La novela distópica que ha influido en generaciones de escritores y que hoy, más que nunca ofrece una visión de la tiranía del colectivismo y la supresión de la individualidad.

«Nosotros» de Yevgeny Zamyatin, una obra maestra distópica escrita en Rusia entre obra maestra distópica, escrita en Rusia entre 1920 y 1921, durante un periodo de gran efervescencia política y social tras la Revolución de Octubre y la instauración del régimen soviético. La novela vio la luz en una traducción inglesa, publicada en Nueva York en 1924 por la editorial E. P. Dutton & Co. Más tarde, en 1927, se tradujo al francés y se publicó en París, pero siguió siendo censurada en su país.

Sólo en 1952, muchos años después de la muerte del autor, se presentó íntegramente en ruso en la revista «Novy Mir» de la misma metrópoli estadounidense. Tras su publicación, la obra fue mencionada por varios periódicos ingleses y estadounidenses, entre ellos el «New York Herald Tribune», que elogió su originalidad y su profética visión distópica, y el “London Times”, que destacó sus implicaciones políticas críticas hacia los regímenes totalitarios. A pesar de ello, la obra tuvo que esperar años antes de gozar de una amplia difusión. Y más aún después de que la crítica positiva de George Orwell en enero de 1946 en la revista ‘Tribune’, con el título”Libertad y felicidad”. No obstante, su influencia fue considerable y sentó las bases de otras obras maestras de la literatura europea en la misma línea despótica, como «1984» del mismo Orwell y «El nuevo mundo» de Aldous Huxley, que también exploraba la relación entre poder y libertad. Incluso Ayn Rand, para su «Himno», se inspiró en él, utilizando una narrativa similar para destacar los peligros del colectivismo. Rand, aunque criticada por muchos, hizo hincapié en cómo el individualismo es el único verdadero baluarte contra la esclavitud impuesta por gobiernos todopoderosos.

La novela de Zamyatin tiene una estructura distópica clásica, dividida en 40 capítulos cortos en forma de diario. El lenguaje utilizado es deliberadamente fragmentario y refleja el orden mecánico de la sociedad descrita. Este estilo puede ser complejo, pero funciona bien para enfatizar el distanciamiento emocional y la deshumanización de los personajes. La narración avanza cronológicamente, con una complejidad creciente, proyectándonos en un futuro distópico donde el totalitarismo ha aniquilado al individuo en nombre del colectivo, anticipando así, con increíble lucidez, no sólo la brutalidad de los regímenes totalitarios del siglo XX, sino también los riesgos que surgen cuando el progreso tecnológico es manipulado por el Estado para aniquilar la libertad individual.

La tecnología, que en un contexto de libertad puede representar una fuerza de emancipación y la innovación, en el universo diferente capturado por la narrativa se ha pervertido, en cambio, al servicio del control y la represión, convirtiéndose en un instrumento de control y represión, una herramienta para vigilar y reprimir toda forma de disidencia. De hecho, el problema no es la tecnología en sí misma, que es de hecho una fuente de riqueza y mejora para el individuo y la sociedad.

Al contrario, se vuelve peligrosa cuando la tecnología es monopolizada por un Estado colectivista que ahoga la creatividad y la libertad, valores indispensables para todo individuo.

En «Nosotros», la vida está matemáticamente regulada por el “Benefactor”, símbolo de un Estado omnipresente que ha eliminado todo rastro de individualidad en favor de la estabilidad y la seguridad colectivas. Los individuos, privados de sus nombres e identificados únicamente por números, viven en un mundo transparente, literalmente de cristal, donde la intimidad no existe. El protagonista, D-503, es un ingeniero que al principio acepta plenamente este sistema, aunque se ve trastornado por el enfrentamiento con la mujer de la que se enamora, I-330, y las ideas de libertad que ella representa.

Zamyatin, con visión profética, capta la naturaleza opresiva del colectivismo, que sacrifica la autodeterminación y la libertad personal en aras del bienestar y la seguridad. Es un tema que resuena en todo el pensamiento liberal, desde los clásicos hasta los contemporáneos, y que nos recuerda cómo, en cada época, la individualidad es un logro que hay que defender contra amenazas externas e internas.

Una de las frases más poderosas del libro expresa profundamente la tensión entre libertad y control: «La libertad y el bienestar no pueden coexistir». Es que resume la crudeza del sistema descrito, que privilegia la seguridad y el orden, pero a costa de la esencia misma del ser humano. Es una verdad incómoda que también resuena en las palabras de Murray N. Rothbard, según el cual: «Una sociedad libre es una sociedad que reconoce la dignidad y la creatividad del individuo». La distopía de «Nosotros representa, de hecho, la antítesis de una sociedad libre, donde cada aspecto de la vida humana se ha reducido a una serie de ecuaciones matemáticas y reglas predefinidas, sofocando todo impulso creativo y todo movimiento de rebelión.

En última instancia, el libro sondea la irracionalidad del totalitarismo, centrándose en la dinámica entre libertad y felicidad dentro de un Estado colectivista y represivo, y nos advierte contra la tentación de aceptar regímenes totalitarios, y nos previene contra la tentación de aceptar regímenes que prometen orden y seguridad a cambio de la renuncia a la libertad. En un momento en que cada vez más gobiernos tratan de limitar los derechos individuales en nombre de la seguridad nacional, su mensaje es más pertinente que nunca.

La libertad no es un concepto abstracto, sino una realidad concreta que requiere una defensa implacable, incluso cuando parece inútil o arriesgada. El precio de la misma es su vigilancia continua, contra cualquier forma de poder absoluto, ya esté representado por un dictador o un sistema de control social. Como señaló Karl R. Popper: «La libertad puede perderse, y se pierde, si no se defiende constantemente con vigilancia y valor».

Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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