“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” – Rosa Luxemburg

¿Capitalismo o socialismo? ¿Izquierda o derecha? ¿Ateísmo o cristianismo? Para poder comprender a la Alemania Nacional Socialista debemos conocer su historia. Por ello, daremos un breve repaso de los orígenes de este pueblo y el cómo se fue conformando su matriz ideológica a lo largo de los siglos.

Por supuesto, hemos de empezar en la época de los últimos Neandertales. Los primeros asentamientos de homo sapiens de los que se tiene registro en la zona de lo que hoy es Alemania, son del Paleolítico superior hace alrededor de 40,000. Existieron una amplia diversidad de tribus a lo largo de miles de años. Tribus contra las que en su momento luchó el Imperio Romano, quien controlaba amplias zonas en donde se encontraban estas tribus. De hecho, el fin del Imperio Romano de Occidente se debió a que un jefe bárbaro de una tribu germana, Odoacro, el líder de la tribu de los hérulos, derrocó al último emperador romano, Rómulo Augusto en el año 476 d.c. Por supuesto, el Imperio Romano de Oriente, también conocido como el imperio Bizantino, se mantendría aun mil años más, hasta el 1453, cuando el Imperio Otomano, al mando del sultán Mehmed II, tomase la ciudad de Constantinopla, la capital de Imperio Bizantino. Regresando a la Roma occidental, la caída de Rómulo Augusto provocó la división de los territorios que anteriormente habían estado bajo el control de Roma. Y esta reorganización dio origen, entre otros, al reino de los Francos en el año 486, bajo el liderazgo de Clodoveo I. Clodoveo se convirtió al cristianismo en el año 496, lo que le dio a su creciente reino el apoyo de la Iglesia, estableciendo una alianza con el Papado. Tras la muerte de Clodoveo, el reino se dividió entre sus hijos, lo que con el tiempo llevo a la formación de los reinos francos orientales y occidentales. Así, surgió la dinastía de los merovingios, que consistió en una serie de luchas fratricidas y que llegaría a su fin con el acenso de la dinastía Carolingia en el año 751, cuando Pepino el Breve, padre de Carlomagno, destronó al ultimo emperador merovingio, Childerico III. El imperio de Carlomagno duraría hasta su muerte en el 843. Tras lo cual el imperio fue dividido en tres, marcando el declive del imperio. De aquí, podemos pasar a lo que se conoce como el primer Reich, o el Sacro Imperio Romano Germánico, el cual inicia con la coronación de Otón I, al que el Papa Juan XII le otorga la corona imperial en el año 962. El Sacro Imperio Romano Germánico fue la continuación del imperio Carolingio y duró hasta el año 1806, cuando fue disuelto durante las guerras napoleónicas al abdicar el emperador Fernando II.

Para 1871, se lograría la unificación de Alemania, o lo que se conocería como el segundo Reich. Bismarck sería el gran arquitecto de la unificación alemana, por lo que se le concedería el nombramiento de canciller del Imperio Alemán. Mientras que el rey de Prusia, Guillermo I, se convirtió en el emperador de Alemania. Y si bien Bismarck en su inicio seguiría la línea del liberalismo clásico, algunos años después daría un giro radical hacia el paternalismo estatal, del que se inspiró en el paternalismo estatal del Reino Unido. Pensadores como John Stuart Mill y Jeremy Bentham fueron algunos de los principales referentes intelectuales en los que se inspiró este movimiento. Este segundo periodo de Bismarck del paternalismo estatal dio como fruto el primer modelo en el mundo de seguridad social, aunque encontramos antecedentes en la tradición comunitaria de los países escandinavos y principalmente en las leyes suecas de ayuda a los pobres de 1841. Por cierto, Suecia consolidaría el primer estado de bienestar para 1930 y para 1940 promulgo leyes para un sistema integral de seguridad social. Otros antecedentes los encontramos en la China del siglo XI, de la dinastía Song, cuando se creía que era responsabilidad del estado proveerle a los ciudadanos de lo básico para la sobrevivencia. También en Inglaterra en la época de los Tudor se implementaros las legislaciones llamadas “leyes de los pobres”, que básicamente consistía en campañas de caridad. Lo cierto es que el sistema de seguridad social que implementó Bismarck sentó el precedente para que muchos otros países fueran implementando estas políticas. Políticas que en realidad eran un regalo envenenado, pues fueron el medio por el cual los estados se hicieron cada vez más grandes, cada vez más controladores, cada vez más paternalistas y cada vez más intervencionistas. Estados gigantes que después provocarían la Primera y la Segunda Guerra Mundial; junto al gran daño económico que todas esas políticas han representado hasta la fecha. Políticas de “Bienestar” que convierten a los pueblos en meros mendigos del estado.

