El discurso en contra de las personas transgénero con el que están obsesionados los conservadores de varios países se parece tanto, tanto, a cómo avanzó el Nacional-Socialismo con el antisemitismo en Europa. Tanto, mucho, idéntico. Sembrando odio paso a paso, en cualquier oportunidad. La gente se pregunta cómo es que gente normal consintió la persecución de una minoría. Estudien, lean: fue poco a poco, sembrando odio, resentimiento, la idea de que esa minoría los «oprime» por existir.

Googleen sobre los libelos de sangre, las acusaciones a toda la comunidad trans e incluso al resto del espectro LGBT de ser groomers, son los modernos libelos de sangre. La idea es que la Agenda LGBT son los nuevos Protocolos de los Sabios de Sion. Así se empieza, paso a paso, levemente. El germen empieza de a poco, no aparece como autoritarismo de forma repentina.

Conste que advierto con tiempo, para apartarse de los conservadores y su «batalla cultural» antitrans: están cultivando una mala forma de abordar los asuntos y cambios sociales que no les gustan. No me importa quedarme solo advirtiendo esto. Nunca me ha importado. Mi consciencia queda tranquila por advertir a lo que conduce esto.

Cuando sabes historia, mucha historia en mi caso (y no lo digo por jactarme), puedes encontrar paralelismos psico-sociológicos en ciertos movimientos. Así como he advertido hace años de cómo el feminismo se estaba volviendo un movimiento tóxico, promotor de actitudes contra la salud mental de sus militantes, y el tiempo me ha dado la razón; ahora hago la advertencia de la paulatina conversión de los movimientos conservadores en movimientos fascistas, al menos en lo que respecta al trato de algunas minorías.

Un día estás discusiones y pugnas serán superadas, y quiero ser recordado por haber estado en el lado correcto de la historia.

Fabricio Terán: Economista y escritor. Activista libertario. 

Twitter: @teranism

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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