A medida que Nicolás Maduro prohíbe X y Signal, el papel de la tecnología en Venezuela se vuelve innegable. Ahora más que nunca, la libertad de las personas radica en su capacidad para comunicarse y acceder a la información con privacidad y seguridad. Esto es cierto no solo en Venezuela, sino también en los Estados Unidos.

La represión de Maduro

“Me siento como un judío en la Alemania nazi. Las fuerzas de seguridad del régimen van puerta por puerta arrestando a activistas de derechos humanos”, me dijo un activista de 21 años de Barquisimeto, en el noroeste de Venezuela, que pidió permanecer anónimo.

Sus palabras reflejan la terrible realidad que viven muchos venezolanos hoy en día. El gobierno ha detenido a unos 2.000 activistas tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, unas elecciones marcadas por la flagrante manipulación de Maduro para afianzar su control del poder.

Tal como lo hicieron los soviéticos, Maduro alienta a la gente a denunciar a los ciudadanos que simpatizan con la oposición. Pero a diferencia de antes, los venezolanos pueden usar una aplicación llamada VenApp. Lanzada por Maduro, la aplicación fue diseñada originalmente para recibir quejas públicas, como informes de cortes de energía.

En las últimas dos semanas, las fuerzas de seguridad han detenido sistemáticamente a ciudadanos para inspeccionar sus teléfonos, incluidas fotos, perfiles en redes sociales y conversaciones de WhatsApp. Los detenidos suelen ser detenidos en función del contenido descubierto durante estos registros, como imágenes o conversaciones relacionadas con protestas o expresiones antigubernamentales.

Esto demuestra la voluntad de Maduro de acabar con la disidencia. También muestra el papel crucial de la tecnología en esta lucha por la libertad. Utilizamos aplicaciones de mensajería privada como Signal para comunicar información sensible. Confiamos en X y Nostr para compartir información pública con el pueblo venezolano. Y utilizamos bitcoin para superar la vigilancia financiera de Maduro. 

En las últimas dos semanas, las fuerzas de seguridad han estado impidiendo sistemáticamente a los ciudadanos que inspeccionen sus teléfonos, incluyendo fotos, perfiles de redes sociales y conversaciones de WhatsApp. Los detenidos a menudo son retenidos en base a contenido descubierto durante estas búsquedas, como imágenes o conversaciones relacionadas con protestas o expresiones antigubernamentales.

Esto muestra la voluntad de Maduro de tomar medidas enérgicas contra la disidencia. También muestra el papel crucial de la tecnología en esta lucha por la libertad. Utilizamos aplicaciones de mensajería de privacidad como Signal para comunicar información confidencial. Confiamos en X y Nostr para compartir información pública con el pueblo venezolano. Y usamos bitcoin para superar la vigilancia financiera de Maduro.

Los regímenes lo saben, por lo que el gobierno de Maduro ha estado actualizando su sistema de vigilancia. Lo están haciendo en cooperación con otros regímenes autocráticos. Por ejemplo, la empresa china ZTE ha estado suministrando a Maduro tecnología avanzada de vigilancia, según organizaciones no gubernamentales. 

Por esta razón, Maduro prohibió X y Signal durante diez días en toda Venezuela, alegando que sus oponentes estaban usando estas plataformas para incitar al malestar político. Esta medida sin precedentes en el hemisferio occidental sienta un precedente peligroso en la región. También muestra cómo los regímenes pueden restringir tecnologías esenciales, incluidas sus herramientas de privacidad y plataformas de comunicación. 

Construyendo una estrategia basada en tecnología

En la era digital actual, la tecnología de privacidad no es sólo una herramienta; es un campo de batalla crítico en la lucha contra el autoritarismo y un medio vital para defender los derechos humanos. Para proteger nuestras libertades, ya sea en la información, la comunicación o las finanzas, debemos desarrollar e implementar una estrategia integral basada en la tecnología de privacidad que empodere a las personas que viven bajo regímenes represivos.

Un elemento central de esta estrategia es la promoción y protección de las tecnologías de la libertad, lo que incluye el desarrollo y la inversión en el ecosistema descentralizado de Bitcoin y Nostr, así como en plataformas de comunicación privadas como X y SimpleX. Estas herramientas de privacidad son un salvavidas para los activistas y los ciudadanos comunes, ya que les permiten eludir la censura, proteger su autonomía financiera y organizarse sin temor a la vigilancia. 

