Somos el Diálogo Carvalho. En 2009, el filósofo y educador brasileño Olavo de Carvalho advirtió que el Foro de São Paulo, la coalición más grande del mundo de partidos marxistas, individuos, organizaciones no gubernamentales y grupos terroristas, estaba desmantelando las instituciones democráticas en todo el continente americano. Esto hacía necesario que sus oponentes desarrollaran una nueva perspectiva multilateral y actuaran colectivamente si querían defender a sus países. Tenemos enemigos comunes.

En 2023, amigos y aliados de Estados Unidos, Canadá y la Iberosfera que comparten el compromiso de promover la libertad, la seguridad y la prosperidad publicaron la Declaración de Miami, abordando los principales desafíos comunes a la libertad y la seguridad pública en el hemisferio occidental. Ahora, nos centramos en la mejor manera de coordinar nuestros esfuerzos mientras luchamos contra una estrategia y un mensaje izquierdistas unificados que se esconden detrás de una retórica sexual, racial y climática para suprimir la libertad de expresión y silenciar a la oposición política.

Nuestros amigos de América Latina se sienten abandonados por el resto de Occidente mientras defienden la civilización. Se enfrentan a una izquierda organizada internacionalmente y copiosamente bien financiada por el sector privado y los actores estatales. Esta izquierda promueve agresivamente su objetivo de desmantelar el capitalismo y la democracia, y justifica su supresión de los intentos de defender las normas tradicionales insistiendo en que está luchando contra la “desinformación”.

La izquierda radical ha acogido con agrado la influencia desestabilizadora de China, Rusia e Irán en la región, y, sin embargo, recibe el apoyo incondicional de la administración Biden.

La izquierda radical abraza la corrupción y la supresión de la libertad de expresión y viola el justo estado de derecho al utilizar el poder judicial como arma para castigar y silenciar a los disidentes.

La agenda de la izquierda radical busca desmantelar la cultura profundamente arraigada y destruir la soberanía, reemplazando la identidad nacional con una ortodoxia globalista que no deja espacio para la familia tradicional, la libertad económica, los derechos naturales o la libertad.

Y, sin embargo, los defensores de los valores occidentales en América Latina reciben escaso apoyo del resto del mundo occidental. Como dijo el presidente argentino Milei en la reunión de Davos de este año: “Hoy estoy aquí para decirles que el mundo occidental está en peligro. Y está en peligro porque quienes se supone que han defendido los valores de Occidente están siendo cooptados por una visión del mundo que conduce inevitablemente al socialismo y, por ende, a la pobreza”. Y tiene razón.

Los defensores de la civilización en América Latina deben saber que no están solos mientras piden ayuda para coordinar una respuesta internacional a una amenaza global que pone en peligro el florecimiento humano no sólo en sus comunidades sino en todo el mundo.

En el Diálogo de Carvalho, decidimos responder a este llamado de apoyo para ayudar a combatir este intento coordinado de la izquierda de socavar las esperanzas de un futuro de libertad, seguridad y prosperidad. Nos comprometemos y llamamos a otros a actuar. Vamos a:

No permitamos que los ataques ideológicos contra los defensores de la libertad en la región queden sin respuesta. Durante demasiado tiempo, hemos sido ridiculizados en la prensa o por nuestros oponentes, o incluso atacados físicamente, por defender los valores familiares, las tradiciones nacionales y los gobiernos más pequeños y más receptivos que sirven a su pueblo. Ya no más.

Utilizar los medios sociales y tradicionales para amplificar el desafío que plantean nuestros amigos de la región y exponer las acciones de la izquierda que limitan o restringen la libertad. Hablar abiertamente en la plaza pública, así como en foros internacionales y multinacionales, también es importante a medida que continuamos destacando y condenando el abuso de la ley para silenciar la disidencia política.

