“Abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis”.
Dante Alighieri,
Canto tercero, Infierno, Divina comedia

No se coció el arroz: se frió la democracia. La llegada del ciclón autoritario ya es inevitable. Y la culpa es más de los ahora partidos de oposición, que hicieron muy mal las cosas, cuando eran gobierno, y ahora ni juntos, pudieron convencer a la ciudadanía. El resultado es que todos vamos a perder, incluso MORENA.

Pertenezco a la generación que nació y vivió su niñez durante el régimen priísta, de Miguel Alemán y López Mateos, que de joven se opuso activamente a los gobiernos de Díaz Ordaz y Luis Echeverria, que estuvo en 1968 y en la noche de los halcones, también estuve en la parte alta del auditorio de Medicina, de la UNAM, escuchando los insultos del presidente Echeverria, gritándonos: “Coro fácil, jóvenes fascistas” entre otras lindezas. Estuve desde el principio apoyando la corriente crítica de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo que se debe estar revolcando en su tumba. Así desde joven, fui un crítico al autoritarismo y un promotor de la democracia.

Ahora en mi vejez, veo cómo regresaremos, inevitablemente, al infierno autocrático, donde un gran Tloatani, es y será en la realidad, el único y verdadero poder.

La falsa democracia, termina con la verdadera democracia; es falsa porque la verdadera se define por sus resultados, y éste resultado debe ser, el beneficio del pueblo.

La democracia es por definición, un gobierno de todos, en beneficio de todos; mucho se ha citado, el artículo 39 constitucional, y si dice que: “Todo poder público dimana del pueblo”, pero agrega “SE INSTITUYE PARA BENEFICIO DE ÉSTE”. Y nuestro tercero constitucional, define la democracia como: “un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.” Así no hay democracia, sino dictadura de la mayoría, cuando el resultado no es el beneficio de todos.

Es evidente, que la mayoría calificada en una sólo fuerza política, y que esta sirva para la reforma judicial que se propone, la desaparición de organismos autónomos, etcétera, no provocará un mejoramiento económico y social del pueblo, sino que en el menos malo de la casos, un no mejoramiento, que significará un desperdicio de oportunidades y en el más probable, provocará empeoramiento económico y social.

El triunfo para MORENA, no será que se aprueben sus reformas constitucionales, eso ya se dará, pero sólo por sus frutos se conocerá si esto será un éxito o un fracaso; si el resultado es mayor crecimiento económico, más y mejores empleos, el que se terminen la inseguridad y la corrupción, exista mayor calidad de vida, incluyendo educación, salud, ejercicio de libertades, eficaz protección a nuestros derechos, personas y bienes, en una justicia pronta y expedita, imparcial y efectiva, será un éxito; pero al comérsela toda y sólos, para Morena, si no se logra en las hechos, lo que prometen, el resultado del ejercicio hegemónico de su poder, será el peor de sus fracasos.

López Obrador, el Mesías para unos, el satanás para otros, termina no con reconocimientos y críticas sino despertando amores y odios, igualmente extremos, enfermizos y fanatizados.

Por muchos años viviremos, un sistema presidencialista y oligárquico, como antes, cómo cuando era joven: en una autocracia oligárquica, disfrazada con piel de democracia. Era la dictadura perfecta.

Mario Rosales Betancourt.- Abogado y Maestro en Derecho. Profesor de la asignatura de Derecho en la FES Acatlán de la UNAM y en la UAM-A.

Twitter: @Rosales76059

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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