En lo personal no me sorprendieron los resultados, el voto no fue resultado de un saber , sino de un creer: y por ello lo obvio era que ganara, quien logró la mejor narrativa, quien supo usar un gran aparato de propaganda para obtener popularidad, así los sentimientos y no los hechos, junto con el poder de usar los programas sociales cómo actos de generosidad gubernamental, lograron el triunfo que ya preveían las encuestas.

Otros factores del éxito, son los aspectos económicos, como el super peso, la creciente inversión extranjera, el no incremento de impuestos, la baja tasa de desempleo absoluto , el incremento en salarios mínimos, el mayor comercio exterior principalmente con Estados Unidos, el manejo de las tasas de interés por parte de banco de México, al que si se le ha respetado su autonomía, o sea hay una política económica evidentemente neoliberal, pero que ha sido exitosa, en la macroeconomía.

La estabilidad que da el control sobre grupos sociales más combativos y sobre el ejército. La cargada y oportunismos de políticos principalmente de priístas, y de organizaciones sociales, sindicales y políticas.


Los opositores creían que con demostrar hechos y acciones que claramente debilitan y hasta anulan libertades, estado de Derecho, división de poderes, contrapesos, instituciones democráticas era suficiente, que con mostrar la criminalidad creciente, los fracasos gubernamentales en materia de seguridad era suficiente.

Pero no estás elecciones muestran, que si las creencias se enfrentan con los hechos, peor para los hechos.

Mario Rosales Betancourt, abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-Azcapotzalco.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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