amplio.
Finalmente, y no menos importante, el aspecto político en materia de iniciativas de reforma constitucional, sobre todo la energética, que, actualmente se discute en el Congreso, busca, entre otros aspectos, concentrar la generación eléctrica en la CFE, cancelando los permisos existentes, así como los contratos de compraventa de electricidad. Las plantas del sector privado quedarían sin sustento jurídico y sujetas a las condiciones de la CFE.
5.- Conclusiones
La inversión juega un papel importante como acervo de capital variable, indispensable para el crecimiento económico y que hace honor al componente que da pauta a que las demás variables del PIB se atribuyan adecuadamente en el tiempo. Al formar parte de la demanda agregada, tiene un efecto directo en el incremento del PIB.
Sin embargo, el aporte más importante se constituye a través del tiempo, ya que cuando la inversión se expande y se mantiene en el largo plazo, los cambios tecnólogos y el bienestar social derivado de esta actividad. Por ello, el acrecentamiento del capital físico hace más eficiente el uso de otros factores, notablemente el capital humano, al reducir los recursos requeridos y aumentar la efectividad en la producción, también llamadas economías de escala.
Ante los hechos recientes de la conducción de nuestra economía, es menester dialogar y debatir los retos que nos deparan para 2022 en la expansión de la inversión, ya que, como se ha descrito, ha experimentado un escenario de desaceleración que pone en entredicho el crecimiento económico. Recordar el axioma que dicta que, sin inversión, no hay empleo, sin empleo, no hay salarios y sin salarios suficientes, la sociedad está expuesta a problemas además de los económicos, sociales, como lo es el crimen.
Es urgente dar un sentido de fortalecimiento institucional para que el Estado sea un portavoz y de buenas decisiones que incentiven la inversión. El enfoque gubernamental actual solo augura un mayor debilitamiento de la inversión, con consecuencias muy adversas sobre las posibilidades de progreso económico del país.
Referencias bibliográficas:
- Sachs, Jeffrey y Felipe Larrain. Macroeconomía en la economía global. México, Joaquín Porrúa, 1991.
- Robert, Barro. Macroeconomía. México, Ed. Nueva Editorial Interamericana, 1986.
- INEGI, SISTEMA DE CUENTAS NACIONALES DE MÉXICO, 2001.
- Bajo, Oscar. Curso de Macroeconomía.
- Ackley, Gardner. Teoría Macroeconómica
Asael Polo. Economista por la UNAM. Especialista en finanzas bancarias y política económica. Escribe para Asuntos Capitales, DICRE y El Tintero Económico. Twitter: @Asael_Polo10