En el debate en curso sobre la política comercial de Estados Unidos, los políticos y los expertos a menudo afirman que el público apoya los aranceles y otras medidas proteccionistas, como las que nos dieron las administraciones de Trump y Biden. Sin embargo, una nueva encuesta del Cato Institute revela un panorama más complejo: a los estadounidenses puede gustarles la idea de los aranceles y las políticas de “compre productos estadounidenses”, pero su apoyo se reduce cuando se enfrentan a precios más altos y otras consecuencias negativas.

Esta desconexión entre las preferencias abstractas y las acciones del mundo real con desventajas concretas desafía la narrativa proteccionista que actualmente domina ambos lados del espectro político.

La encuesta, realizada por YouGov, involucra a 2.000 estadounidenses. Lo bueno es que hace dos cosas bien. Primero pregunta a las personas qué piensan sobre una política en particular. Luego les pregunta nuevamente a la luz de los costos y consecuencias reales de la política, según lo predicho por una investigación sólida. Analizar las diferentes respuestas a las dos preguntas revela los sentimientos de los estadounidenses sobre un tema mucho mejor de lo que lo pueden hacer la mayoría de las encuestas ordinarias.

Los economistas entienden que los aranceles, en última instancia, aumentan los precios de los bienes a los que se aplican. Los aranceles son un impuesto sobre los bienes importados que pagan los consumidores. Los estadounidenses deben asumir el costo adicional de los mismos bienes importados o pagar precios más altos por sustitutos fabricados en el país (cuya calidad también podría deteriorarse porque sus productores están protegidos de la competencia extranjera).

La encuesta revela hasta qué punto se desmorona el apoyo inicial de los estadounidenses a las medidas proteccionistas cuando se enfrentan a la idea de precios más altos. Por ejemplo, cuando se les pregunta si apoyan los aranceles a los pantalones vaqueros importados, el 62 por ciento inicialmente está a favor de esas medidas para impulsar la producción y el empleo nacionales. Sin embargo, un simple aumento de precio de 10 dólares debido a esos aranceles hace que la mayoría se oponga a ellos. Cuando el aumento de precio llega a 50 dólares, un asombroso 87 por ciento se opone a los aranceles.

Esta sensibilidad al precio se extiende también al sentimiento de “comprar productos estadounidenses”. Aunque el 75 por ciento de los estadounidenses afirma preferir los productos nacionales cuando todo lo demás es igual, el 51 por ciento elegiría un artículo extranjero más barato y de calidad similar. Aún más revelador es que el 70 por ciento no pagaría ni siquiera 10 dólares más por una sartén de fabricación estadounidense, y el 76 por ciento no compró intencionalmente un producto fabricado en Estados Unidos en la semana anterior a la encuesta.

Estos hallazgos exponen una falla crítica en el argumento a favor de las políticas proteccionistas: si bien los estadounidenses pueden aprobar la noción abstracta de apoyar a las industrias nacionales, votan con sus billeteras por los bienes más asequibles, independientemente de su origen.

Es fundamental hacer una evaluación de la realidad, ya que los responsables de las políticas de ambos partidos siguen repitiendo retórica proteccionista y promoviendo políticas proteccionistas. Los aranceles de la era Trump, mantenidos en gran medida por la administración Biden, se vendieron al público como una forma de recuperar empleos en la industria manufacturera y contrarrestar la influencia económica de China. Pero esta encuesta sugiere que una vez que los estadounidenses sientan el impacto de los precios más altos, el apoyo a los aranceles probablemente se desplomará.

La encuesta revela otras dos verdades que los políticos populistas preferirían ignorar. En primer lugar, la mayoría de los estadounidenses no están tan obsesionados con las cuestiones comerciales como los políticos. De hecho, sólo el 1 por ciento de los estadounidenses considera que el comercio es una prioridad máxima. En segundo lugar, el 66 por ciento cree que el comercio global beneficia a la economía estadounidense y el 58 por ciento le atribuye con razón el aumento de su nivel de vida. De hecho, el 63 por ciento está a favor de aumentar la participación comercial de Estados Unidos.

¿Cuál es entonces el camino a seguir? En primer lugar, necesitamos una comunicación honesta y clara sobre las ventajas y desventajas que implica la política comercial. Los responsables de las políticas deben reconocer que las medidas proteccionistas conducen a precios más altos para el consumidor. Debería recaer sobre ellos la responsabilidad de convencernos de que cualquier beneficio para industrias específicas vale la pena.

En segundo lugar, si el objetivo es apoyar a los trabajadores y las industrias estadounidenses, deberíamos explorar alternativas que no aumenten directamente los precios al consumidor. Esto podría incluir la desregulación del sector manufacturero y la reforma del impuesto a las ganancias de capital para impulsar la inversión interna y la productividad estadounidense, sin recurrir a barreras comerciales.

En tercer lugar, necesitamos una mejor educación pública sobre cuestiones comerciales. Cuanto más comprendan los estadounidenses las complejidades del comercio global y su impacto en su vida diaria, mejor preparados estarán para evaluar las propuestas políticas y exigir cuentas a sus representantes.

Por último, los responsables de las políticas deberían prestar atención a lo que hacen los estadounidenses, no sólo a lo que dicen. Esta encuesta muestra claramente que, cuando llega el momento decisivo, los estadounidenses priorizan los bienes asequibles por sobre los ideales proteccionistas. Es probable que las políticas comerciales que ignoren este hecho enfrenten una reacción negativa significativa una vez que sus efectos se sientan en el mercado.

Mientras navegamos por las complejas aguas del comercio global en un mundo cada vez más interconectado, es vital que nuestras políticas reflejen la realidad en lugar de aferrarse a mitos proteccionistas que no se alinean con el comportamiento y las preferencias reales de los estadounidenses.

Publicado originalmente en Reason: https://reason.com/2024/08/15/americans-support-for-tariffs-plummets-when-they-see-prices-rise/?utm_campaign=reason_brand&utm_content=&utm_medium=social&utm_source=twitter&utm_term=

Veronique de Rugy.- Editora colaboradora de Reason. Es investigadora sénior en el Centro Mercatus de la Universidad George Mason.

Twitter: @veroderugy

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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