Tras la tranquilizadora máscara del llamado «progresismo «, en realidad, se esconde una peligrosa amenaza existencial que se cierne sobre el futuro de Europa . Se trata de la enfermedad islamomarxista , que ya se ha infiltrado en los núcleos vitales de la decadente sociedad occidental , socavando su orden y estabilidad desde dentro. En la raíz del proceso de desestabilización en curso en los principales países europeos se encuentra, de hecho, un plan preciso que presupone la creación de una alianza sagrada entre la ideología coránica más fundamentalista y la desastrosa ideología marxista , esta última ansiosa por resurgir de sus propias cenizas explotando la presencia cada vez más extendida del islam radical en el tejido social de las principales naciones europeas .

De hecho, cada vez más, el fundamentalismo islámico encuentra refugio y legitimidad en las semillas resistentes de la ideología marxista derrotada, e inevitablemente tiende a fusionarse con ella, revitalizándola con su propio vigor y capacidad de penetración . La urgente necesidad del islam político de encontrar un espacio vital en el Viejo Continente se encuentra así con el inagotable deseo marxista de resurgir, aprovechando las numerosas fallas del modelo globalista. El resultado es disruptivo: la ideología coránica, en busca de legitimidad política en Europa, abraza inevitablemente la doctrina marxista, que a su vez busca una base sólida sobre la que reconstruir su propio culto . Ambas ideologías , ambas radicales y contrarias a los principios occidentales de libertad y democracia , se encuentran así en el territorio de un mismo continente , el europeo, que desde hace tiempo se encuentra sumido en una persistente crisis política , cultural y de identidad . Los efectos desestabilizadores resultantes de esta preocupante condición , que ya se han manifestado en pequeña medida en varias realidades europeas , si no se contrarrestan adecuadamente, corren el riesgo de comprometer seriamente el orden democrático preestablecido, provocando transformaciones irreversibles en el tejido social y económico de las grandes naciones del Viejo Continente.

Además, para quienes aún no lo han comprendido, la revolución social trascendental fundada en el desastroso encuentro entre los principios coránicos y marxistas lleva ya algún tiempo en marcha. Las democracias liberales europeas, por su parte, demuestran con demasiada frecuencia que carecen de los anticuerpos necesarios para neutralizar este cáncer que se extiende en su interior, amenazando la supervivencia de los mismos valores en los que se fundan. El omnipresente nihilismo occidental, por otra parte, hace el resto, favoreciendo la rápida propagación por el Viejo Continente de doctrinas, comportamientos y estilos de vida totalmente contrarios a los ideales de libertad y democracia en los que se funda la propia Europa, por su propia esencia. Ante la fuerza disruptiva del islamomarxismo desenfrenado, se necesitan urgentemente reacciones: prontas, eficaces y decisivas. La alternativa es sucumbir.

Publicado originalmente en L’Opinione delle Libertà: https://opinione.it/politica/2025/10/07/salvatore-di-bartolo-islam-politico-fusione-marxismo-europa-germe/

Salvatore Di Bartolo.- periodista y escritor italiano, autor de varios libros, como Falsa rivoluzione, Overgreen, Peccato originale e Sigonella-Hammamet. Escribe en L’Opinione delle Libertà y en nicolaporro.it

X: @SalvatoreDiBa

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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