Esta es también la razón por la que Maduro prohibió X y Signal durante 10 días en toda Venezuela, alegando que sus oponentes estaban usando estas plataformas para incitar a los disturbios políticos. Esta medida sin precedentes en el hemisferio occidental sienta un precedente peligroso en la región. También muestra cómo los regímenes pueden restringir las tecnologías esenciales, incluidas sus herramientas de privacidad y plataformas de comunicación.

Una estrecha colaboración entre activistas y tecnólogos también ayudaría a garantizar que se desarrollen nuevas herramientas y plataformas tecnológicas de libertad con las necesidades específicas de los que están bajo represión. Necesitamos más iniciativas que unan a los desarrolladores de software, los líderes juveniles, los activistas por la libertad y las organizaciones sin fines de lucro para crear soluciones que protejan la privacidad, faciliten la comunicación segura y permitan la organización digital.

Pero quizás lo más importante, deberíamos desafiar a los gobiernos democráticos a que dejen de promulgar políticas que socaven la libertad y la privacidad. Las leyes que erosionan nuestra privacidad digital no solo son incompatibles con una sociedad libre, sino que también empoderan a los dictadores. Cuando las democracias socavan la privacidad de las personas, dan a los dictadores la legitimidad para hacer lo mismo.

En el sector financiero, por ejemplo, los gobiernos tienen un enorme poder sobre las cuentas bancarias de los ciudadanos. Las regulaciones globales destinadas a abordar los delitos financieros permiten a los gobiernos bloquear arbitrariamente las cuentas bancarias de las personas, congelar sus activos y acceder a sus datos bancarios, entre otras medidas. Esto significa que los datos financieros de cualquier estadounidense pueden ser atacados por estados y competidores de todo el mundo, incluidas las empresas chinas. La mayoría de los estadounidenses se sorprenden cuando hablo con ellos sobre esto.

Desafortunadamente, los regímenes están haciendo un mal uso de las leyes financieras para oprimir a sus disidentes en casa y en el exilio. Por ejemplo, en 2022, el gobierno canadiense congeló las cuentas bancarias de los conductores de camiones que protestaban por el mandato transfronterizo de vacunación entre Canadá y los Estados Unidos. Este problema debe abordarse con urgencia. Es un proceso de reforma global que mi organización, el Grupo de Inclusión Económica, comenzó en 2023.

Una situación similar ocurre en el espacio del bitcoin. En todo el mundo, los activistas de los países autocráticos utilizan el bitcoin para eludir la vigilancia y la represión del régimen. Sin bitcoin, tendrían dificultades para recibir donaciones, distribuir fondos y mantener una apariencia de normalidad en sus vidas. Para ellos, el bitcoin se ha convertido en una poderosa herramienta contra la autocracia.

Por esta razón, los responsables políticos de Occidente deberían promover y celebrar el uso del bitcoin en todo el mundo, especialmente porque esta tecnología de libertad se creó y se está desarrollando en las democracias occidentales. En cambio, permanecen obsesionados con la preocupación de que las características de privacidad de bitcoin puedan permitir la actividad delictiva y el lavado de dinero. Si bien esta acusación fue refutada por instituciones como la Red de Ejecución de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (FinCEN), estas preocupaciones siguen siendo propagadas por legisladores como la senadora Elizabeth Warren (demócrata por Massachusetts). 

En definitiva, la situación en Venezuela ilustra la importancia de las tecnologías de la libertad para salvaguardar la libertad. China y otros regímenes autoritarios reconocen el valor de estas libertades digitales y han respondido reprimiéndolas. Proteger las herramientas de privacidad no es sólo una cuestión de libertad personal; es una cuestión de seguridad nacional y esencial para el futuro de la democracia a nivel mundial. Los responsables de las políticas estadounidenses deben liderar en este frente para garantizar que la democracia prevalezca durante este difícil momento de la historia. Ya sea en Venezuela o en Occidente, la lucha por la libertad se determinará en el ámbito tecnológico. Es una lucha que no podemos permitirnos perder. 

Publicado originalmente en Reason: https://reason.com/2024/08/21/in-venezuela-digital-freedom-is-a-threat-to-dictators/

Jorge Jraissati.- es presidente del Economic Inclusion Group, un grupo de analisis de políticas que promueve la inclusión económica y financiera a nivel mundial. Originario de Venezuela, su trabajo se centra en la intersección de la política exterior, la economía y las finanzas.

Twitter: @JraissatiJorge

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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