Si sólo hay dos sopas, una horrible de frijoles con gorgojos, y otra nefasta de crema rancia, y se somete a votación de los comensales, cual será la que se servirá. Eso no significa democracia, es sólo elegir el mal menor.

Así en la realidad no vivimos una democracia, ya que no podemos votar por cualquier persona, sino únicamente, limitativamente, por los candidatos que determinen y nos imponen, los partidos políticos. Es una partidocracia.

Para puestos políticos, aún con sus imperfecciones, este sistema su funciona, pero no para cargos que requieren conocimientos, experiencia, vocación e independencia, cómo es el de ser juzgadores. Y más cuando los candidatos, vendran de sólo un partido.

En el único país del mundo, que se eligen equivalentes a nuestros ministros y Magistrados, es Bolivia, un metodo implementado por el polémico Evo Morales, y que es un fracaso. Pero cómo Bolivia no es una Federación esto se aplica más a los jueces ordinarios, aquí se pretende que sólo se aplique al poder judicial federal y no para el fuero común, que es el que más afecta a la mayoría de la población.

Seguramente de su amigo Evo Morales, López Obrador tuvo la idea, y está obsesionado por ella, y se está dando lo del cuento de Andersen: «El Traje nuevo del Emperador» , donde nadie se atrevía a decirle que estaba desnudo, al poderoso gobernante.

Muchos colegas especialistas en Derecho, y partidarios y colaboradores de la 4T, en corto me aceptan que no es una buena idea, que en el mejor de los casos, no servirá para solucionar los evidentes y graves problemas de nuestro sistema judicial, cómo la corrupción, el rezago, la desigualdad en en trato, la parcialidad, el influyentismo, entre otros.

Hay en la propuesta otras ideas, que si son convenientes y que apoyo, porque si pueden ser eficaces para atender los problemas, como el de desaparecer el Consejo de la Judicatura y sustituirlo por un tribunal autónomo, que no presida, como actualmente sucede, el presidente de la Corte.

Pero el presidente se muestra intransigente en lo de la elección, y es su deseo que esto se apruebe antes de que termine su mandato, cueste lo que cueste; aunque los costos sean para el gobierno de Claudia Sheinbaum, y para el pueblo.

Y ello será la primera demostración de porqué es malo para la República, que una sola persona pueda imponer su única voluntad, aunque para ello se utilicen encuestas y se escuchen opiniones manipuladas, y con ello se quiera demostrar, que esto es una voluntad popular.

O sea la elección de juzgadores, no es democracia, sino lo que Aristóteles decía que era su forma impura, su degeneración: la demagogia. Por voto popular, Hamás gobierna en la Franja de Gaza, Hitler llegó al poder, se condenó a Sócrates y en nuestro México cuántos gobernantes corruptos han sido electos.

Mario Rosales Betancourt.- Abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *