Por un lado se dice que el pueblo es sabio, pero por otro se aprovecha de su ignorancia, se confunde y engaña al pueblo, que no distingue entre fiscalías, poder judicial federal y poder judicial del fuero común; así se señalan las lacras en la administración de justicia, que evidentemente existen, cómo responsabilidad única del poder judicial federal, cuando en la realidad, es en los ministerios públicos y los jueces que imparten la justicia cotidiana, donde se encuentra el origen de la corrupción, lentitud, venalidad y demás males.

El presidente López Obrador ya logró imponer a la ahora presidente electa, Claudia Sheinbaum, a los legisladores y demás políticos de la 4T, y a la población que lo apoya en todo, su personal idea, de que con solo elegir a los jueces se terminará con los males, que existen en la imparticipación de justicia en nuestro país.

Confunde cuando en la mañanera dijo, que en Estados Unidos se eligen a los jueces, lo que es falso, y a nivel nacional el único país del mundo que lo hace, es Bolivia, y es un desastre, por ejemplo, no se ha podido convocar a elecciones para ello desde el año pasado; la mayor parte de los votos de su elección fueron nulos; ha generado intervención y conflictos de grupos políticos, y lo más importante, no ha solucionado los problemas.

Además en Bolivia, no es una Federación con dos poderes judiciales diferentes, el federal y el local, como es en Estados Unidos y en México.

En Estados Unidos lo que se eligen, y sólo en algunos condados son los fiscales, o sea el equivalente a nuestro ministerio público y si en ciertos casos, existen los jurados populares, pero no son seleccionado por elección, sino por sorteo o insaculación.

Lo que notamos en la propuesta de Reforma judicial, es que existe una fuerte confusión, ya que los más de la población, no distingue entre las funciones de las fiscalías, del poder judicial federal y del poder judicial del fuero común.

El error o intencional confusión, es creer que la responsabilidad única de los problemas que existen cómo que se deje libre a delincuentes, la corrupción, el retraso en los procesos judiciales, etcétera, se deben sólo a la Suprema Corte de Justicia y al poder judicial federal, cuando estos negativos fenómenos se originan, los más de los casos, en ministerios públicos de las fiscalías locales y fiscalía de la Federación, jueces del fuero común, y cuerpos policíacos.

El punto es que si a nivel nacional, el único país del mundo, que elige a su poder judicial es Bolivia y no funciona, ¿y qué nos hará suponer que sí funcionara en México? Y sin reformar ministerios públicos, tribunales del fuero común, las deshonestas actuaciones de los abogados del estado y particulares, etc.

Se podrá aprobar, pero será sólo una ilusión, y cuando no funcione no será López Obrador, sino Claudia Sheinbaum, quien tendrá los costos políticos.

Y lo que se lograra, es lo que sí existe en muchos países populistas, cómo Venezuela, El Salvador, Polonia, Hungría, Rusia, Corea del Norte entre otros, en donde no existe un poder judicial autónomo, que frene los abusos del poder ejecutivo.

Mario Rosales Betancourt.- Abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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