Hay partidarios del presidente López Obrador que festinan la forma en que incumple, hasta con mofa, las disposiciones emitidas por el INE y el Tribunal Electoral; hasta dicen que por eso debería ser declarado Héroe Nacional.

Pero corrupción significa el mal uso o abuso del poder, para lograr un beneficio. O sea: una artimaña de una autoridad para no cumplir una disposición constitucional, una ley o un mandamiento de autoridad competente, es una forma de corrupción.

Es muy grave que el presidente de la República utilice prácticas leguleyas, chicanas, simulaciones o trampas, para incumplir no sólo con decisiones del INE y del Tribunal Electoral, sino fundamentalmente con la ley y la Constitución.

El usar argumentos como: no estoy notificado porque la Consejería Jurídica está de vacaciones, olvidando que en materia electoral todos los días y todas las horas son hábiles, y lo peor: el establecer en su Mañanera una sección “No lo digo yo” , es una burla en todas las acepciones de la palabra, a las disposiciones constitucionales, legales y de las autoridades electorales.

El artículo 134 constitucional limita la propaganda que bajo cualquier forma difundan los poderes públicos, y esto incluye a toda La Mañanera, es decir: no basta para incumplir con la Constitución, que directamente el presidente no sea el que diga las cosas y las diga un subordinado dependiente del presidente, o sólo las presente; lo que se ordena es que no se utilice un espacio del poder público, pagado con dinero público, y cuyo razón de existir debería ser, conforme a la Constitución, para que el presidente informe sobre los temas de su competencia, hable de los problemas nacionales y cómo se están atendiendo por parte del gobierno que encabeza, rinda cuántas del uso del dinero público o sea, limitativamente, de lo que son las facultades del presidente.

La Mañanera es un medio del poder público, no es una revista o un show mediático, ni siquiera un espacio para información general. Es un espacio del Poder Ejecutivo, que legalmente no debería tratar de temas electorales, ni mucho menos servir para dar información privadas y aún confidencial, con el ánimo de desprestigiar a ciudadanos, así se haga directamente por voz del presidente, o por otra voz o por videos de otras personas, a las que se quiere desprestigiar, y se utilizan sin su consentimiento, lo que está prohibido para un medio gubernamental.

No basta con llamar a Xóchil Gálvez como la señora X, lo que además es despectivo y también es violencia de género, ya que decir que una persona es una X, es un insulto.

También fue ilegal que una entrevista que dio el expresidente Vicente Fox a un determinado medio, se haya trasmitido en La Mañanera sin autorización del expresidente, y con un propósito ajeno a las funciones del Ejecutivo.

El presidente y sus seguidores critican a los medios de comunicación no gubernamentales, por lo que públican, y confunden un medio de comunicación destinado al público, que constitucionalmente sí puede ejercer labores de periodismo independiente, con un medio emanado del poder público, o sea del gobierno, cuyas facultades están expresas y limitadas en la Constitución y la ley.

El problema mayor es el ejemplo: los partidarios del presidente festinan lo abusado, lo que fue para no obedecer; así aprenden que el que con astucia elude por ejemplo, el pago de impuestos, el que engaña a un agente de tránsito para no cumplir el reglamento, el que dice una edad o ejerce una profesión que no tiene, quien copia un examen o una tesis, en general todo aquel que burla a una ley o a una autoridad, debe ser aplaudido por ello, y puede decir: estoy haciendo lo mismo que el mejor presidente en la historia de México.

AMLO habla de una revolución de las conciencias, y claramente sus enseñanzas son las de una conciencia inmoral, en la cual se enseña que quien desacata, incumple o burla la ley, merece reconocimiento, y que el que obedece es un Conservador, que merece que lo exhiban por tonto. Esto nos llevará a la anarquía.


Mario Rosales Betancourt, abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-Azcapotzalco.