Promover medios de comunicación libres e independientes. Invertir, alentar y potenciar los esfuerzos del sector privado para distribuir y compartir contenidos que promuevan una conversación regional y multilingüe, en múltiples plataformas y formatos, que aborden los problemas que afectan a nuestros hogares, nuestras familias, comunidades y vecinos. Debemos hacernos oír y ser persistentes. Debemos convertirnos en una voz que no pueda ser silenciada.

Construir puentes con redes afines como el Foro Madrid y la Alianza para una Ciudadanía Responsable.

Rechazamos en nuestros países y en foros internacionales y multinacionales el creciente uso del lawfare por parte de actores locales y/o extranjeros para intimidar y perseguir a opositores políticos de la izquierda radical en las Américas. 

Compartir las mejores prácticas que establezcan un apoyo a los valores familiares tradicionales, defiendan la libertad de expresión, protejan la libertad religiosa y ayuden a asegurar las fronteras nacionales y la soberanía del Estado-nación. Estados Unidos no es el único país que sufre debido a la violación de nuestras fronteras; países desde Chile hasta Perú y la República Dominicana y más allá están experimentando la misma inseguridad y gastos presupuestarios innecesarios debido a las fronteras porosas y la migración masiva facilitada y promovida por las Naciones Unidas.

Promover la libertad y la prosperidad desde Alaska hasta Tierra del Fuego. China está invirtiendo en toda la región y luego utiliza su actividad económica para chantajear a su socio e imponer su voluntad política, promoviendo los intereses expansionistas de Beijing, aumentando el área de operaciones del Partido Comunista Chino y la proyección de poder del Ejército Popular de Liberación. Dejar este campo abierto a nuestro principal adversario del siglo XXI no tiene sentido. En lugar de eso, promueva una vecindad de florecimiento humano, prosperidad económica y seguridad regional bajo el justo imperio de la ley. Los gobiernos de los países de América Central y del Sur, junto con los del Caribe, en gran medida desean y prefieren asociaciones económicas y cooperación comercial con los Estados Unidos. En ausencia del compromiso de los Estados Unidos, muchos de estos países se asociarán cada vez más con China y sucumbirán a sus prioridades.

Rechacemos las influencias extranjeras malignas. Si bien no hay un consenso uniforme sobre cómo responder a estas preocupaciones, podemos empezar por aceptar los cuatro NO fundamentales:

Sin dependencias estratégicas de China, Rusia o Irán.

Ninguna cooperación militar.

No se pueden ignorar el espionaje, el robo de propiedad intelectual, la actividad criminal transnacional y las acciones desestabilizadoras u operaciones de influencia.

No se pueden ignorar los abusos a los derechos humanos.

Firmantes

Rodrigo Arenas, República

Ernesto Araújo, Fundación Disense

James Jay Carafano

Alejandro Chafuen, Presidente y Director de la Fundación Internacional de Educación para la Libertad

Juan Pablo Chamón, Executive Director, LIBERA Bolivia

Cristina Cortez, Directora de Comunicaciones, Libertad y Desarrollo

Luciano de Castro Filho

Mariana Dean, becaria Carvalho

Paulo Figueiredo, periodista brasileño

Melissa Ford, investigadora principal de la Fundación de Políticas Públicas de Texas

Alicia Galván, Fundación Patria Unida

Miguel González

Víctor González, exdiputado del Reino de España

Simón Hankinson

Steven Hecht, Observador de la Impunidad

Michel Kelly-Gagnon

Jerzy Kwaśniewski, Ordo Iuris

Daniel Lacalle, Ph.D., economista jefe de Tressis

Phillip Linderman, Centro de Estudios de Inmigración

Dr. Paul du Quenoy, presidente de la Iniciativa Palm Beach

Joshua Treviño, Director de Transformación, Fundación de Políticas Públicas de Texas

Francisco Tudela, former Foreign Minister of Perú

Matthew Tyrmand, Investigaciones V24

Publicado originalmente en: https://republica.gt/columna-de-opinion/statement-on-defending-free-speech-and-combating-lawfare–202410281390