Para 1914, Guillermo II seguía siendo el emperador de Alemania, y como canciller estaba Theobald Von Bethmann-Hollweg, quien continuaría con la tradición imperialista germana, llevando a Alemania a la Primera Guerra Mundial. Además, el canciller fue uno de los factores fundamentales para la victoria de la revolución bolchevique, lidereada por Lenin. Pues Alemania fue el principal financiador de la revolución Bolchevique. Durante esta etapa se terminarían de consolidar los dos pilares de la Alemania nazi: El pangermanismo y el cristianismo socialista. Estos dos pilares ideológicos, aunados a las severas crisis económicas por las que pasó Alemania, dejarían adoquinado el camino para la llegada al poder de Hitler. El papel de Alemania en la Primera Guerra Mundial tendría costosas consecuencias, como la abdicación de Guillermo II, terminando con el imperio alemán y dando inicio a la República de Weimar. Además, con el Tratado de Versalles, Alemania tuvo que pagar fuertes indemnizaciones y perdió varios territorios como Alsacia-Lorena, que fue devuelto a Francia, y otros más que fueron cedidos a Polonia. A ello, hay que sumarle la dura crisis económica derivada de la gran devastación generada por la guerra.

Tercer Reich. Adolf Hitler nació el 20 de abril de 1889 en Braunau am inn, una pequeña ciudad en la frontera entre Austria y Alemania. En su autobiografía “Mi lucha”, Hitler relata que desde pequeño las materias que más influyeron en él fueron la geografía y la historia. El férreo nacionalismo de Hitler bebió primero y, antes que nada, del nacionalismo que se promovía en las escuelas públicas desde la Primaria. Tan es así, que a los 15 años Hitler ya se consideraba un nacionalista completamente convencido. Sin embargo, su nacionalismo se solidificó con la influencia del movimiento pangermanista y antisemita de Georg Von Schoenerer, cuando Hitler llegó a vivir a Viena. Sin embargo, su antisemitismo surgió, en el mismo periodo en Viena, por la influencia del Dr. Karl Lueger, quien fuese el fundador y líder del Partido Cristiano Social.

En “mi lucha” en las páginas 18 y 19, Hitler relata que antes de conocer las ideas de los cristianos socialistas, carecía de prejuicios hacia los judíos y los consideraba tan alemanes como cualquier otro alemán: no veía mayor relevancia en su credo religioso. Esto cambió radicalmente cuando llega a Viena y bebe de las ideas de Karl Lueger y los cristianos socialistas, así como de las ideas de Georg von Schoenerer y el movimiento pangermanista. Por supuesto, todas estas ideas antisemitas tienen, como raíz, el antisemitismo de Martín Lutero y su obra “Sobre los judíos y sus mentiras”, obra que Hitler cita como una de sus referencias más importantes en su autobiografía. Algunas frases de Martin Lutero expresadas en su obra “sobre los judíos y sus mentiras” son las siguientes: “Los judíos son una plaga y una desgracia para nuestras tierras. Si tuviera autoridad, los expulsaría de Alemania”. “Los judíos son serpientes venenosas y crueles, hijos del diablo, que deben ser apartados de los cristianos y privados de sus bienes”. “Los judíos son blasfemos y enemigos de Dios. Sus sinagogas deben ser quemadas y destruidas”. “Los judíos no merecen ningún trato humano. Deben ser tratados con severidad y expulsados de nuestras tierras”. Y vale la pena agregar a continuación un par de frases de Hitler al respecto, para tener mayor claridad sobre su matriz ideológica: “Tomará el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) bajo su firme protección al cristianismo como la base de nuestra moral”. “Mi sentimiento como cristiano me señala a mi señor y Salvador como un luchador. Me enseña a no desmayar, sino a luchar con todas mis fuerzas por la religión y la raza que se han entregado a mí para protegerlas”. “En cuanto a los judíos, sólo estoy siguiendo con la misma política que la Iglesia Católica ha adoptado por mil quinientos años”.

La economía Nacional Socialista -nazismo-: Al llegar Hitler al poder, implementó una serie de políticas económicas que buscaban seguir la línea de Bismarck, a quien consideraba un genio político. Definitivamente, las políticas de Hitler no pueden considerarse como políticas de izquierda, pues claramente el régimen de Hitler era un régimen de derecha. Sin embargo, suele entenderse equivocadamente lo que es la derecha y se le suele confundir muy erradamente con el liberalismo. Mientras que la izquierda busca una organización social horizontal, la derecha busca una organización social vertical. En cambio, el liberalismo, en lugar de buscar imponer un tipo de organización social, busca que los individuos puedan asociarse libremente (desde lo sexual hasta lo comercial) en un contexto de Estado de Derecho y de plena igualdad ante la ley.

Así, la derecha es un tipo de intervencionismo estatal que organiza la sociedad de manera jerárquica. Cuando este intervencionismo se exacerba en extremo, podemos hablar de un socialismo de derecha, como lo describían Hayek y Mises. O un socialismo burgués, como lo llegó a describir el mismo Marx en más de una ocasión. Esta distinción es fundamental para comprender el modelo económico y político de Hitler que en ocasiones se confunde con libre mercado o con capitalismo, cuando en realidad era un socialismo de derecha o, más específicamente, un socialismo nacionalista cristiano. Tan es así, que Hitler se pronunció en diversas ocasiones en contra del capitalismo y de la individualidad.

Es muy importante mencionar que las influencias económicas y políticas del modelo de Hitler, además de Bismarck y del imperialismo alemán, fueron, en lo político, las ideas del socialismo de estado de Ferdinand Lasalle y Johan Karl Rodbertus; mientras que en lo económico se basó en gran medida en el historicismo económico de Gustav Von Schmoller y Werner Sombart. A continuación algunas frases de Hitler al respecto: “El capitalismo es un sistema inmoral que rige la economía y que conduce a la creación de una sociedad injusta, en la que unos pocos tienen todo y la gran mayoría no tiene nada”. “El capitalismo es la peor forma de sistema económico, ya que promueve la avaricia y la codicia, y no tiene en cuenta el bienestar general de la sociedad”. “El capitalismo es un sistema inmoral que rige la economía y que conduce a la creación de una sociedad injusta”. “El capitalismo convierte a las personas en simples objetos para su explotación” “El individuo siempre debe sacrificarse por el bien del estado”. “La verdad es que el individuo no tiene derecho a otra forma de vida que no sea la de su propia tribu”. ”No hay tal cosa como la libertad del individuo”. “El bienestar de la nación debe estar por encima del bienestar individual”. “La libertad individual es un concepto negativo. Sólo existe una libertad real: la libertad del estado”. “El egoísmo individual debe ser superado por el interés colectivo”. “El liberalismo es la causa de la decadencia del estado, de la disolución de la sociedad y del declive de la cultura”. “El liberalismo es la teoría de la igualdad abstracta y, por tanto, el enemigo de toda jerarquía natural”.

Algunas de las políticas que Hitler implementó desde su llegada al poder y que eran completamente contrarias al modelo de libertad económica, son las siguientes: El rearme y un enorme aumento del gasto público en todo lo relacionado con lo militar. Un férreo control de precios, fijación de salarios mínimos y el control de la industria energética. Control de mercados financieros y de las transacciones. aumento de la masa monetaria, política de expansión monetaria. Política de pleno empleo aumentando el gasto publico y el aumento de obras públicas de manera artificial y arbitraria. Centralización de la agricultura y una enorme limitación de las importaciones agrícolas, etc. Si bien los Nacional Socialistas (nazis) privatizaron algunas empresas, siguieron controlando estas empresas y dictando todo lo que podían producir, cuánto podían producir y en cuánto lo debían vender. Con lo que la administración de todas las empresas, públicas y privadas, estaba por completo bajo el control y la dirección del gobierno. De ahí la famosa frase de Hitler: “No es necesario nacionalizar a las empresas cuando podemos nacionalizar a los individuos”.

Una última frase de Hitler que encontramos en “Mi Lucha” nos lo puede terminar de dejar claro: “Como socialistas nacionalistas, vemos en nuestra bandera nuestro programa. En el rojo, la idea social del movimiento; en el blanco la idea nacionalista y en la esvástica la misión de luchar por la victoria del hombre ario”. Por último, un par de frases muy ilustrativas dichas por Joseph Goebbels, el mayor ideólogo del nazismo: “Nosotros estamos contra el marxismo, pero para el verdadero socialismo. Nosotros estamos a favor del primer estado nacional alemán de naturaleza socialista”. “El socialismo es la ideología del futuro”. “Somos socialistas, porque vemos en el socialismo la única posibilidad para nuestra preservación”. “Somos socialistas porque vemos la cuestión social como una cuestión de necesidad y justicia”. “Ser socialista significa dejar que el ego sirva al colectivo”. como podemos ver, es evidente que los nazis no eran de izquierda, pero tampoco eran capitalistas, no estaban en ningún sentido a favor ni del libre mercado ni de la individualidad ni, mucho menos, de la libertad individual. Tan es así, que el lema de la ideología nacional socialista era el siguiente: Lo colectivo prima sobre lo individual – Gemeinnutz geht vor eigentuz. Por ende, queda claro que el régimen nazi fue un régimen socialista y anticapitalista. Pero un socialismo jerárquico, nacionalista y religioso. Es decir, un socialismo de derecha.

En conclusión, la ideología nazi fue por completo anti individualista, antiliberal y anticapitalista, pero también una ideología anti izquierda y antimarxista. Y por ello es difícil de caracterizar, pues estamos acostumbrados a que solo existe el socialismo de izquierda, sin embargo, el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán -nazi- es, sin duda alguna, el mayor ejemplo histórico de un socialismo de derecha.

“La libertad no es un derecho que uno posee, sino una relación que uno mantiene con los demás” – Hanna Arendt

Por el escritor y analista Tonatiuh Viniegra R. 
Twitter: @Ronin_Tonatiuh

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y Asuntos Capitales entre otros medios.

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